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El estallido social en la visión de dos historiadores

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POR Fernanda Valiente |

Gabriel Salazar y Joaquín Fermandois abordan el descontento social desde las fracturas de la sociedad chilena y también en la perspectiva de rebeliones famosas, como Mayo del 68 en Francia.

Mayo ’68 en Francia o fines del siglo XVIII en Inglaterra en plena Revolución Industrial. Dos hitos que marcaron profundos cambios en la mentalidad de la sociedad desde la demanda de los estudiantes y de los trabajadores, respectivamente. 

La irrupción social no es algo nuevo en el mundo. Y tampoco en Chile, donde “siempre ha habido un descontento en la ciudadanía, no necesariamente en el bajo pueblo, por cambiar la Constitución”, señala Gabriel Salazar, premio nacional de Historia en 2006. Por lo tanto, la explosión ciudadana por el sistema político vigente tiene sus raíces en conductas heredadas.

“Hay que tomar en cuenta que las tres constituciones políticas que hemos tenido (1833, 1925 y 1980) han sido ilegítimas y liberales. No las dictó la ciudadanía en una asamblea libre deliberada con conocimiento con causa”, agrega el historiador de la Universidad de Chile en Desde El Jardín.

Una sociedad fracturada

Joaquín Fermandois columnista de El Mercurio y profesor de la Pontificia Universidad Católica  sostiene que estas rebeliones son parte de la modernidad.

Cree que la sociedad se reconoce fracturada y que a veces los movimientos surgen de pensar en soluciones que nos van a hacer felices cuando en el fondo “nos parchan y nos colocan ante nuevos abismos”.

De acuerdo a su visión, hay que aprender del esquema de los hechos de mayo de 1968 en Francia. Se produce la movilización estudiantil que se replicaría en muchos países del mundo, destapando nuevos valores culturales, quedando marcada por la toma de la emblemática Universidad La Sorbona, por el empoderamiento de los sindicatos y por la guerra de Vietnam. Si bien duró alrededor de dos meses y se liquidó la figura de [Charles] De Gaulle, su partido sobrevivió. 

Mestizaje y clase media

Como destaca Salazar, experto en la historia política contemporánea de Chile, el malestar actual tiene una importante raíz histórica, una situación que se transmitió a través de generaciones.

Como lo revela el libro El ADN de los chilenos y sus orígenes genéticos (2016) realizado por la académica de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile Soledad Berríos del Solar, un 85% de la población posee un antepasado indígena por línea materna.

“Desde el siglo XVII hemos tenido una enorme masa de origen mestizo que ha sido palomeada. El rey de España decidió no legislar para ella, [por ende], es un pueblo que tiende a hacer prácticas de sabotaje contra el sistema, que pueden entenderse dentro de [conductas] anarquistas porque ellos no están arraigados en corrientes ideológicas”, explica.

Sin embargo, para Fermandois, doctor en Historia de América, ese factor no tiene un componente “fatalista”, pues se presenta en múltiples sociedades, además de que “justificaría un discurso soberbiamente clasista”.

Su lado positivo, como enfatiza, sería la creación de la clase media, que en Chile está en proceso de alcanzar un  nivel de bienestar mínimo.

El factor anarquista

Salazar destaca que las movilizaciones suelen ser catalogados dentro de corrientes anarquistas, cuando en realidad presentan raíces diferentes. “Siempre a los movimientos sociales se les llama anarquía, pero ese es un modelo que impone un estilo de vida individualista”, dice. Confirma que los verdaderos grupos anarquistas poseen un planteamiento ideológico en torno a discursos extranjeros.

Para Fermandois, existe una “visión idealizada del anarquismo”, porque simboliza “un paso de la destrucción de la sociedad o del orden” cuando incluso en esos grupos se forma un nuevo orden. 

Crisis de representatividad

Salazar, autor de un amplio repertorio investigativo, entre ellos su libro La enervante levedad histórica de la clase política civil 1900-1973 (2015), hace alusión a las encuestas en torno a la percepción de la política para analizar la situación actual. 

En ese contexto, sostiene que la crisis de representatividad ha ido en aumento a lo largo de la historia. Destaca que incluso en 1990, tras la vuelta a la democracia, la oposición obtuvo un 46% de desaprobación. Dice que ese rechazo no es gratuito.”La Concertación (DC, PR, PS, PH) es la que ha privatizado la mayor parte de los recursos económicos chilenos, empezando por el agua. Es el único país en el mundo que la ha privatizado, aunque según las Naciones Unidas acceder al agua es un derecho humano”, apunta. 

“¿Ni siquiera el Frente Amplio es izquierda?”, pregunta Cristián Warnken.

El historiador responde: “¿Cómo se puede hablar de izquierda si todos han insistido en darnos un modelo neoliberal perfecto? [Ese partido] está formado por jóvenes que tienden a ser críticos y distintos”. Añade que ellos reclaman una deuda en la forma en la que el bajo pueblo se integra al sistema.

La derecha tampoco parece estar mejor. Fermandois considera que la derecha está dentro de una etapa eufórica depresiva, en la que le falta un lenguaje político, que incluya a la gente.

Revise el programa completo de Gabriel Salazar y Joaquín Fermandois