Economía

Mercado se resigna a impuesto mínimo a ganancias bursátiles

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Ahmad Arditi, Pixabay
POR Marcela Gómez |

Aunque los agentes valoran el diseño de Hacienda que minimiza impactos negativos, temen que en el debate se pueda terminar desdibujando.

Para aumentar la la participación, profundidad y liquidez del mercado local de acciones, en 2001 se aprobó la ley que eximió del impuesto a la renta a las ganancias de capital provenientes de la enajenación de acciones con presencia bursátil. Esa legislación, conocida como MK1, permitió que esos retornos en bolsa quedan libre de impuestos.

Veinte años después, con un mercado más desarrollado que entonces y en el marco de la propuesta de ley corta de pensiones, el Gobierno propone que esas ganancias tributen, pero con una tasa de 5%. El pago sería anual y considera todas las ventas que se registren desde los seis meses posteriores a la publicación de la ley. La exención se mantiene para inversionistas institucionales locales y extranjeros (como AFP, compañías de seguros y fondos mutuos). El Ejecutivo calcula una recaudación anual de US$ 56 millones.

Aunque en el Congreso esta exención “estaba en la mira”, el Gobierno no lo había planteado e incluso en la comisión de economistas que revisó las exenciones este fue el tema donde hubo menos consenso. Este martes, un día después del anuncio, la sensación es de resignación entre corredores de bolsa y analistas: no les gusta el cambio, pero lo ven como un “mal menor”. Básicamente, consideran que el diseño de Hacienda “recoge las prevenciones que levantó el mercado”, dice una fuente al tanto de las conversaciones.

“Creemos que la propuesta del Gobierno, a través de una tasa única del 5%, busca acotar de manera razonable los efectos negativos del impuesto a las ganancias de capital, contribuyendo a que el mercado no pierda liquidez”, afirma el gerente general de la Bolsa Electrónica de Chile (BEC), Juan Carlos Spencer. El ejecutivo espera que la discusión parlamentaria “no implique efectos negativos aún más profundos para el mercado de capitales”.

Spencer dice que el impuesto a las ganancias de capital “implica una doble tributación”, ya que técnicamente el valor de las acciones corresponde al valor presente de los flujos futuros, que son los dividendos que sí pagan impuestos. Spencer pide “cuidar nuestro mercado de capitales debido al estrecho vínculo que tiene con el desarrollo de nuestro país y el bienestar de las personas”, para lo cual cita el uso de instrumentos financieros que permiten a personas y empresas para ahorrar, adquirir bienes (como viviendas) y financiar sus proyectos.

Desde la Bolsa de Santiago respondieron que están a la espera de conocer el proyecto para analizarlo.

Difícil equilibrio

“Esta medida ha sido objeto de arduo debate, siendo su principal crítica que pudiese afectar la profundidad y dinamismo del mercado bursátil y financiero en general”, opina el socio adjunto de Impuestos de EY, Víctor Fenner.

Estima que el proyecto ha intentado equilibrar los distintos aspectos en juego, tratando de morigerar el impacto del impuesto: por un lado, estableciendo una tasa baja en forma de un impuesto único; por otro, manteniendo la exención para los inversionistas institucionales, chilenos o extranjeros.

Más allá del mérito de fondo, dice, “desde el punto de vista pragmático parece ser un buen equilibrio”. Esto porque, sostiene, se hace “un gesto político al gravar con impuestos a un sector cuya exención la ciudadanía veía con recelo”, se aumenta (en algo) la recaudación y “se aminora el impacto brutal que hubiera tenido gravar estas operaciones con impuestos bajo reglas generales, dando tranquilidad al mercado de que el asunto se intenta abordar con mesura”.

Los temores

Sin embargo, el recelo ante el cambio en las reglas del juego es generalizado. “Respecto a los gravámenes aplicados a las ganancias de capital, los efectos negativos en el mercado son múltiples: volúmenes transados, costo de financiamiento, liquidez, entre otras materias”, comenta el gerente de Renta Variable de BICE Inversiones Corredores de Bolsa, Felipe Figueroa. Y recuerda lo ocurrido en Perú, “país que aplicó gravámenes al mercado bursátil y tuvo que eliminarlos el año 2016 producto de los efectos mencionados anteriormente“.

El estratega senior de BCI Corredora de Bolsa, Alexis Osses, opina que debido a que el impuesto único se aplicará solo a no institucionales, habrá un impacto más limitado en el mercado, que “se ha notado en los precios de los activos en el corto plazo”. Sin embargo, añade que en la discusión podrían surgir alternativas “que pueden impactar más negativamente”, como por ejemplo gravar las operaciones que realizan inversionistas institucionales. Con todo, estima que por ahora los efectos “posiblemente sean menos negativos” que los esperados cuando se presentó la idea hace algunos años.

En cuanto al debate de la iniciativa, Felipe Figueroa considera “fundamental entregar una señal clara al mercado y lograr un acuerdo de largo plazo que permita fortalecer la confianza de los inversionistas en el mercado accionario local”.