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¿Es cierto que cuando Estados Unidos estornuda, América Latina se resfría?

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POR Andres Sepúlveda |

La frase tiene bastante de cierto, al menos si se analiza por las variaciones de los PIB y los índices accionarios. El aumento de la inflación ha agregado ahora último un tercer factor de incidencia.

El temor sobre el futuro económico en Estados Unidos mutó drásticamente en los últimos días: de una eventual desaceleración a una posible recesión. Hasta ahora, las últimas proyecciones del Fondo Monetario Internacional prevén que el crecimiento de la mayor economía del mundo será menor a lo esperado. De acuerdo a los datos de abril se proyecta un 3,7% para este año, comparado con el 5,6% del 2021.

A partir de este panorama más complejo, nuestro Perro de caza, de Watchdog PAUTA, quiso verificar qué tanto impacto puede tener en Chile un enfriamiento de Estados Unidos.

Estados Unidos

¿Qué tan cierto es que cuando Estados Unidos estornuda, América Latina cae a la cama con gripe? Una forma de analizarlo es a través de las variaciones del Producto Interno Bruto. Utilizando los datos del Fondo Monetario Internacional durante las tres últimas crisis de crecimiento, la respuesta parece ser que sí.

Los últimos años de la década de los 90 vieron al mundo enfrentados con la crisis asiática. En 1998 Estados Unidos creció 4,5% y se contrajo 0,5% al año siguiente. Sudamérica también pasó del azul al rojo: de 1,2% a -1,3%. Y Chile hizo lo propio: de una expansión de 4,4% en 1998 a una caída de 0,5% de su PIB en 1999.

Una idéntica tendencia se dio una década después, para la crisis subprime, ocurrida en 2008 y 2009. Para este artículo, se compararon los crecimientos del año anterior al estallido de la crisis (2007) con los de 2009: Estados Unidos pasó de 2% a -2,6%; América Latina de 6,7% a -1%; y Chile de 4,9% a -1,6%.

En 2020 vino la crisis global del coronavirus. Y al comparar las expansiones del PIB de ese año con las de 2019, se tiene que Estados Unidos pasó de crecer 2,3% a -3,4%; Sudamérica de 0,2% a -6,5%; y Chile de 0,8% a -6,1%.

Igal Magendzo, economista y cofundador de Pacifico Research, explica que esto se produce porque “la posibilidad de una recesión en la principal economía del mundo se traduce en una menor demanda por los productos que exporta Latinoamérica, en particular los commodities”.

Aunque la influencia de China está al alza, Magendzo agrega que Estados Unidos sigue siendo un socio comercial clave para América Latina, por lo que resulta decisivo en la demanda de productos importados. “La evolución del mercado financiero norteamericano afecta directamente a economías pequeñas y abiertas como ocurre a lo largo de la región”.

¿Y hay relación en el mercado bursátil?

Otro “termómetro” para medir la incidencia de Estados Unidos en la región son los índices bursátiles. Javier Pizarro, gerente de Research de Banchile Inversiones dice que “la correlación entre el IPSA y el S&P 500 (el índice más representativo de Wall Street) tiende a aumentar en períodos de crisis globales, ya que los inversionistas reaccionan castigando a todos los activos de riesgo”.

Pizarro agrega que las bolsas chilena y estadounidense tuvieron una alta correlación en la década de 2000, pero esta cambió desde 2011 en adelante, con el período de ajuste en las materias primas. “El IPSA entre los años 2010 y 2015 disminuye en dólares un 50%, de la mano de la caída del precio del cobre, mientras que el S&P 500 sube un 80% con un peso del sector tecnológico cada vez mayor”.

En esta misma línea, Magendzo señala que “las tasas de interés de los mercados de la región aumentan y los tipos de cambio se deprecian en la medida que los capitales buscan mayor retorno y seguridad en Estados Unidos”. Y con el aumento de la inflación en el mundo -pero también en Estados Unidos-, Magendzo agrega que en Latinoamérica “las tasas de la deuda soberana han aumentado, las monedas se han depreciado ante el dólar y la aversión al riesgo ha generado caídas sustanciales en los índices accionarios”.

El factor inflacionario

En Chile, la inflación alcanzó un aumento de 11,5% los últimos 12 meses, mientras que en Estados Unidos subió 8,6% en el mismo periodo. Estas cifras se explican por varias razones: recuperación de márgenes por parte de las empresas, aumento del precio de la energía y los combustibles, tasas de interés muy bajas durante más de un lustro, y la demanda de bienes que hubo al salir de confinamiento, producto del dinero que se pudo ahorrar con las

transferencias directas que dieron algunos gobiernos. A esto se suma ahora, además, el alza de los alimentos y un incremento adicional de los combustibles por el efecto de la guerra entre Ucrania y Rusia.

“Respecto a la política monetaria, los aumentos de inflación señalan un escenario adverso para la Fed. La inflación está lejos de ser controlada y el ritmo previo de incrementos de tasa de política monetaria ha resultado insuficiente” afirma Magendzo.

Este miércoles 15 de junio la Fed aplicó un aumento de 75 puntos base en su política monetaria, la más agresiva en casi 30 años, llevando los tipos de interés al rango entre 1,5% y 1,75%.

El impacto de la inflación en el país se puede evidenciar en el valor de la canasta básica. En enero de 2022 el precio era de $50.985 en cambio ahora en mayo tuvo un incremento de $5.110 pesos ($56.095). Según el último informe mensual de la Subsecretaría de Evaluación Social, en este periodo (mayo 2022) hubo un aumento en el precio de un 87% de los productos de la canasta básica.

WatchDog PAUTA es un proyecto de fact-checking conjunto entre la Facultad de Comunicación de la Universidad de los Andes y PAUTA. Busca tomar temas en la agenda y rastrear su veracidad desde una perspectiva positiva, no inquisitoria.

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