Economía

Presupuesto 2021: sin más gasto, la clave estará en las reasignaciones

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El Presupuesto se compone de 30 partidas que se discuten en el Congreso. Crédito: Agencia Uno
POR Marcela Gómez |

Con empleo y recuperación económica como prioridades, este debate se vuelve más necesario en un contexto en que se requiere utilizar mejor los recursos públicos.

El miércoles 30 de septiembre vence el plazo constitucional para que el Gobierno ingrese el Presupuesto 2021 al Congreso, pero parte del misterio que siempre rodea a este megaproyecto de ley ya está develado.

Por un lado, porque el crecimiento del gasto público quedó determinado en julio y no tiene que ver con los ingresos de largo plazo del Fisco, como establece la regla fiscal. Por otro, porque si en retrospectiva el Erario en curso será “el del coronavirus”, el de 2021 tiene nombre y apellido: del Empleo y la Recuperación. Ahí estarán las principales prioridades. 

El ritmo del gasto

En forma inédita desde que en 2001 se creó la regla fiscal, lo más importante para determinar el crecimiento del gasto público no son las estimaciones de precio del cobre de largo plazo (US$2,88 la libra) y crecimiento tendencial de la economía (1,5%) realizadas por expertos independientes.

La principal guía viene del acuerdo logrado el 14 de junio entre el Gobierno y parte de la oposición sobre los gastos necesarios para enfrentar la pandemia. No solo acordaron un marco de US$ 12 mil millones para dicho fin, sino también que el gasto público para 2021 se mantuviera en el mismo nivel del de 2020, en vez de recortarlo como exigía el compromiso de consolidación fiscal.

Aunque el pacto buscaba poner los US$ 12 mil millones en un mecanismo extrapresupuestario, para agilizar su ejecución y facilitar su término, en el debate legislativo el Fondo Covid quedó integrado en el Presupuesto.

En este escenario, el debate se dará en torno a reasignaciones: a qué entidad o programa se le rebajan recursos para elevar el presupuesto de otra actividad. La inédita evaluación de 678 programas podría constituir una guía para esas decisiones si el Ejecutivo plantea alguna propuesta. Este tipo de debate podría constituir un ejercicio valioso para 2022, cuando el mayor gasto de la pandemia deba retirarse.

Empleo e inversión

Tras un año que cerrará en cifras negativas (-5,5% a -4,5% proyecta el Banco Central), apuntalar el empleo y la inversión serán tareas de primer orden que abordar en el Erario 2021.

En el caso del empleo, este domingo 27 se anunciarían los subsidios a la contratación formal, que se ejecutarán mediante el presupuesto del Sence este año y el otro. Este organismo habiltará una plataforma en internet para que las empresas postulen a partir de octubre y su presupuesto será engrosado para generar los pagos.

Según ha trascendido, el aporte se extenderá por seis meses y aliviará el costo de contratar aportando entre 40% a 60% del salario mínimo, aunque este mayor porcentaje se enfocará exclusivamente en mujeres. Según la información entregada por Dipres, ya se comprometieron US$ 1.507 millones del Fondo Covid para este fin.

En cuanto a la inversión, el ministro de Hacienda, Ignacio Briones, adelantó que el presupuesto para inversión pública podría crecer más de 20% en 2021, aunque el alza sería de hasta 30% si se compara con la base que existía antes de la pandemia. Parte de este esfuerzo provendrá del plan de inversiones 2020-21 por US$ 2.972 millones.

Nueva meta fiscal

Que el Fisco gaste más cuando recibe menos ingresos (se contraerían 16,1% este año respecto de 2019, según estima Dipres) genera una ecuación que solo se resuelve de una manera: con más deuda. A junio, la estimación oficial era que la deuda pública bruta cerraría en 34,8% del PIB este año y en 39,6% el próximo. 

Tales cifras se actualizarán con la presentación del Presupuesto y el Estado de la Hacienda Pública, lo que se espera ocurra el lunes 5 de octubre. Junto con ello, el Gobierno debe concretar su compromiso de modificar el decreto que define la meta fiscal, que había sido actualizado en febrero pasado pero que el mayor gasto exigido por la pandemia dejó obsoleto.

Inicialmente se había comprometido reducir el déficit estructural desde -3,2% del PIB en 2020 a -2,5% del PIB en 2021, pero ya en junio se estimó que la cifraría sería de -3,5% este año y -4,1 el próximo.