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Por qué la FNE tiene en la mira al marketing en los medicamentos

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Agencia Uno
POR Maria del |

Expertos desmenuzan el análisis de la entidad sobre este mercado y las propuestas que planteó para abaratar precios y promover la bioequivalencia.

El miércoles 21 de octubre, la Fiscalía Nacional Económica (FNE) publicó un inédito trabajo en el que plantea sus propuestas preliminares para reformar el complejo mercado de los medicamentos. Tras un año y medio de investigación, la entidad que encabeza Ricardo Riesco hizo  una primera entrega de resultados, los cuales fueron puestos en consulta al mercado hasta el 20 de diciembre próximo. En el documento, la FNE propone 14 medidas para transformar la manera en que hoy en día opera ese sistema, iniciativas con las que busca aumentar la competencia y, como consecuencia, reducir los precios de los remedios de cara a los consumidores. 

El mercado que existe en torno a los medicamentos ha sido analizado en varias ocasiones. El caso de la colusión de las farmacias, destapado por la misma entidad en mayo de 2008, dio pie para varias investigaciones en la materia, hace más de diez años.

Sin embargo, según la investigadora del Centro de Estudios Públicos (CEP), Carolina Velasco, esta es la primera vez que se elabora un documento que revisa el rol de todos los actores involucrados en el mercado de los remedios y justamente ahí reside su valor. “Gran parte de por qué no funcionaron quizás las medidas anteriores es porque no se estaba abordando el mercado por completo. Este mercado en particular es muy complejo y está intermediado por muchas personas”, comenta. 

Las propuestas centrales de la FNE apunten a corregir distintos frentes, apuntando a cuatro objetivos centrales: que se introduzcan más medicamentos bioequivalentes en el mercado, que se obligue a los médicos a recetar medicamentos sin marca, que se obligue a las farmacias a dispensar los medicamentos más baratos y que el Estado compre medicamentos de manera más transparente, eficiente y efectiva.

El fracaso de la bioequivalencia

Claudio Lucarelli, profesor de la Escuela de Negocios Wharton en la Universidad de Pensilvania es uno de los expertos que asesoró a la FNE en su investigación. En conversación teléfonica con PAUTA Bloomberg explica que uno de los problemas que existe en el mercado local es el de los bioequivalentes, ya que a su juicio esa política en Chile ha tenido un impacto muy limitado.

“En general, las normas de bioequivalencia se implementan en los países como una herramienta que es muy útil para que pacientes y médicos tengan garantías de calidad, de que el medicamento genérico [cuyo efecto terapéutico equivale al de uno patentado originalmente] es igualmente efectivo que el medicamento innovador [desarrollado y patentado tras una investigación]. Entonces, pueden sustituir desde el innovador al genérico y en otras palabras tener productos más homogéneos, que compitan más en precio”, explica.

Sin embargo, dice, en Chile esa sustitución no logró por variadas razones. Detalla que el informe de la FNE revela que el 80% de los fármacos inscritos  todavía no tienen un bioequivalente. A esto se suma queprácticamente no existe la sustitución. “Según la encuesta que hizo la FNE, el 96% de las personas compra el remedio que le recet ó el médico”, comenta. Comportamiento con el que coincide Velasco: “El usuario se entrega a lo que dijo el doctor”. 

El Fiscal Nacional Económico, Ricardo Riesco. Crédito: Agencia Uno

Prescripción sin marca

Entre los objetivos planteados por la FNE está el de obligar a los médicos a recetar medicamentos sin marca, empleando su denominación común internacional (DCI). Claudio Lucarelli señala que el que los médicos receten por DCI es algo que ya está presente en el código sanitario actual, ya que para que exista sustitución deben poner, a modo de información, cuál es la DCI. “Pero eso no se cumple y tampoco se puede fiscalizar”, señala.

Por eso, a juicio del experto,una buena solución es la idea de avanzar en la sustitución automática; es decir, que sea el punto de venta el que reemplace el medicamento por su bioequivalente más barato. “Es una medida muy muy potente. De hecho, en EE.UU. se hace de esa manera: el médico puede escribir lo que quiera en la receta, incluso la marca, pero en el punto de venta el químico farmaceútico lo puede sustituir por un genérico-bioequivalente a menos de que el médico lo prohíba”, comenta Lucarelli.

Con esto se lograría hacer algo que ya se ha implementado en otros países y es que el modelo deje de estar basado en los médicos o en lo que estos prescriban, para centrarse más bien en los químicos farmaceúticos, quienes son profesionales universitarios especialistas en medicamentos. “Si ellos saben cuáles son las alternativas para sustituir el medicamento, lo pueden hacer en el punto de venta y de esa forma nos olvidamos de este tema de que el médico prescribe por marca”, comenta Lucarelli. 

Marcas de genéricos

A ojos del experto, es justamente el tema de las marcas de los medicamentos uno de los temas centrales a modificar, ya que hoy de hecho la mayoría de estos productos se comercializan por marca y no por sus compuestos. “El estudio ataca el problema principal que existe en Chile: que tenemos medicamentos, incluso genéricos, que explotan su poder de mercado a través de marcas”, solamente por un tema comercial, comenta. 

“Acá lo que se busca es que una vez que exista un producto genérico, una vez que expire una patente, tengamos una entrada mucho más agresiva de productos y que exista competencia en precios”, plantea, lo que a su vez se traduciría en valores más económicos para los usuarios. En el caso de los medicamentos innovadores, dice Lucarelli, debe existir un premio al esfuerzo hecho en investigación y desarrollo. Por eso, explica, reciben una patente, lo que a su vez les entrega poder de mercado. 

El experto detalla que en Chile no solamente los medicamentos innovadores tienen marca, sino que también hay marcas de génericos, “que ejercen poder de mercado sin tener ningún mérito en términos de propiedad intelectual. Entonces, con una norma de bioequivalencia bien implementada, tendríamos mayor competencia en precios, ya que no sería rentable para los laboratorios invertir en marcas”.

Gasto en marketing

El gasto en márketing que los laboratorios realizan de cara a los médicos es otro tema que la FNE ha puesto sobre la mesa. Según ese informe, estos invierten unos US$ 200 millones al año para promover sus marcas entre los médicos.

Esto podría cambiar si existiesen muchas alternativas de bioequivalentes, estima Carolina Velasco, ya que si los remedios son exactamente iguales, no serviría de nada promover una marca u otra que en esencia tienen los mismos componentes y efectos. “Lo que importa es quién lo vende más barato porque logra una mejor tecnología para producirlo”, dice. 

Otro de los puntos que promueve la FNE es que las farmacias vendan al precio más bajo. Esto, a su vez eliminaría la posibilidad de que los visitadores médicos, que hasta hoy contactan a los doctores para promover sus marcas, se acerquen ahora a los químicos farmacéuticos para que prefieran sus remedios.

Además, el organismo por competencia plantea que las farmacias reciban un cargo fijo por dispensar medicamentos. “Es decir, que no tengan incentivos a dispensar un medicamento en particular. Que eso tenga un pago fijo independiente de lo que se dispense”, explica Lucarelli. “Si tenemos por ejemplo que los márgenes se computan en relación al precio, entonces claro, existen incentivos para dispensar lo más caro. Pero si se determina que desde ahora las farmacias, su negocio, es dispensar medicamentos  y que reciben un monto fijo independiente de lo que dispensen,, entonces de esa forma se eliminan esos incentivos”, concluye. 

Vea la entrevista completa a Carolina Velasco en PAUTA Final:

Escuche la entrevista completa a Claudio Lucarelli en PAUTA Bloomberg: