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Deloitte: los consumidores chilenos tienen el mayor nivel de preocupación financiera del mundo

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Agencia Uno
POR Francisca Vargas |

El socio líder del área de la industria de consumo explicó que el país estaba acostumbrado a la estabilidad financiera y proyecciones claras, “y de la noche a la mañana se les mueve el piso”.

El consumo parece haber entrado en una fase paulatina de recuperación. Con el desconfinamiento de algunas comunas en Santiago, los hábitos de consumo de los chilenos se han acercado medianamente a lo que eran antes de la pandemia.

No obstante, un factor que persiste en las personas es la preocupación respecto de cómo se comportarán sus finanzas y cuáles son las implicancias para la salud de volver a retomar las actividades normales. En este contexto, Deloitte elaboró un estudio en que estudia los patrones de consumo de 18 economías a nivel global.

Chile, en particular, se muestra como el país cuyos habitantes tienen más ansiedad en torno a dos ejes: incertidumbre financiera (miedo a perder el empleo), y “ahí la cifra es sumamente alta y te diría que hay un número importantísimo en comparación con otros países: en Chile el 70% dice que tiene miedo de perder el empleo”.

Respecto a la preocupación financiera, 60% declara tener reparos sobre los próximos pagos que debe realizar y un 51% afirma que postergará compras que tenían programadas, “entre todos los países que mide el estudio, Chile es el que mayor preocupación tiene”, comentó Miguel Pochat, socio líder del área de la industria de consumo en Deloitte.

Otro elemento de preocupación en los chilenos es la salud propia y de sus familiares. De acuerdo con las cifras de Deloitte, el 75% de los chilenos tiene algún grado de preocupación por su propia salud, mientras que el 80% se focaliza en los efectos de la pandemia en su entorno más cercano. “En estos dos ejes, el consumidor chileno está muy pegado al de México, India y China”, señaló en PAUTA Bloomberg, de Radio PAUTA.

Justificaciones

Una de las explicaciones generales a la ansiedad del consumidor chileno, dijo Pochat, es que “ha estado acostumbrado durante los últimos años a una proyección financiera estable, con una inflación controlada, con consumo a crédito, con una proyección clara de lo que pasa los próximos tres o cinco años y con un índice de desempleo bajo”.

Todo sería normal hasta ese punto. No obstante, “de repente se mueve el piso, y el consumidor chileno se asustó más que el resto, porque si comparamos los índices de cualquier otra economía en cuanto a índices de Covid, en cuanto a índices de desempleo, etcétera, no estamos muy distinto a otros. Pero la hipótesis es que el consumidor chileno ya hace un par de décadas tiene una situación económica estable, que le ha permitido proyectarse, y de noche a la mañana se le mueve el piso” 

Históricamente, comentó Pochat, el chileno se muestra “bastante más negativo ante una noticia mala que una recepción positiva a una noticia buena. Si están con humos negativos, contagian al resto”.

Por esta razón, el consumidor que está acostumbrado a cierto grado de estabilidad económica recibe peor la información negativa y sus potenciales efectos.

Si uno lo lleva a cifras duras, económicas, desempleo, no estamos genial, pero no estamos muy distinto de muchos de los otros países que miden este estudio. Cuando uno hace una comparación de desempleo, caída del PIB, no somos distintos al resto, pero sí en el aspecto de consumo”, agregó.

Retiro del 10%

Tanto el desconfinamiento como el retiro de los ahorros previsionales han tenido impacto en el consumo, dice Pochat. En el sondeo realizado en la primera semana de agosto, a pocos días de que se iniciaran los trámites para acceder a los dinero, “es la primera vez que en el estudio pasamos de números rojos (en términos de intención de compra en electrónica, ropa, muebles) a números verdes”.

El socio líder del área de la industria de consumo en Deloitte aseguró que el 31% de los consumidores dice que en las siguientes cuatro semanas van a gastar más en ítems de electrónica que lo que gastaron las cuatro semanas pasadas. Esto se puede entender por “lo golpeadas que estas categorías han estado desde que empezó el confinamiento y gente que ha contraído mucho su consumo. En cuanto se abren un poco más las puertas, y además, me ponen algo más en la cuenta, salgo desesperadamente a gastar en estas categorías que han tenido una contracción muy fuerte en el pasado”.

A la baja

Contrario a lo que ha pasado con la electrónica y artículos de consumo básicos, los viajes continúan deprimidos. “Hay una contracción que está muy relacionada con el miedo de salud, no me siento tranquilo subiéndome a un avión (solo el 23% declara lo contrario), o visitando un hotel. Se ha mantenido en el estudio siempre un 5% que dice que piensa gastar en cruceros, pero el tema de vuelos domésticos sí tiene una contracción fuerte respecto de lo que ha sido usual”.

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Al contrario, lo que va al alza son los llamados “compradores conscientes”. Miguel Pochat destacó que casi la mitad de los consumidores dice que prefeire comprar en aquellos negocios que han tomado medidas preventivas efectivas por el Covid-19.

Junto con eso, “también se da ese concepto de comprar al proveedor local, al almacén que tengo cerca. Aquí hay dos sentimientos: uno es el sentimiento de quiero proteger a mi comercio cercano, y un 42% dice que, ante el mismo precio, oferta, variedad, prefiero comprar al que tengo cerca. Y lo otro es el que prefiere comprar en algo que por comodidad le queda cerca”.                          

Al contrario de lo que se podría esperar, indicó Pochat, de aquellos consumidores que siempre están en busca de las ofertas, solo el 33% dice que si ve un producto con precio rebajado lo compraría hoy.

Revise la entrevista con Miguel Pochat en PAUTA Bloomberg