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Presidenta de AFP de Perú y retiro anticipado de fondos: “Es una pésima idea”

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Agencia Uno
POR Maria del |

Giovanna Prialé plantea que una mejor alternativa en el caso de los enfermos terminales es optar por un seguro de invalidez que haga un aporte mayor a los ahorros.

Aunque originalmente la discusión central de la Reforma Previsional giraba en torno al aumento de la cotización obligatoria en un 4% con cargo al empleador, a estas alturas el principal debate es por la propiedad de los fondos ahorrados y si, por lo tanto, los afiliados pueden retirar anticipadamente los dineros cotizados para hacer uso de ellos. El martes 15 de octubre la segunda sala del Tribunal Constitucional (TC) le abrió la puerta a la idea, declarando admisible el requerimiento de la Corte de Apelaciones de Antofagasta, hasta donde llegó el caso de la profesora María Angélica Ojeda, quien recurrió a la justicia precisamente para solicitar el retiro de los fondos desde su administradora, en este caso para pagar un crédito hipotecario. 

Un día antes de conocerse la decisión del TC, fue el Presidente Sebastián Piñera quien se abrió a la posibilidad de permitir este retiro, aunque acotándolo específicamente a los casos de personas con enfermedades terminales. Donde esta medida ya es una realidad es en el sistema peruano, en el cual desde el año 2016 se permite el retiro anticipado de ahorros previsionales. 

Sin pensión básica

En conversación telefónica con PAUTA Bloomberg, la presidenta de la Asociación de AFP de Perú, Giovanna Prialé, explica que si bien la medida que se discute en Chile apunta a algo parecido, el sistema peruano y el sistema local tienen algunas diferencias que para estos efectos son relevantes. 

“En Perú, cuando nace el sistema privado de pensiones nunca se consideró incluir la pensión mínima como un derecho en el sistema privado de pensiones”, comenta, marcando el punto respecto de la Pensión Básica Solidaria y del Aporte Previsional Solidario que se introdujeron al sistema chileno. Entonces, dice Prialé, la ley que permite el retiro del 95,5% de los fondos ahorrados nace en parte porque el Estado peruano decidió no hacer aportes para que los afiliados tengan acceso a pensiones mínimas. “Por lo tanto, lo que se hizo es fomentar que aquellas personas que tenían cuentas individuales de capitalización pequeñas –porque habían aportado pocos meses, o porque tenían sueldos muy bajos–, en lugar de que “el Estado complemente la diferencia y a través de un subsidio alcancen un pensión mínima, se optó por lo más fácil, que es dejar que esas personas gasten en consumo corriente el ahorro que tenían acumulando para la jubilación”, comenta la experta.

Según Prialé, esto ha provocado un problema serio: que en promedio 80.000 personas no van a tener derecho a una jubilacion porque el dinero ya se lo van a haber gastado antes de tiempo. 

Discusión rápida y demagógica

Sobre si la iniciativa que se discute en Chile, más allá del caso de los enfermos terminales, es una buena o mala idea, Prialé es categórica: “es una pésima idea”, dice. Según la ejecutiva, cuando en Perú se tomó una decisión equivalente se hizo sin analizar datos y de forma “rápida y demagógica”, en medio de una elección presidencial. Una vez analizadas las cifras se concluyó que las personas que estaban retirando los fondos normalmente eran personas que si hubiesen permanecido en el sistema hubiesen podido optar por una persión mínima, algo que no lograron porque la ley fomentó el retiro anticipado de fondos. 

Asimismo, Prialé señala que dos de cada tres personas que han sacado sus dineros lo han hecho porque se han quedado sin trabajo, retirando los recursos mucho antes de la edad de jubilación. Según comenta, es claro que el libre retiro no resuelve los problemas de fondo. Por un lado, porque quienes sacan los ahorros no logran fuera del sistema de AFP rentabilidades equivalentes. En ese sentido la ejecutiva comenta que la rentabilidad promedio de los fondos del sistema peruano es de un 11% anual desde que fueron creados. Pero además explica que de cada 10 personas que han retirado los recursos, tres lo han gastado en gasto corriente, cuatro han apostado por alguna estrategia de ahorro logrando una rentabilidad menor, y la diferencia ha regresado al sistema previsional, aunque bajo la modalidad de ahorro voluntario sin fin previsional, buscando mayores rentabilidades. 

“Lo que hace el llamado 95,5 es que las personas que tienen altos ingresos probablemente lo van a regresar al sistema privado para seguir ganando esa rentabilidad, pero las personas que tienen un fondo pequeño va a tener que usarlo en necesidades de corto plazo. Los tres casos más comunes han sido para el pago de deudas 35%, el pago de vivienda 28% y el tratamiento de enfermedades 18%”, detalla Prialé.

Seguro en el caso de enfermedades 

Para las enfermedades terminales, el caso peruano contempla un camino distinto. Según Prialé, en esos casos se opta por iniciar el proceso de calificación por invalidez, entendiendo que una enfermedad terminal a la larga provocará la invalidez del afiliado. La ventaja de optar por esta vía, dice Prialé, es que por un lado se logra una tramitación rápida y por lo mismo más eficiente, permitiéndole a la persona enferma optar rápidamente al retiro de los recursos. 

Pero además permite el acceso a una cobertura adicional por parte de las compañías de seguros, que en promedio en el caso peruano le otorgan al afectado hasta cuatro veces lo que tiene ahorrado en sus fondos. 

Escuche la conversación completa en PAUTA Bloomberg acá: