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Visita (con guitarra y plata) a la Araucanía

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Agencia Uno
POR Diego Zárate |

“La propuesta de una nueva comisión que se encargue de la demanda de tierras suena anticuada, más cuando aún no se ha evaluado el resultado de las anteriores”, dice John Müller.

Gabriel Boric ha visitado por primera vez La Araucanía con la guitarra presidencial y ha propuesto la creación de una Comisión de Paz y Entendimiento. Según el Presidente, la diferencia con las comisiones anteriores es que ésta no hará diagnósticos porque a su juicio “el diagnóstico está claro”: a la comisión sólo le cabe “determinar la demanda de tierras”. Esto se hará bajo dos restricciones que enunció taxativamente, que el proceso “no sea infinito” y la advertencia de que “no todas las tierras podrán ser devueltas”.

A primera vista, esto es más de lo mismo que se ha hecho en los últimos 50 años, aunque hay que agradecer al presidente que fijara límites explícitos.

Por la manera en que explicó su visión de la situación de la región en una entrevista con T13 el domingo, uno podía esperar una comisión presidencial de otra naturaleza y más ambiciosa. Boric dijo que ve tres planos en juego: el del orden público, el de la miseria (seis de las 10 comunas más pobres de Chile están en Malleco) y el identitario (el reconocimiento del pueblo mapuche y su derecho a existir).

No se entiende este gran énfasis en la devolución de tierras cuando el presidente detalló otros desafíos en los que avanzar -y de los que evidentemente es consciente-, como la necesidad de fortalecer la presencia del Estado en la zona o el reconocimiento a las víctimas de la violencia en la Araucanía. Sobre estas últimas, los expertos insisten en que falta una validación de su condición de víctimas por parte del Estado para que superen los estigmas.

El Presidente también mencionó expresamente, aunque pareció que se le había quedado en el tintero, el desafío del “reconocimiento de una cosmovisión distinta” de los mapuches.

Es evidente que está pensando en usar la devolución de tierras como una herramienta para reformatear la existencia en La Araucanía. Esto no es muy original: otros presidentes también lo pensaron. Tanto es así que junto con la devolución de tierras se impusieron límites “culturales” a su propiedad y gestión. Eso quizá haya contribuido al atraso de la zona, lo que nos lleva a constatar que nunca se ha evaluado el resultado de los miles de millones que se han invertido en esta tarea, una cobertura eficaz para la malversación del dinero público.

Por eso, sería muy interesante que el Presidente explique cómo piensa reconciliar la presencia del Estado con esa “cosmovisión distinta”, cuyos intérpretes mapuches no siempre buscan la manera de encajarla en el concepto de Estado igualitario chileno, sino más bien de desencajarla en favor de sus particularismos. Eso demanda mucho más que una comisión que determine la demanda de tierras.

El presidente dijo que el 15 de marzo, cuando emboscaron la comitiva de la ministra Siches en la Araucanía, se dieron cuenta de que otra cosa era con guitarra. Es comprensible que, disfrutando del mejor verano de su vida, no le diera crédito a la advertencia que le formulamos el 3 de enero en esta misma columna: “No son las lealtades populares históricas las que definen el conflicto, sino que es la fuerza la que todo el tiempo está redefiniendo esas lealtades”. Por eso, lo más importante es la vigencia del Estado, que como el mismo explicó es el único detentador legítimo de la fuerza, en la zona.

John Müller es analista internacional en Mircrófono Abierto, de Radio PAUTA, de lunes a viernes a partir de las 07:00 horas. Escúchelo por la 100.5 en Santiago, 99.1 en Antofagasta, y por la 96.7 en Valparaíso, Viña del Mar y Temuco, y véalo por el streaming en www.PAUTA.cl.