Actualidad

La familia que simboliza la radical transformación de Singapur

Imagen principal
Bloomberg
POR Eduardo Olivares |

El clan comenzó en el negocio de la construcción de prisiones y embarcaderos. Ahora los Yong lideran un holding que abarca entretenimiento y residencias de lujo.

Son lugares que encapsulan Singapur: Jardines de la bahía, con sus gigantescos árboles artificiales y conservatorios botánicos llenos de orquídeas; Lau Pa Sat, el salón de comidas de la época colonial que presenta cangrejo de ají y arroz con pollo; el aeropuerto Jewel Changi, un complejo futurista de compras y entretenimiento como se ve en “Locamente Millonarios”.

Todos esos puntos de referencia, y muchos más, son obra de una empresa que ha perdurado durante casi un siglo bajo una sola familia: los Yong. Desde la década de 1920, cuando los tigres todavía deambulaban por lo que entonces era un puesto avanzado humeante de la Gran Bretaña imperial, los Yong han estado dando forma al paisaje urbano.

Hoy, la cuarta generación se está preparando para asumir el liderazgo del imperio privado de la familia, Woh Hup Holdings Pte.

El clan de los Yong en un país transformado

El hecho de que los Yong hayan mantenido el control de Woh Hup es un testimonio de la transformación de Singapur, así como del enfoque cambiante del clan desde la infraestructura básica –como las prisiones y los muelles– hasta el entretenimiento y los departamentos de lujo.

El director ejecutivo de Woh Hup, Eugene Yong, es el primero en admitir que la construcción no es un trabajo glamoroso: “Es más importante que las personas estén orgullosas de lo que hemos hecho”, dice el hombre de 67 años. Pero por muy discreta que sea la familia, servir como contratista de algunos de los proyectos inmobiliarios más grandes del país ha creado una riqueza fabulosa.

Los ingresos de Woh Hup en el año hasta el 30 de junio de 2018 fueron de 1.100 millones de dólares de Singapur (US$ 791 millones), un 31% más que el año anterior, y los ingresos netos totalizaron 51,8 millones de dólares de Singapur. La familia declinó revelar datos más recientes, pero según cálculos de Bloomberg, el clan vale alrededor de US$ 600 millones.

Los orígenes de Woh Hup se remontan a 1927, cuando el abuelo de Yong, Yong Yit Lin, fundó el grupo después de mudarse de Malasia en busca de licitaciones de construcción del gobierno. Yit Lin, originario de China, tuvo su primera gran oportunidad como contratista cuando obtuvo un trabajo construyendo cercas y puestos de jardín para una residencia británica.

En Singapur, el negocio se expandió para entregar proyectos a gran escala como el Muelle de Clifford, la prisión de Changi y el antiguo Ministerio de Trabajo, edificios que ayudaron a completar el paisaje de la ciudad en los primeros años. El padre de Yong, Nam Seng, se hizo cargo del negocio como miembro de segunda generación a fines de la década de 1950 y sigue siendo el presidente de Woh Hup. El hermano mayor de Eugene, Tiam Yoon, es vicepresidente.

Ahora que Woh Hup está en su cuarta generación, desafía fácilmente el estereotipo de que la tercera generación de riqueza tiende a arruinar una fortuna.

La clave en la diversificación

Michelle Yong, la nieta de Nam Seng, es una de las nuevas guardias. Se unió a la empresa familiar en 2007, después de un periodo de estudio y trabajo en el Reino Unido, y dirige Aurum, una subsidiaria 100% propiedad de la familia que se enfoca en bienes raíces residenciales boutique.

La clave del éxito de Woh Hup ha sido su capacidad de diversificación.

“Muchos miembros de la familia ya habían agregado mucho valor”, dijo la mujer de 41 años en una entrevista desde una oficina en Tanjong Pagar, un distrito donde el comercio chino y las casas de té han dejado espacio para estudios de yoga y bares de moda. “Cuando surgió la oportunidad Aurum, fue una oportunidad para que yo tomara las riendas y tratara de sacarle provecho”.

Otros negocios que Yong ha ayudado a encabezar bajo el paraguas de Aurum incluyen la firma de espacios de trabajo compartidos Found8, el equipo de capital de riesgo Aurum Investments Pte, que fomenta nuevas empresas de tecnología de propiedad, y Core Collective, un centro colaborativo para profesionales de fitness y bienestar.

Aurum reduce la dependencia de Woh Hup, a la que Yong se refiere como el “castillo”. Ella describe sus otras empresas como “pequeñas aldeas fuera del castillo” que contribuyen a su éxito. Found8 tiene planes de expandirse más allá de Singapur y Malasia, por ejemplo, mientras que Yong también está considerando un concepto de vida de jubilación.

“Creo que si hay demasiadas personas peleando por el mismo volante, puede provocar problemas”, dijo. “Es mejor crear muchas oportunidades para que no solo crezcan los miembros de la familia, sino también los miembros del equipo”.

La próxima generación

Como madre de tres hijos con otro en camino, Yong sabe algo sobre realizar varias tareas a la vez. Tener ayuda doméstica también es importante, al igual que el esposo de Yong.

“Él es quien prepara a los dos niños mayores para ir a la cama todas las noches para que yo pueda trabajar hasta tarde si es necesario, y también los lleva a viajes solo para niños para darme un tiempo libre los fines de semana”, dice.

Aún así, a Yong no le gusta la palabra sacrificio; como madre, ha incorporado la flexibilidad en las empresas que dirige.

“Ser emprendedora y ser mi propia jefa definitivamente me da mucha más flexibilidad que si fuera solo una empleada”, dice. “He traído al bebé a la oficina y hemos convertido las salas de reuniones en guardería. En Found8, hay una sala de maternidad y las madres que trabajan pueden traer a sus hijos siempre que no molesten a otros miembros. Tenemos una política muy amigable para los bebés”.

Sobre la cuestión de si sus hijos serán la quinta generación de Woh Hup, Yong dice que le gustaría que lo fueran, pero no hay ninguna obligación.

“De hecho, estamos empezando a pensar en un gobierno familiar, como el gobierno corporativo, donde establecemos reglas sobre las expectativas que tenemos de los diferentes miembros de la familia que desean unirse al negocio”, dice. “Tiene que estar basado en el mérito, en lugar de un regalo de caridad”.