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El preocupante diagnóstico de Rodríguez Elizondo sobre el Chile actual

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POR Fernanda Valiente |

El intelectual cree que no se atendieron claras señales subversivas, como las ocurridas en el I. Nacional. Y es enfático en que la quema del Metro obedece a una lógica terrorista.

José Rodríguez Elizondo, profesor titular de relaciones internacionales en la Facultad de Derecho de la Universidad de Chile, cree que la dura crítica que enfrenta el Presidente Sebastián Piñera va más allá de una manifestación espontánea surgida de la calle. “La calle no procesa la política con estrategia… detrás de eso existe una estrategia. ¿Quién la diseña, quién la discute? A veces las redes sociales te dan algunas pistas”, dice el destacado académico en Desde El Jardín.  

En este contexto, Cristián Warnken le pregunta acerca del escenario que enfrenta la democracia: 

—¿Crees que estamos en una situación de peligro tan grave como la que vivimos el año 73?

—Sácale el tan y te digo que sí.

—Estamos ante una situación grave, desde un punto de vista institucional—, añade Warnken.

—Creo que sí—, responde el analista.

Además, evalúa las situaciones que marcaron distintos focos de violencia, como un destape por la falta de reacción política ante las demandas sociales. 

Lo del Instituto Nacional fue una de las señales más fuertes que se han producido en el curso de los últimos dos años. Antes estuvo la quema de buses del Transantiago, las bombas mólotov en el Liceo de Aplicación, los mamelucos blancos. Es decir, era una cantidad muy coordinada y muy decodificable de señales subversivas. Lo cual tenía que haber hecho pensar a la clase política del establishment, a los demócratas de todos los partidos políticos, de que algo andaba muy mal con respecto de la interpretación del país. […] Entonces, creo que la protesta larvada que existía a nivel de políticas sociales y económicas fue creciendo hasta que encontró una válvula subversiva de escape. ‘Como no nos escuchan, tenemos que golpear'”, comenta.  

Frente a las posibles salidas, encuentra que hace falta inteligencia política.

“Primero, no podemos hacer nada sin un sistema de inteligencia, porque sin inteligencia estatal no hay posibilidad de planificar nada, porque la inteligencia significa proyectarse al futuro sabiendo lo que está haciendo el adversario. Eso es algo que viene de cualquier estrategia de confrontación. No tenemos inteligencia, por lo tanto, dependemos de las intuiciones de los dirigentes políticos”, sostiene. 

El tabú del terrorismo 

Por otra parte, reconoce que los hechos delictivos destinados al transporte público esconden un método, buscando un efecto de “pánico”.

“La palabra terrorismo, al igual que en la época de [Fernando] Belaúnde, es tabú. No se puede decir que lo del Metro fue un atentado terrorista. Bueno, yo como como observador de lo que viví en Perú, sé que es un atentado terrorista”, acusa.

Y añade que el atentado no pertenece a una lógica trotskista ni leninista: “Lo que sí obedece es a la lógica del terrorismo, que es otra cosa. La lógica del terrorismo es inducir el pánico social a pequeña escala o a gran escala”.

Problema comunicacional 

Rodríguez Elizondo, ganador del premio Rey de España 1984 a la labor informativa durante su estadía en la revista peruana Caretas —fundada en 1950—, considera que al Presidente Piñera le ha costado manejar a la opinión pública, debido a que la prudencia en su lenguaje no es uno de sus fuertes. “Hay una falta de conceptualización política: qué palabra usar en cada momento. Cuando habla de que estamos en guerra está aludiendo al estado de guerra interna”, explica el analista internacional. 

—Frase que le costó caro—, dice Warnken.

—Está aludiendo a la guerrilla, que está provocando una reacción fuerte. No ha trabajado previamente con los organismos de fuerza del Estado. Entonces, cuando llega a esta convicción y la decisión inmediata, se produce un desfase entre la opinión pública. Ha de saber a quién está llamando—, añade el periodista que vivió en Alemania y España.

La influencia de terceros

Rodríguez Elizondo, primer director del Centro de Información de las Naciones Unidas para España (1986-1991) —a quien dieron por muerto durante su exilio en la República Democrática Alemana (RDA)—, también acusa cómo opera la falta de conceptualización política en el plano de la región. 

Cuando vino el ataque de los gobiernos democráticos a través de la imposición de medidas económicas hacia la situación venezolana, [Nicolás] Maduro impulsó una suerte de venganza con sus dichos de haber desencadenado un “huracán bolivariano”. Porque como destaca el excorresponsal de El País, “en la política internacional hay que ser extremadamente cuidadoso con el uso de conceptos”. 

En cuanto a la posible participación de otros países en el estallido social chileno, a Rodríguez Elizalde, quien fue embajador en Israel (1997-2000), “no le extraña” que Rusia y China estén influyendo de alguna forma en el panorama latinoamericano —como ocurrió con la vuelta del peronismo en Argentina—, cuando ambos países demostraron su apoyo al mandatario venezolano, que representa “un peligro grave para la democracia a nivel hemisférico”, señala.

“No significa que estén infiltrando espías, pero están mandando un mensaje que es ‘cuidado, no se metan con Maduro’ porque [lo protegemos]. Por eso tirité un poco cuando escuché esta ofensiva liderada por Chile”, indica.

Revise el programa completo de Rodríguez Elizondo