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Las correcciones de Claudio Hetz

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Universidad de Chile
POR Ana María |

Tras ser acusado de edición de imágenes, el científico chileno ha realizado precisiones en más de una decena de revistas. Una secreta comisión de expertos está a próxima a entregar los resultados de su indagación.

Han pasado casi cinco meses desde que la Universidad de Chile, a través de un comunicado, anunció la creación de una comisión para indagar las denuncias que el 13 de enero publicó el blog For Better Science en contra del científico chileno Claudio Hetz, director del Instituto Milenio de Neurociencia Biomédica (BNI): fue acusado de presentar fotografías alteradas con Photoshop en parte de sus investigaciones.

Hetz es un científico con amplio currículum y actual académico de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile. Según la casa de estudios, se constituiría “a la brevedad” un grupo de trabajo de expertos en las materias por las que se cuestionó al científico.

El misterio de la lista

Según información recopilada por PAUTA, la comisión de expertos se constituyó recién hace aproximadamente dos meses. Se encontraría en la etapa final de investigación, por lo que sus conclusiones respecto de las denuncias contra Hetz podrían presentarse a fines de junio o principios de julio.

La identidad de quienes integran esta comisión, sin embargo, no fueron reveladas por parte de la Universidad de Chile pese a los reiterados requerimientos de este medio. Se sabe, eso sí, que Hetz envió a mediados de marzo todos los antecedentes de sus publicaciones al grupo de expertos para su análisis.

El artículo que realizó las imputaciones al científico chileno apareció el 13 de enero en For Better Science y se titula “La balada de Claudio Hetz. Fue firmado por el científico alemán Leonid Schneider y en el texto citó publicaciones del chileno entre 2002 y 2020, señalando que hubo edición de imágenes.

Además, Schneider dijo en su artículo que faltaba revisión de parte de la comunidad científica a los trabajos del académico chileno y que “Hetz alcanzó el estado sobrenatural de un científico genio donde las leyes físicas dejaron de aplicarse. Pueden publicar cualquier cosa y nadie lo cuestionará”.

Y añadió: “Hetz es un artista, un músico de blues, pero su talento artístico no termina ahí: también es profesor de neurociencia, su objetivo es salvar la vida de quienes padecen Párkinson, Alzhéimer, Esclerosis Lateral Amiotrófica (ELA) y otras enfermedades neurodegenerativas. Y no lo dude: Hetz lo consigue gracias a su creatividad. Y Photoshop”.

Las correcciones que ha hecho Hetz 

“23 de febrero de 2021

Estimado Comité Editorial:

Los contacto porque hemos encontrado un comentario en Pubpeer sobre uno de nuestros artículos publicados en PIoS One […]. Básicamente, [el error está en] una imagen no recortada durante la preparación de la figura que añade líneas extra al control de carga. Este error no modifica las conclusiones del experimento. Muy importante, la figura correcta fue presentada en una tesis de doctorado en 2014. Por transparencia estamos enviando ahora la información. Nos disculpamos por este error.

Sinceramente,

Claudio Hetz y Mauricio Torres

Email de Claudio Hetz a revista PLoS One.
Email de Claudio Hetz a revista PLoS One, por corrección de paper.

Hetz y sus colaboradores en algunos de los papers cuestionados ha enviado al menos 11 emails a distintos editores de las revistas donde esos trabajos fueron publicados. El ejemplo que se muestra más arriba es de febrero, enviado a la revista PLoS One, donde publicó el paper “Prion protein misfolding affects calcium homeostasis and sensitizes cells to endoplasmic reticulum stress“, de 2010.

Desde que Schneider realizó estas denuncias, Claudio Hetz no se ha pronunciado públicamente sobre el caso. Pero sí lo hizo el BNI, el 14 de enero, a través de una carta. “Estimados y estimadas colegas” inicia el documento de ocho puntos que sigue así: “Los dichos aludidos corresponden a comentarios parciales y malintencionados difundidos en un blog”.

El texto señala que “todos los manuscritos ISI publicados pasan por un proceso extenso y riguroso de revisión”. Reconoce que, “sin embargo, no son 100% infalibles y es posible que ciertos errores no sean detectados ni en el proceso de revisión interno, ni en el de revisión por pares”.

La carta también recuerda que en 2012 el laboratorio de Hetz “recibió un ataque similar a través de otro blog”, lo que los llevó a “reanalizar los datos originales de cuatro publicaciones y corregir errores en figuras, en completo conocimiento con las editoriales correspondientes, o afectando la publicación de ninguno de los artículos en cuestionamiento, ya que estos errores no invalidaban los resultados de las publicaciones”.

Justamente, a esa misma tarea es a la que Hetz se abocó durante dos meses tras la denuncia en For Better Science. Para ello convocó a un equipo de trabajo para buscar respaldos científicos de los experimentos que se cuestionaron. Con ese material pudo enviar respuestas formales a la revistas científicas donde están publicados sus artículos.

Así, Hetz hizo precisiones de los errores detectados en una serie de publicaciones científicas, para lo cual el equipo revisó información de hasta hace 20 años.

Hetz y su equipo enviaron las precisiones a las revistas. Según las respuestas de varias de ellas, que el propio científico ha divulgado, hay en general una aceptación de que se trata de correcciones formales que no afectan los resultados.

Hetz ha hecho públicas las correcciones en la página de su laboratorio, las que se van actualizando periódicamente. En algunos de esos casos las revistas han realizado las aclaraciones, como artículos en las revistas Autophagy (2013) y Nature Communications (2020).

La aceptación de las correcciones conocidas hasta ahora ha sido tomada por su entorno como una señal de lo que podría ocurrir cuando el comité de expertos al que convocó la Universidad de Chile, entregue el resultado sobre las denuncias. Si el final de esta indagatoria termina dentro de dos semanas, coincidirá con el aniversario de los 10 años de la creación del Instituto Milenio de Neurociencia Biomédica (BNI).

Ante una consulta de PAUTA, el entorno del científico comunicó que toda la información está en su sitio web.