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La élite chilena bajo la lupa

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PAUTA/ Fernanda Monasterio Blanco
POR Fernanda Monasterio |

Educación, política, economía, inmigración, valores. Una investigación del Centro de Estudios de Conflicto y Cohesión Social develó qué perciben los miembros de la élite chilena sobre diferentes aspectos de la sociedad.

La Real Academia de la Lengua Española (RAE) define las élites como una “minoría selecta o rectora”. Una minoría con poder de decisión y cambio dentro de una sociedad, capaz de dibujar el horizonte hacia el cual avanza -por ejemplo- un país.

Con esto en mente, desde el Centro de Estudios de Conflicto y Cohesión Social (COES) se plantearon un objetivo: conocer las creencias y percepciones que tiene la élite cultural, económica y política de Chile, respecto de temáticas sociales, políticas y económicas del país. Además, estos resultados son contrapuestos con las opiniones de la ciudadanía en general.

De un universo de 2.281 miembros de estas élites, el equipo liderado por los investigadores Cristóbal Rovira y Jorge Atria terminaron con una muestra de 390 participantes. El informe se llama “Estudio COES de la élite cultural, económica y política en Chile”.

El estudio, presentado formalmente este miércoles 24 de marzo, se elaboró mediante encuestas cara a cara o sondeos telemáticos en 2019 y 2020 con integrantes de las élites definidas en el muestreo: grupos económicos, políticos y culturales.

La élite económica incluye en la muestra a altos cargos en empresas, como gerentes generales, CEO o directores. El grupo político quedó integrado por altos funcionarios del Estado, y dirigentes de partidos partidos políticos y de los principales gremios y sindicatos del país. La élite cultural, en este estudio, está compuesto por líderes de opinión sociales y culturales como entidades culturales, think tanks, premios nacionales, columnistas y representantes de medios de comunicación.

Resultados en educación

Distintas áreas se abordaron con los tres tipos de élites antes mencionados, desde educación, pasando por salarios, inmigración e incluso temáticas valóricas.

Entre los hallazgos presentados, destaca el tipo de establecimiento educacional de las élites. En promedio, el 60% estudió en un colegio particular pagado, promedio que en el caso de sus padres y madres fue menos de la mitad. Asimismo, el 87% de los encuestados de las élites señaló que sus hijos estudian en colegios de este tipo.

Entre las mismas élites hay diferencias. Mientras el 58% de las actuales élites cultural y política estudió en un colegio privado, en la élite económica la proporción llegó al 66%. Ahora el 82% de los hijos de las actuales élites cultural y política cursó su educación en establecimientos privados, porcentaje que llega al 96% de los hijos de la élite económica. 

En Chile, en promedio solo el 9% de los niños y adolescentes asiste a colegios particulares pagados.

En esta materia, el 84% de los consultados de las élites considera injusto que las personas de altos ingresos tengan una mejor educación para sus hijos que las personas con ingresos más bajos.

Inmigración

Otro de los temas con resultados de alto interés se vincula con las diferencias de percepción entre las élites y la ciudadanía en general. Los datos del sondeo a la población provienen de un proyecto Fondecyt paralelo.

“La élite en general tiende a tener posturas más progresistas que la ciudadanía cuando se pregunta por los criterios que se deben establecer para permitir el ingreso de inmigrantes al país. Todo indica, entonces, que al momento de pensar la inmigración, élite y ciudadanía tienen pareceres divergentes en el Chile actual”, dicen los investigadores en el reporte.

Hay al menos dos ejemplos que ilustran ese punto. Mientras para solo el 26% promedio de las élites es muy importante que los inmigrantes hablen español, sí es relevante para el 59% de la ciudadanía. El informe no plantea posibles explicaciones de esa distancia, pero una hipótesis podría ser el origen de los extranjeros y el tipo de trabajos que ocupan. Y el otro ítem relevante en esta materia es una consulta sobre si existen conflictos entre chilenos e inmigrantes. Si para el 45% de la población general hay “un gran conflicto”, esa percepción solo alcanza al 11% de las élites.

En una rama más bien vinculada con el nivel de nacionalismo, para el 87% de la ciudadanía hay conficto con los países vecinos: el 35% lo dimensiona como “gran conflicto” y el 52% como “conflicto menor”. El promedio de las élites indica que el 56% aprecia un grado de conflicto: solo el 7% lo califica como “gran conflicto” y el 49% como “conflicto menor”.

Acceda al informe de COES

Revise a continuación en detalle algunos de los principales resultados