El regulador reformador

Osvaldo Macías ha inaugurado una nueva figura institucional en Chile: el superintendente alineado con las reformas del oficialismo.

Chile tiene una nueva figura institucional: el regulador reformador. Se trata de un funcionario público que es elegido para encabezar un organismo autónomo, como la Superintendencia de Pensiones por ejemplo, que en lugar de limitarse a aplicar la normativa legal, evaluar el sistema con argumentos técnicos y ejercer la fiscalización, tiene su propio concepto de cómo deben ser las cosas, qué reformas deben ser apoyadas y cómo y quién debe aportar sus recursos para repartirlos dentro del sistema.

El ‘regulador reformador’ más destacado de Chile es Osvaldo Macías, justamente el actual superintendente de Pensiones, quien en una entrevista con el diario El Mercurio dejó claro que ha tomado partido por la reforma oficialista. “Estamos en deuda con la gente”, dijo Macías, una declaración que sólo puede ser aceptada desde una perspectiva política porque si está hablando como superintendente de Pensiones lo que debería hacer es presentar su renuncia de inmediato si siente que tiene alguna deuda en cuanto a la gestión técnica de su organismo.

Pero el superintendente no puede asumir una perspectiva política en sus declaraciones, porque eso supone perder la objetividad imprescindible para supervisar correctamente a un sector, sin caer en la prevaricación y la discrecionalidad.

No es raro que las Administradoras de Fondos de Pensiones se sientan indefensas. Ya no sólo el gobierno está propugnando una reforma que va contra ellas, es que, además, el principal fiscalizador del sistema muestra una inocultable antipatía hacia ellas, como cuando las critica por no haber presentado alternativas para mejorar la pensión de la gente, cosa que no es cierta. Que a él no le gustaran las soluciones no significa que no se las propusieran.