Catastro detecta 1.200 monumentos e inmuebles patrimoniales dañados desde el 18-O

El Ministerio de las Culturas lideró el conteo y calificación de lugares vandalizados. El 73% del patrimonio afectado son inmuebles.

Con 82% de avance, el catastro destinado a detectar y georreferenciar el daño al patrimonio cultural del país producido por la violencia surgida de las manifestaciones ciudadanas está a punto de concluir. El esfuerzo liderado por el Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio tiene un carácter nacional y la meta es proteger los vestigios materiales de nuestra cultura, para que persistan hacia las próximas generaciones.

“Estamos avanzando rápido en el catastro nacional, gracias a un esfuerzo multisectorial que estamos haciendo desde el Estado. Los resultados que tendremos a fines de este mes serán clave para levantar también los tiempos y las vías de financiamiento para apoyar y encauzar la recuperación de estos bienes, que no son solo materiales sino también simbólicos y parte de la memoria del país”, afirma la ministra Consuelo Valdés.

La arqueóloga, quien ha tenido una extensa trayectoria como gestora cultural y directora de museos, exhibe un rol activo en redes sociales llamando a proteger bienes culturales tangibles, como también aquellos a los que se les asigna valor histórico, estético o simbólico. Así lo hizo, por ejemplo, cuando vándalos rayaron la tumba del cantautor Víctor Jara.

La violencia de una minoría no le hace bien al país. Respetamos las diferencias, siempre que éstas no busquen destruir ni la memoria, ni el patrimonio cultural que nos pertenece a todos. El diálogo es el camino para construir un país más justo y más democrático. #VictorJara

— Consuelo Valdés (@Consuelovaldesc) January 18, 2020

Por qué georreferenciar

En la inmensa mayoría de las ciudades de Chile existen bustos o estatuas de figuras históricas, como Arturo Prat o Bernardo O’Higgins. Pero es imposible saber cuántas son, ya que el CMN “no tiene disponible una cifra total de cuántos monumentos públicos existen en el país, por cuanto no todos son informados a dicha institución. Este catastro justamente también permitirá tener una información más acabada, lo que será un paso adelante”, precisa la ministra.

 

La tarea se inició el jueves 2 de enero pasado y se está aplicando en todas las regiones, incorporando Monumentos Nacionales (Públicos, Históricos e inmuebles en Zonas Típicas) y también aquellos bienes protegidos por planes reguladores comunales y que corresponden a Inmuebles y Zonas de conservación histórica.

El levantamiento de la información en terreno emplea una aplicación digital mediante la cual se identifica el bien o inmueble (localización exacta, categoría de protección, uso, posible existencia de seguros comprometidos), descripción y cuantificación del daño y registros fotográficos que, al mismo tiempo, servirán como registro histórico.

“El amplio radio de alteraciones y daños detectados, sobre todo en monumentos públicos en las distintas regiones del país, hizo imprescindible hacer uso de la tecnología con el fin de obtener un diagnóstico exhaustivo de la magnitud de las alteraciones, saber dónde están y qué significan en términos de tiempo y recursos para volver a ponerlos en valor ante la ciudadanía”, afirma la autoridad.

El catastro es un esfuerzo que lidera el ministerio de las Culturas con las carteras de Vivienda y Obras Públicas, las subsecretarías del Patrimonio Cultural y de Desarrollo Regional, la Asociación Chilena de Municipalidades, el Consejo de Monumentos Nacionales (CMN) y el Centro Nacional de Conservación y Restauración (CNCR).

Regiones con mayores daños

Las últimas cifras revelan daños y alteraciones en 319 monumentos públicos y en 881 inmuebles patrimoniales: 1.200 en total. En el caso de los primeros, el mayor deterioro se concentra en estatuas, placas o bustos conmemorativos ubicados en espacios públicos en la Región Metropolitana. Le siguen Coquimbo y Valparaíso.

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Respecto de los inmuebles patrimoniales con alteraciones, la gran mayoría se concentra en la Región Metropolitana, seguido por Tarapacá y Antofagasta. Los monumentos históricos, en su mayoría, muestran daños menores, como rayados o vidrios rotos, aunque también hay un subconjunto afectado por incendios o amagos de fuego. La Región Metropolitana concentra la mayor cantidad de monumentos con rayados, seguida de Valparaíso, Antofagasta y Coquimbo.  

“Lamentablemente hemos tenido casos graves, como los incendios de la iglesia de la Veracruz, varios edificios de la zona típica de La Serena, el cerro Santa Lucía, el edificio de El Mercurio de Valparaíso, que está en Zona Típica, la Escuela Presidente José Manuel Balmaceda en Curicó o el Mercado Central de Talca”, resume Consuelo Valdés.

Añade que hasta ahora lo que arroja el catastro es que la mayor parte de los monumentos han sufrido rayados y rotura de vidrios, “que es algo más abordable en una futura recuperación. En cuanto a la estatuaria, la gran mayoría de los daños corresponde a rayados y pintura, pero hay otros casos donde los daños son más graves y hay derribamiento”.

Evitando la destrucción

La ministra Valdés cuenta que con el apoyo de las entidades especializadas se envió un instructivo a intendentes y alcaldes “para orientarlos técnicamente cuando se decide retirar monumentos públicos por razones de seguridad y resguardo del bien y de las personas”.

Uno de esos casos, comenta, se dio en Plaza Italia, epicentro de las protestas en la capital. Allí se retiró preventivamente “la imagen de la mujer (“Libertad”) que acompañaba al general Baquedano, porque estaba levemente suelta de su soporte. También se resguardó la figura del Soldado Desconocido, que fue derribada y que pertenece al mismo complejo escultórico“.

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Añade que la Pontificia Universidad Católica retiró los bustos de ex autoridades de la institución que estaban frente a su casa central y en la plaza Almagro, después del derribamiento de la estatua del español que descubrió Chile, Diego de Almagro, la escultura fue retirada y hoy está resguardada. “Lo mismo ocurre en regiones, con los bustos que han derribado y que hoy se encuentran bajo custodia de los municipios, que son los encargados de su mantención”, concluye.