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Gestionar el Estado no es una cuestión personal

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Agencia Uno
POR Andres Sepúlveda |

La conversación de Urrejola y su equipo delata la ausencia de procedimientos reglados para gestionar lo público: se actúa como si fuera un asunto personal.

Lo que más me ha sorprendido del audio de seis minutos de la reunión donde la ministra de Relaciones Exteriores valoraba la estrategia a seguir respecto del embajador argentino en Chile no son las groserías, la informalidad o el lenguaje limitado (que denota un pensamiento igualmente limitado), sino la ausencia del Estado de Chile, que es el empleador de todos los que asistían a esa reunión.

La existencia de instituciones como el Estado se suele advertir porque existen procedimientos. Y en esos seis minutos no hay procedimientos. En ningún momento nadie alude en la conversación a solicitar un informe, pedir antecedentes, redactar un memorándum o recabar un análisis a un equipo técnico de la Cancillería para decidir el curso de acción. Sólo hay un instante breve en que se acuerdan de que “habrá que avisarle a la Bárbara”, nuestra embajadora en Buenos Aires, y coordinarse con el aparato de comunicación del Gobierno.

Todo el episodio no hace más que poner de manifiesto que la gestión del Estado en Chile es una cuestión personal, privada, casi íntima. Y, como tal, no hace más que reproducir los sesgos y las limitaciones de cada una de las personas que estaban en esa reunión tomando decisiones que implican y complican el buen nombre de Chile.

En cualquier país serio, la ministra habría solicitado antecedentes a los técnicos, opiniones escritas a los analistas, telegramas a sus embajadores. Se habría abierto un dossier. Y habría una minuta detallada de las conversaciones.

Sí, todo habría sido discreto y probablemente secreto, pero cuando se exigieran responsabilidades, la trazabilidad de una decisión que supone una acción de Estado estaría clara y responsablemente recogida para rendir cuentas.

Si la izquierda quiere legitimar el papel del Estado en Chile, lo primero que tiene que hacer es prestigiarlo implantando procedimientos y haciéndolo eficiente.