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La tregua en la guerra comercial EEUU-China tiene su primera firma

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Bloomberg
POR Eduardo Olivares |

El presidente Donald Trump, firmó la fase uno de un acuerdo comercial con China, lo que evitaría la aplicación de sobrearanceles el 15 de diciembre.

El presidente de EE.UU., Donald Trump, firmó un acuerdo comercial llamado de fase uno con China, con lo que se evita la introducción el 15 de diciembre de una nueva ola de aranceles estadounidenses sobre unos US$ 160.000 millones en bienes de consumo de la nación asiática, según personas familiarizadas con el asunto.

El acuerdo presentado a Trump por asesores comerciales el jueves incluyó una promesa de los chinos de comprar más productos agrícolas estadounidenses, según las personas. Los funcionarios también discutieron posibles reducciones de los aranceles existentes sobre los productos chinos, dijeron. Los términos han sido acordados, pero el texto legal aún no se ha finalizado, dijeron las personas. Un portavoz de la Casa Blanca declinó hacer comentarios.

La administración se ha comunicado con aliados en Capitol Hill y en la comunidad empresarial para emitir declaraciones de apoyo una vez se haga el anuncio, dijeron.

Las acciones estadounidenses subieron a récords más temprano el jueves a medida que crecía el optimismo de que habría un acuerdo. Trump tuiteó que EE.UU. y China estaban “MUY cerca” de firmar un acuerdo comercial “GRANDE”, lo que también envió las acciones al alza.

“¡Lo quieren, y nosotros también!”, tuiteó cinco minutos después de la apertura de los mercados de valores en Nueva York, lo que envió las acciones a nuevos récords.

La guerra en capítulos

Trump ha rechazado los acuerdos con China antes. Los negociadores han estado trabajando en los términos del acuerdo de fase uno durante meses, después de que el presidente anunciara en octubre que ambos países habían llegado a un acuerdo que podría ponerse en papel en cuestión de semanas.

Estados Unidos ha agregado un arancel de 25% sobre aproximadamente US$ 250.000 millones en productos chinos y un gravamen de 15% sobre otros US$ 110.000 millones de sus importaciones en el transcurso de una guerra comercial de aproximadamente 20 meses. Las discusiones ahora se centran en reducir esas tasas a la mitad, como parte del acuerdo interino que Trump anunció hace casi nueve semanas.

Además de un aumento significativo en las compras agrícolas chinas a cambio de un alivio arancelario, los funcionarios también dijeron que un pacto de fase uno incluiría compromisos chinos de hacer más para detener el robo de propiedad intelectual y un acuerdo de ambas partes de no manipular sus monedas.

Aplazadas para discusiones posteriores se encuentran cuestiones problemáticas, como las quejas de Estados Unidos desde hace mucho tiempo sobre la vasta red de subsidios –que van desde electricidad barata hasta préstamos a bajo costo– que China ha usado para construir su poder industrial.

Los funcionarios de las dos economías más grandes del mundo han estado bloqueados en negociaciones sobre el acuerdo de fase uno desde que Trump lo anunció.

La amenaza latente

Los nuevos aranceles, que estaban programados para entrar en vigencia el domingo a las 12:01 a.m., hora de Washington, a menos que la administración dijera lo contrario, afectarían a los bienes de consumo chinos, incluidos teléfonos inteligentes y juguetes.

Antes de hoy, los asesores de Trump enviaron señales contradictorias y enfatizaron que no había tomado una decisión sobre los próximos pasos. Los defensores de retrasar el aumento de los aranceles han argumentado que las negociaciones continuas con Beijing le permitirán mantener una línea dura con China sin infligir el daño económico que podría traer más impuestos a las importaciones.

La decisión que enfrenta Trump destaca un dilema con el que se enfrenta antes de las elecciones de 2020: apostar por una escalada de hostilidades con China y los aranceles que tanto le gustan o seguir el consejo de asesores más orientados al mercado y líderes empresariales que argumentan que una pausa en la escalada ayudaría a que la economía estadounidense se recuperara en un año electoral.

Lo que dicen los economistas de Bloomberg

“El resultado de las conversaciones comerciales entre Estados Unidos y China será un determinante clave de la trayectoria para el crecimiento en 2020. En un extremo, un acuerdo que lleve los aranceles a los niveles de mayo de 2019 y proporcione certeza de que la tregua se mantendrá podría generar un impulso de 0,6% al PIB mundial. Por otro lado, un colapso en las conversaciones significaría que el lastre comercial se extienda hasta el año que viene”.

Tom Orlik, economista jefe

Robert Lighthizer, el representante de Comercio de Estados Unidos que lidera las negociaciones con China, se encuentra entre un grupo que ve progreso en las conversaciones y quiere que continúen sin una mayor escalada, según personas familiarizadas con las discusiones. Eso establecería un impulso para concluir las conversaciones en enero, posiblemente antes del discurso del Estado de la Unión al Congreso de Trump.