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El apuro del Mineduc que ilusionó (y decepcionó) a los apoderados

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PAUTA/ Fernanda Monasterio Blanco
POR Fernanda Monasterio |

La cartera dijo que libros licitados podrían ser comprados por colegios privados de forma directa en la editorial. A poco del inicio de clases no hay avances. Se acusa improvisación.

A solo semanas de que comience marzo, y con los supermercados y librerías abarrotados de textos escolares, los padres de miles de niños y jóvenes que asisten a colegios particulares pagados se preparan para desembolsar grandes sumas de dinero con las cuales adquirir los libros que para las diversas asignaturas se requieren.

Supongamos que el apoderado de un niño de 4° básico se dispone a comprar, con lista de útiles en mano, los textos que necesita. Los precios con los cuales se encontraría en un supermercado de la Región Metropolitana serían aproximadamente los siguientes:

Lenguaje – Ediciones SM: $34.900

Matemáticas – Santillana: $39.500

Ciencias Sociales – Santillana: $35.500

Ciencias Naturales – Ediciones SM: $34.900

En total, el monto que tendría que pagar sería cercano a los $145.000. Y esto, si consideramos que solamente tiene un hijo en edad escolar.

Por este motivo, cuando el 18 de noviembre del año pasado la ministra de Educación, Marcela Cubillos, anunció que los colegios particulares podrían comprar directamente en las editoriales los textos del (Ministerio de Educación) Mineduc, a muchos padres, apoderados y tutores se les llenaron los bolsillos de ilusión.  

Por tanto, colegios particulares pueden comprar a editoriales los textos del Mineduc. Esto es muy importante si se tiene en consideración que la comparación en el precio de un texto del Mineduc versus uno en el mercado privado puede llegar a ser de $1.200 a $29.400″, señalaron desde el ministerio en dicha ocasión.

Poco duró dicha ilusión.

El Mineduc no subrayó lo que parecía de alta importancia: quedaba en manos de las editoriales decidir si querían vender o no dichos textos directamente a los establecimientos. No sería una decisión simple: podría implicar costos adicionales, señalaron desde las editoriales, apuntando por ejemplo a un nuevo tiraje de impresiones, cobros por bodegaje y por tenerlos a la venta en librerías.

Privados y licitados

Para hacer un paralelo entre los textos escolares privados y los encargados por el ministerio es necesario poner en contexto el panorama general en que se enmarcan. Los libros que distribuye el ministerio son licitados a editoriales privadas; es decir, las mismas editoriales que venden sus textos en el comercio privado son las que concursan con sus propios contenidos y propuestas didácticas.

Este año las que se adjudicaron la licitación fueron las editoriales Santillana, SM, Crecer Pensando, Zig-Zag, Cal y Canto, UD Publishing y Rau & Bodenburg. Entre ellas se distribuyó un presupuesto total de $9.211 millones (unos US$ 11,5 millones) para realizar los textos académicos que utilizarán durante el 2020 los establecimientos públicos y subvencionados.

“Los lineamientos en base a los que se elaboran los textos escolares son de bastante buena calidad y de alta exigencia; por lo tanto, los textos escolares que distribuye el Ministerio respetan esta calidad porque se ajustan a los lineamientos del Currículum Nacional“, explica a PAUTA Loreto Jara, profesora y coordinadora de Política Educativa de Educación 2020. Agrega que, de este modo, los textos “cumplen con los estándares didácticos y pedagógicos que debería tener un recurso educativo de esa naturaleza”.

En paralelo a este proceso de licitación pública, algunas editoriales generan sus propios libros y contenidos, los cuales, en vista de que también se deben ajustar al Currículum Nacional, son bastante similares a los textos ministeriales y apuntan, en grandes rasgos, a los mismos propósitos didácticos.

“Igual de buenos”

“La diferencia que se presenta entre un texto escolar público y uno privado es que estos últimos tienen más cantidad de páginas, un tipo de papel distinto o presentan algunos recursos pedagógicos adicionales, como material recortable o algunos textos digitales de apoyo. Además, presentan estrategias de acompañamiento docente para capacitación en el uso de ese recurso u otros elementos”, agrega Loreto Jara.

La investigadora del Centro de Estudios Públicos (CEP) Sylvia Eyzaguirre realizó durante el 2019 una investigación para la Fiscalía Nacional Económica (FNE) en la cual se comparaba un texto ministerial con dos de sus homólogos privados.

Sobre esto, Eyzaguirre cuenta a PAUTA que “los textos que están en el mercado traían además plataformas virtuales y muchos ejercicios que complementan el texto físico. El texto ministerial también se complementa con plataformas que están en el Ministerio. Pero en términos de calidad del texto físico, en distintas dimensiones, era de mejor calidad el texto del Mineduc”.

Todo esto se recogió en la campaña de la cartera “Igual de buenos“, que buscó posicionar los libros ministeriales como una opción atractiva en calidad y precio.

Sin embargo, la campaña se anunció antes de hablar con las responsables de la producción de los libros.

El anuncio sorpresa

Desde una de las editoriales involucradas cuentan que ellos se enteraron del anuncio realizado por el Mineduc, y de la campaña “Igual de buenos”, cuando los llamaron desde un colegio particular pagado preguntando si realmente podrían conseguir los textos escolares a $1.200.

Previo a realizar este anuncio, el Mineduc no había mantenido ninguna cita con las editoriales donde se les pusiera al tanto de la medida. Las reuniones llegaron una semana más tarde: el 25 de noviembre se realizó la primera encabezada por el subsecretario de Educación, Raúl Figueroa; mientras que la segunda tuvo lugar al día siguiente, pero esta vez dirigida por la jefa de Currículum del Ministerio, María Jesús Honorato.

“El Mineduc no requiere ponerse de acuerdo con las editoriales, ya que por bases de licitación los derechos de autor del contenido de los textos escolares adjudicados pertenecen íntegramente a las editoriales, por lo que, para los efectos de su libre comercialización en el mercado privado, las editoriales deben tan solo eliminar en los textos toda leyenda correspondiente al ministerio”, explicó la funcionaria a PAUTA.

Buscando garantizar que los textos ministeriales que se vendan a privados mantengan el precio con el que se venden al ministerio, María Jesús Honorato explica que “si una editorial quisiera vender los textos con el mismo contenido que los del Mineduc puede incluir textos adicionales dentro del mismo tiraje que los que se imprimen para el ministerio, manteniendo el precio de impresión y teniendo únicamente que sustituir la portada y contraportada”.

Pero al parecer la industria no funciona del modo en que lo describe el Mineduc. Desde algunas editoriales cuentan que si las referencias al Mineduc que existen en los textos deben borrarse, se modificaría el contenido. Las imprentas, argumentan, tomarían estos ejemplares como un tiraje diferente; es decir, no se contabilizarían dentro del tiraje original y por lo tanto cobrarían más.

No solo eso: algunos libros ya se encontraban en proceso de imprenta cuando el anuncio del Mineduc fue dado a conocer en noviembre, por lo que las editoriales no tenían suficiente tiempo para intentar negociar este tiraje adicional.

El consejo del Mineduc a los colegios: compren directamente

María Jesús Honorato, del Mineduc, precisa que en caso de que un establecimiento “quiera acceder a textos escolares con el mismo contenido que los entregados por el ministerio, en sus versiones digital y física, debe contactar directamente a las editoriales para verificar la posibilidad de adquirirlos”.

Desde Ediciones Cal y Canto cuentan que entre 10 y 15 colegios se pusieron en contacto con ellos para conocer el material, pero en vista de que los libros aún se encontraban en proceso de corrección, las conversaciones no llegaron a puerto.

Algo similar ocurrió en Crecer Pensando. Un par de colegios llamó para conocer y evaluar los textos licitados. “Formalmente no recibimos ninguna solicitud de ningún colegio que quisiera efectivamente tomar los libros. A pesar del anuncio y todo el tema, hubo colegios que llamaron para conocer el material, pero ninguno pidió una cierta cantidad de textos”, informan desde la editorial.

El Colegio Superior Cambridge fue uno de aquellos que, intrigados por el anuncio del Mineduc, se reunió con las editoriales Santillana y SM para indagar más en esta iniciativa. Finalmente, basados en una serie de conclusiones y antecedentes, decidieron descartar la opción de los textos ministeriales para el año escolar 2020. El 31 de enero, ese establecimiento comentó como uno de los argumentos para desistir de la idea: “Los textos aún no están disponibles en su totalidad (sea impreso o digital), para una evaluación completa que permita analizar su contenido con profundidad, la progresión de habilidades y la pertinencia de las actividades”.

Además, según comentaron desde otra editorial involucrada, a algunas empresas no les convenía, económicamente hablando, comercializar de forma privada los textos ministeriales. Su producción de libros se centra solamente en ventas públicas y licitaciones; por lo tanto, no tienen bodega y este anuncio los tomó por sorpresa.

Al consultar nuevamente al Mineduc por las altas expectativas que este anuncio había generado entre padres y apoderados, desde la institución insistieron en que ellos como autoridad ya habían entregado todas las declaraciones necesarias.

El costo de los textos

Según un informe realizado por la Fiscalía Nacional Económica (FNE), el mercado privado de textos funciona completamente diferente al modo en que lo hace el público.

En primer lugar, cuando se trata de textos ministeriales, la cantidad de ejemplares idénticos que se imprime por tiraje suma entre 200.000 y 280.000 unidades. Tratándose de cantidades tan altas, la oscilación de precios que se genera no es tan significativa como lo es en el mercado privado.

“Sí vemos una relación entre el costo unitario de cada texto y la asignatura de estos. En efecto, vemos que el costo de imprimir un texto de matemáticas oscila entre los $1.600 y $1.700 pesos, independiente de la cantidad de textos impresos, y lo mismo ocurre para los ítems de inglés, ciencias sociales y ciencias naturales, cuyos costos de impresión unitario promedio es de $500, $800 y $900 pesos, respectivamente”, señala el informe de la FNE con relación al mercado público.

Caso contrario es el mercado privado, donde la cantidad de textos impresos es inversamente proporcional al costo unitario que tiene cada uno; es decir, mientras más textos se imprimen, más barato sale imprimir cada uno.

Opciones a explorar

“La propuesta del Ministerio de Educación de promover la venta de textos licitados para colegios públicos en los colegios particulares pagados es una alternativa interesante de analizar. Sin embargo, fue planteada en plazos y condiciones que no permitieron un trabajo adecuado con los colegios”, comentó a PAUTA la directora editorial de SM, Arlette Sandoval.

Añadió que “al no existir una variación significativa en el precio y una vez que compararon componentes, estructura, enfoque y línea de trabajo, los colegios que trabajan con SM no optaron por la alternativa de los textos desarrollados para el Ministerio de Educación”.

En este contexto, hoy parece poco posible que la alternativa anunciada por el Mineduc para los textos escolares esté disponible a corto plazo, aunque existe espacio para un trabajo conjunto que permita concretarla a futuro.