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Las protestas en Colombia pierden fuerza y la policía suaviza sus tácticas

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Bloomberg
POR Maria del |

Los aeropuertos, las minas y los sistemas de transporte masivo funcionaron normalmente, y no ha habido grandes saqueos desde el fin de semana.

Las manifestaciones antigubernamentales en Colombia perdieron fuerza el miércoles debido a la fatiga tras siete días seguidos de protestas, y la policía se volvió menos conflictiva.

Los negocios y las tiendas permanecieron abiertos en el centro de Bogotá, mientras que hace unos días muchos fueron cerrados por miedo a los saqueos. La plaza central de la capital fuera del congreso, que la semana pasada estaba llena de manifestantes, solo estaba medio llena. Los aeropuertos, las minas y los sistemas de transporte masivo funcionaron normalmente, y no ha habido grandes saqueos ni vandalismo desde el fin de semana.

“La gente se está cansando de apoyar las protestas”, asegura Jorge Restrepo, director de Cerac, una institución de investigación con sede en Bogotá que monitorea el conflicto civil del país. “A menos que el gobierno continúe su sucesión de graves errores, esto se desvanecerá”.

Conmoción en la vida cotidiana

Cuando comenzaron las manifestaciones hace una semana, el gobierno del presidente Iván Duque agravó la situación con errores como imponer un toque de queda en la capital y enviar a la policía a romper agresivamente las protestas, explica Restrepo.

Mónica Rodríguez, de 49 años, agente de bienes raíces, dice que al principio no tenía problema con las marchas, pero ya está cansada de la conmoción que están causando en su vida cotidiana.

“Están bloqueando las calles y afectando a los que tenemos que trabajar”, dijo durante una entrevista en Bogotá. “Estoy empezando a preocuparme por lo que pasará con las empresas y la economía”.

El peso en un mínimo histórico

Sin embargo, las protestas continúan entre las más grandes en la historia reciente de Colombia, y algunos manifestantes dicen que permanecerán en las calles para mantener la presión sobre Duque.

“No vamos a terminar. Esto va a continuar indefinidamente hasta que las cosas cambien”, asegura Óscar Peñaranda, de 21 años, un estudiante que asistió a una manifestación el miércoles.

La semana pasada, Colombia se convirtió en el último país andino en ver disturbios masivos, ya que cientos de miles protestaron por las políticas educativas y laborales, así como por los asesinatos sin resolver de líderes sociales, entre otros temas. En Ecuador, Bolivia y Chile también han estallado disturbios sociales en los últimos dos meses.

La temida policía antidisturbios de Colombia ha mostrado una relativa moderación desde que mataron a un manifestante el fin de semana. En los primeros días de los disturbios, las imágenes de palizas policiales y manifestantes atacados con gases lacrimógenos causaron una gran indignación.

El peso se debilitó a un mínimo histórico el miércoles, ante la preocupación de los inversionistas sobre si el gobierno debilitado podrá obtener la aprobación de una ley tributaria en el Congreso.