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Acedia: un nombre que no nos dice nada, pero que tal vez todos padezcamos

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POR Cristián Rodríguez |

El analista de PAUTA selecciona los mejores artículos, investigaciones, blogs y columnas internacionales de los temas más novedosos.

“Cuando un producto es gratis, el producto eres tú”. Este aforismo nunca ha sido tan cierto como en la era de internet. Este artículo de The Markup, una web de noticias que se dedica a desenmascarar a instituciones que están utilizando la tecnología para cambiar la sociedad, es el trabajo más consistente que he visto sobre la manera en que un sitio web se apodera de nuestros datos. Fiel a su eslogan (“Big Tech Is Watching You. We’re Watching Big Tech”) el equipo de The Markup creó un programa informático capaz de descubrir los programas ocultos que espían a los usuarios. Contiene un acceso a su programa de exploración.

-The High Privacy Cost of a “Free” Website 

“Siento acedia o acedía”. La Real Academia Española recoge estas dos formas para denominar un sentimiento medieval y una disposición del espíritu con resonancias filosóficas que la pandemia ha resucitado entre nosotros con los confinamientos. Fue descrito por Juan de Casiano a principios del siglo V como una emoción monástica que ya era conocida por los griegos: “(Sentía) tal apatía corporal y enorme hambre como si estuviera agotado por un viaje largo o un ayuno prolongado…”. Con la pandemia y la distancia social estamos aburridos, apáticos, asustados e inseguros, planteándonos si la existencia tiene sentido. La acedía no es exactamente la nostalgia, el diccionario habla de pereza, flojedad, angustia. Es un desabrimiento triste que se apodera de nosotros. ¡Bonjour acedia!, que diría Françoise Sagan.

-Acedia: the lost name for the emotion we’re all feeling right now

Si alguien desea profundizar en la acedia desde un punto de vista académico, aquí hay un buen texto introductorio: 

-La acedia como forma de malestar en la sociedad actual 

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Escribió George Orwell en 1984 que “quien controla el presente controla el pasado y quien controla el pasado controlará el futuro”. El proyecto 1619 es una iniciativa del The New York Times iniciada en el verano de 2019 para conmemorar el 400º aniversario del comienzo de la esclavitud estadounidense. Su objetivo es replantear la historia del país, entendiendo 1619 (fecha en que llegaron los primeros 20 esclavos negros a Virginia) y no 1776 como la verdadera fundación. Todo tipo de tesis delirantes han crecido al amparo de este proyecto de la activista Nikole Hannah-Jones: que la independencia fue un intento de salvaguardar el sistema esclavista o la relación entre este y el desarrollo del capitalismo en EE. UU. El New York Times contrató una historiadora independiente que le advirtió de los errores del proyecto, pese a lo cual, el diario siguió adelante. Finalmente, sus errores han sido tan evidentes, que el diario ha optado por reescribir lo que dijo en 2019. Pero los lectores los han pillado.

-Down the 1619 Project’s Memory Hole

Este artículo, magníficamente presentado, puede ser perfectamente parte de una operación de relaciones públicas del creador de Facebook para aparecer como el hombre que mantiene el equilibrio entre los legisladores que quieren regularlo y trocear su empresa, y sus empleados que querían una posición más dura hacia el gobierno de Donald Trump.

-Mark in the middle

En EE. UU. el merchandising político es muy importante. Este artículo de Vox describe bien como la idolatría que se ha generado en torno a la fallecida jueza Ruth Bader Ginsburg entorpece la comprensión de su legado, más complejo de lo que a primera vista parece. RBS era feminista, pero, tuvo otros fallos donde demostró que no era una jueza revolucionaria. Al contrario, el artículo defiende que si algo la caracterizaba era su fe en el incrementalismo (gradualismo). El artículo también explica los dos momentos emocionales que se han sucedido esta semana en torno a ella: desde la idolatría acrítica a una mirada más escéptica y sosegada

-The commodification of Ruth Bader Ginsburg 

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“Leyendo a Kucharski me di cuenta de que también fallábamos en lo único que podría sernos útil en estas circunstancias: no entendemos el contagio”, escribe Elena Alfaro en esta reseña de “Las reglas del contagio” (Capitán Swing) de Adam Kucharski, epidemiólogo de la Escuela de Higiene y Medicina Tropical de Londres. Un libro premonitorio, pensado para hablar de fenómenos como las redes sociales o las corridas bancarias, pero que llegó al público traducido al español con los primeros contagios del coronavirus.

-La covid-19 y las reglas del contagio

Este trabajo es muy interesante. Sostiene con datos que la globalización no está muriendo, sino que está cambiando. Aunque con la crisis del Covid-19 el comercio de bienes, las inversiones y el movimiento de personas que estructuraban la globalización tradicional ha sufrido un gran impacto, está surgiendo un nuevo tipo de globalización. Esta “nueva globalización” se basa en servicios digitales, investigación y desarrollo, datos, ideas y otros intangibles. Es una globalización que no se limita sólo a los servicios y que está cambiando muy rápidamente. Sin embargo, aunque ofrece muchas oportunidades, los gobiernos ya se están moviendo para hacerla más costosa y engorrosa.

-Globalization Isn’t in Decline: It’s Changing

Pese a que China asegura que está poniendo fin a su sistema de “reeducación” de la minoría uigur y otros grupos musulmanes, un think tank australiano ha detectado que en la región de Xinjiang se han levantado 380 campos de concentración en los últimos dos años.

-China has built 380 internment camps in Xinjiang, study finds

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Después de que las autoridades iraníes “apagaran” internet en el país el año pasado, una serie de empresarios han creado distintos programas que permiten sortear la censura. Así, un empresario iraní en California ha creado un programa que permite descargar a diario hasta 8 Kb de información a través de las antenas satelitales que el 70% de la población iraní tiene en sus casas.

-How Iranian diaspora is using old-school tech to fight internet shutdown at home

Enseñar ajedrez a los niños no los hace más inteligentes, ni mejores para las matemáticas. Se trata de un mito. La mayoría de esos estudios eran sobre un número pequeño de casos. Una gran prueba aleatoria con 4.000 casos demuestra que aprender ajedrez no tiene ningún efecto.

-Does teaching children how to play cognitively demanding games improve their educational attainment? Evidence from a Randomised Controlled Trial of chess instruction in England

El estudio ha provocado este interesante hilo de twitter con una reflexión de este experto sobre el sesgo que imponen los estudios demasiado pequeños. Hay otros casos muy interesantes: por ejemplo, aprender a tocar un instrumento tampoco tiene efectos cognitivos.

https://twitter.com/emollick/status/1308222378518994946?s=20

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Disney acaba de anunciar que retrasar el estreno de varias películas, entre ellas Black Widow y West Side Story debido a la pandemia. El Covid-19 está teniendo un impacto notable en la industria del entretenimiento.

-How the coronavirus outbreak is roiling the film and entertainment industries

En el capítulo de esta semana de las noticias científicas sensacionales, un nuevo estudio va más allá de la suposición de que la presencia de fosfano en la atmósfera de Venus podría ser un indicio de algún tipo de vida bacteriana. Esta vez, las bacterias podrían ser terrícolas que fueron trasladadas a Venus por el impacto de un meteorito viajero espacial.

-Earth life may have traveled to Venus aboard sky-skimming asteroid 

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Mis artículos:

Dinero ‘a fondo perdido’ para Sánchez e Iglesias

Un Estado poco flexible