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Columna de John Müller: “Boric marca en Brasil y autogol de Silva en casa”

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Agencia Uno / PAUTA
POR Andres Sepúlveda |

Las declaraciones de Luis Silva abren la puerta a la relativización de los derechos humanos justo cuando Boric está dando testimonio de su compromiso.

El último chileno que ha marcado un gol en Brasil ha sido Gabriel Boric. No se puede calificar de otra manera que contradijera en su propia casa al legendario Luiz Inácio Lula da Silva, héroe de la clase obrera y presidente de Brasil. Frente al inadmisible pasteleo de Lula con Nicolás Maduro, atribuyendo los crímenes de su dictadura a un relato inventado, Boric dejó en claro que la violación a los derechos humanos en Venezuela “no es una construcción narrativa”. 

Boric ha sido muy consistente en su denuncia de las violaciones de los derechos humanos de los gobiernos de izquierda en Iberoamérica. Ha criticado a Venezuela, Nicaragua y Cuba sin ambages. Eso le dota de una estatura moral que empieza a serle reconocida en otras latitudes, por ejemplo en Europa. Con esta actitud, Boric, además, despeja cualquier duda que pudiera existir sobre la genuina vocación democrática del Frente Amplio, cosa que no se puede predicar del resto de la izquierda chilena, cuyo historial de ambigüedades no le permite trazar una genealogía totalmente democrática.

Pero el gol de Boric ha coincidido con el inesperado autogol de Luis Silva, el consejero constitucional republicano que obtuvo la más alta votación de Chile, defendiendo la condición de “estadista” del general Augusto Pinochet. El problema de Silva es que sus consideraciones históricas revelan que persiste en una parte de la derecha la idea de que Pinochet fue un trade-off, un juego de compensaciones entre la prosperidad económica y las violaciones de los derechos humanos. Silva difunde así la noción de que hay en Chile una derecha, quizá no antidemocrática, pero que está dispuesta a entregar la democracia bajo ciertas circunstancias.

Como era lógico, el presidente no ha perdido la ocasión de marcar el contrapunto que le favorece, pero lo cierto es que resulta lamentable que uno de los líderes republicanos mande estas señales de falta de compromiso con los derechos humanos.