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Luis Lacalle Pou se convierte en el nuevo presidente de Uruguay

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Bloomberg
POR Maria del |

El mandatario electo, que rompe con 15 años de la izquierda en el poder, tendrá que tomar medidas impopulares en economía y educación.

Luis Lacalle Pou del Partido Nacional de centroderecha ganó la presidencia de Uruguay después de que su rival cedió cuatro días después de la segunda vuelta electoral. Lacalle Pou, político de carrera e hijo de un expresidente, fue felicitado por su oponente Daniel Martínez del gobernante Frente Amplio, dando fin así a 15 años en el poder del partido de izquierda.

“La evolución del escrutinio de los votos observados no modifica la tendencia”, escribió Martínez en Twitter. “Por lo tanto, saludamos al presidente electo, Luis Lacalle Pou, con quien mantendré una reunión mañana”.

Con una diferencia de solo 1,2 puntos porcentuales en un conteo preliminar, Martínez se había negado a ceder hasta que el tribunal electoral terminara su conteo final. El tribunal electoral aún no ha publicado sus resultados finales.

Giro a la derecha

Uruguay, uno de los países más ricos de Sudamérica, ya había iniciado su giro hacia la derecha en las elecciones generales del 27 de octubre que mostraron cómo Frente Amplio perdía control del Congreso por primera vez desde 2005.

La victoria de Lacalle Pou forma parte de una reciente reacción contra el oficialismo en una región donde latinoamericanos han votado por el cambio, ya sea de derecha o de izquierda. También llega en un momento de mayor volatilidad en Sudamérica con violentas protestas en Colombia, Ecuador, Bolivia y Chile.

El resultado en Uruguay significa que la derecha gobernará en tres de los cuatro países que constituyen el bloque comercial sudamericano conocido como Mercosur. Eso podría aislar al presidente electo de Argentina, el populista de izquierda Alberto Fernández, cuando asuma el cargo el próximo mes.

El bloque se encuentra bajo presión tras los comentarios del presidente Jair Bolsonaro que ponen en duda si Brasil permanecerá en Mercosur. Uruguay no puede darse el lujo de perder su mercado de exportación en Mercosur si el bloque se deshace, pero al mismo tiempo necesita que Mercosur negocie más acuerdos comerciales con el resto del mundo, dijo en una entrevista Ignacio Bartesaghi, decano de la escuela de ciencias empresariales de la Universidad Católica de Uruguay.

“Cuando hay dos actores como Argentina y Brasil, con tanto peso, y dos presidentes que están tan alejados como Fernández y Bolsonaro, es Uruguay quien puede intermediar”, dijo. Agregó que Argentina necesita un aliado para evitar que la posición extrema de Bolsonaro se convierta en realidad.

Economía inestable

El exlegislador de 46 años y heredero de una de las dinastías políticas más antiguas de Uruguay comenzará su mandato de cinco años el 1 de marzo como jefe de una amplia “coalición multicolor” de cinco partidos que abarca desde el centro-izquierda hasta la extrema derecha. La agrupación tendrá amplias mayorías en ambas cámaras del Congreso.

Lacalle Pou, quien ya nombró a tres ministros, incluida la exdirectora de la Unidad de Gestión de Deuda Azucena Arbeleche como su ministra de Economía y Finanzas, dijo que nombrará el resto de su gabinete a mediados de diciembre.

El nuevo Gobierno heredará una economía ligeramente más sólida gracias a los esfuerzos del presidente saliente, Tabaré Vázquez, de asegurar US$ 5.000 millones de inversión en obras públicas y la construcción de una planta de celulosa masiva. Economistas encuestados por Bloomberg pronostican un crecimiento de 1,5% el próximo año y de 2% en 2021, en comparación con un exiguo 0,3% este año.

Reformas impopulares

Aun así, la economía de Uruguay enfrentará vientos en contra de sus dos vecinos mucho más grandes, con la probabilidad de que la crisis económica de Argentina continúe y la recuperación de Brasil sea lenta, según el informe de riesgos de América Latina de James Boswoth.

Reducir un déficit del sector público cercano al 5% del PIB para proteger el acceso de Uruguay a crédito barato es una parte clave del programa de políticas de Lacalle Pou, que incluye reformas potencialmente conflictivas de la seguridad social y la educación pública. Sus asesores prometen reducir el excesivo gasto en US$ 900 millones tan solo en 2020.

Los disturbios regionales y su estrecha victoria podrían llevar a Lacalle Pou a adoptar un ajuste fiscal más gradual, dice Aldo Lema, economista y socio de Vixion Consultores. En oposición, Frente Amplio también tendrá un incentivo para fomentar la estabilidad política, ya que contempla un retorno al poder en 2025, dijo. Pero Lema resaltó que Uruguay está lejos de ser inmune a los disturbios que agitan la región. “La madurez y la estatura del sistema político se pondrán a prueba en los próximos dos años”, dijo.

Oposición responsable

Frente Amplio sigue siendo el partido político más grande del país con la capacidad de atraer a miles de seguidores a las calles. Lacalle Pou también tendrá que llegar a un acuerdo con los sindicatos militantes organizados bajo el paraguas de la poderosa confederación laboral PIT-CNT.

El presidente del partido Frente Amplio, Javier Miranda, dijo a periodistas el lunes que su partido será una “oposición responsable” que defenderá los logros de sus 15 años en el poder. El partido también aceptaría la oferta de Lacalle Pou de ubicar a sus representantes en los directorios de empresas estatales y otras entidades gubernamentales, agregó.

Javier García, senador de Partido Nacional, observa que la coalición gobernante y la oposición están forjando una relación más productiva que en el pasado. La reforma pensional requerirá el apoyo de Frente Amplio para dar legitimidad política al proceso, dijo García en una entrevista antes de las elecciones.

La nueva administración no imitaría la falta de voluntad del gobierno de Frente Amplio para trabajar con la oposición, agregó García. “No vamos a devolver con la misma moneda que pagaron a nosotros”, dijo.