El 777X de Boeing se queda en tierra por lo menos hasta 2023
La compañía intenta salir de una crisis en medio de algunos casos de accidentes de otros modelos.
La compañía intenta salir de una crisis en medio de algunos casos de accidentes de otros modelos.
Nuevas cepas del coronavirus amenazan con posponer una recuperación en los viajes. Créditos: Bloomberg.
Boeing Co. retrasó el debut de su avión 777X e informó que asumirá un cargo antes de impuestos de US$ 6.500 millones, aduciendo la pandemia y el mayor escrutinio regulatorio a su nuevo modelo.
La primera entrega del gigantesco 777X no será hasta finales de 2023, tres años después del cronograma inicial, dijo Boeing el miércoles al dar a conocer sus resultados. Cargos adicionales elevaron el total a US$ 8.300 millones, los que afectaron a la división de servicios de la compañía y un tanquero militar, para cerrar uno de los peores años en la historia del fabricante de aviones estadounidense.
Boeing intenta salir de una crisis después de que la pandemia empeorara las presiones financieras de la compañía, luego que su 737 Max debiera permanecer en tierra tras dos accidentes mortales. El 787 Dreamliner es otro avión de Boeing que también ha enfrentado problemas, mientras que nuevas cepas del coronavirus amenazan con posponer una muy esperada recuperación en los viajes.
"Estoy seguro de que 2020 quedó atrás", dijo el presidente ejecutivo de Boeing, Dave Calhoun, en una entrevista en CNBC. Si bien los inversionistas pueden haberse sorprendido por la larga lista de cargos que la compañía reveló, "no nublan mi visión del futuro y la visión de la compañía sobre el futuro".
Unos 400.000 empleados de líneas aéreas han sido despedidos, cesados temporalmente de sus puestos, o se les ha comunicado que podrían perder sus trabajos.
Una investigadora dijo que fue despedida después de cuestionar la tecnología. La compañía indicó que fue ella renunció.
La empresa de inversiones funciona como un portal con la promesa de facilitar el acceso a financiamiento.
El director ejecutivo, George Sherman, posee la participación más grande, y se espera que las adjudicaciones de acciones se otorguen en los próximos años por más de US$ 700 millones.
El presidente ejecutivo de la firma pide crear una ley de privacidad en EE. UU. muy parecida al Reglamento General de Protección de Datos de la Unión Europea.