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El mayor distribuidor global de maquinarias ve una actividad “plana” en Chile

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Agencia Uno
POR Francisco Ibañez |

La maquinaria es vista como un termómetro de lo que viene en la actividad industrial. Y pese a cierta reactivación, sobre todo minera, la temperatura está baja.

La industria de la maquinaria es siempre un buen termómetro para ver cómo proyectar la actividad económica, y especialmente la de algunos sectores productivos como la minería, construcción y energía.

Caterpillar, la gigante estadounidense fabricante de maquinaria, reportó resultados del cuarto trimestre 2018 que decepcionaron al mercado, especialmente por las cifras en China, lo que viene a reforzar las preocupaciones por una ralentización de la segunda economía mundial.

¿Cuál es la situación en Chile? ¿Qué predice el termómetro que es Caterpillar para la actividad industrial del país? En PAUTA Bloomberg Marcello Marchese, director ejecutivo de Finning para Sudamérica, analiza el presente de la actividad industrial y proyecta lo que podría venir en el corto plazo. Finning es el principal distribuidor de Caterpillar a nivel mundial.

Junto con reafirmar la desaceleración de las ventas en China, Marchese ve una sobrerreacción en lo que este resultado generó en las bolsas. “Las ventas se desaceleraron un poco en China, pero la relación de desaceleración no es la misma respecto del impacto que creó en las bolsas. Yo creo que hoy día todo el mundo está buscando evidencia para demostrar y decir por qué esta cosa viene tan mala”, afirma, y atribuye la volatilidad e incertidumbre de los mercados a la guerra comercial. “Mira las bolsas los últimos tres días. Aquí no se ha llegado a ningún acuerdo, pero alguien tiene el sentimiento y empezó un rally. Y después se les va el sentimiento y empieza una caída. Y así vamos, y algunos cosechan en esto”, agrega.

En cualquier caso, no le resta importancia a lo sucedido en China, por su relevancia a nivel mundial “Los volúmenes de China hay que entenderlos. En Chile, el mercado consume alrededor de 400 a 600 excavadoras al año […] En China se consumen 120.000 al año. Entonces cuando uno dice ‘aquí baja 5%’, claro, se venden 30 menos. En China se venden 6.000 menos”, explica. “Los impactos son muy fuertes”, dice.

“Uno de los mayores signos de desaceleración que hay, que puede ser temporal, no efectiva, es la producción de automóviles. Por primera vez en China se desaceleró la producción de automóviles, que es un símbolo súper importante en términos de consumo”, añade Marchese.

Qué pasa en Sudamérica

La visión de Marchese de la región –Finning tiene operaciones en Canadá, Reino Unido, Irlanda, Argentina, Chile y Bolivia– es crítica. “Yo te diría que Argentina es súper complicado […] Particularmente el año pasado fue un año tremendamente complejo, quizá el peor de los últimos 15 años que nosotros llevamos trabajando allá. Bolivia ha sido un país estable, con un crecimiento bueno, de hecho tiene el mayor crecimiento de Latinoamérica, pero los volúmenes son mucho menores”, cuenta.

Sobre Chile, Marchese evalúa positivamente el período 2018. “El año pasado fue un año particularmente bueno para nosotros en el segmento construcción, muy bueno, porque hubo mucha licitación hacia finales del gobierno anterior, por lo tanto entra la ejecución de estos proyectos, y ahí se vendió un volumen importante”, expone. También ha sido relevante la industria minera. “Ha habido una reactivación del tema minero, pero esa reactivación ha venido principalmente con contratistas, no son las grandes mineras las que están invirtiendo, están usando a terceros para hacer estos trabajos, y eso genera para nosotros también un volumen importante de ventas”, agrega.

Sin embargo, es cauto respecto de lo que viene. “Hay que ver qué pasa este año. Te diría que soy bastante más conservador en términos de infraestructura pública, porque hay gobiernos que tienen más o menos visión de infraestructura pública, y uno lo puede ver a través del tiempo”, explica.

En Chile, Finning concentra sus operaciones en minería, construcción y energía y motores, cuenta Marchese. “Estamos en el mercado marino, estamos en la generación de electricidad con biogas, con petróleo, con diésel, incluso estamos entrando al tema fotovoltaico”, cuenta. Destaca también la variedad de los equipos, y por supuesto sus costos. “Podemos vender un equipo que va desde los US$ 40.000 hasta los US$ 25 millones”, señala, y explica que a nivel latinoamericano la minería significa el 60%-65% de los ingresos, un 25% corresponde a construcción y el resto a energía. En Chile lo más importante es minería, pero en Argentina pesa mucho energía, detalla Marchese.

Iniciativas de género

El negocio de Finning, explica Marchese, está en el soporte al producto, y detalla que en Chile trabajan 5.000 personas, de las que 2.800 son técnicos. En esta área, cuenta, han desarrollado una iniciativa muy fuerte de diversidad de género.

“Finning va a ser la empresa que va a auspiciar y va a recibir a la APEC Mujeres, el foro de mujeres en junio […] que tiene que ver con mujeres y minería”, cuenta Marchese entusiasmado. “Vamos a contar la experiencia nuestra, lo que hemos hecho con los liceos, cómo estamos tratando de romper la barrera de género dentro de este segmento”, afirma, y ejemplifica con el trabajo que están haciendo con el liceo de Mejillones hace tres años, donde han logrado duplicar la cantidad de mujeres interesadas en ser técnico mecánico.

Minería

El director ejecutivo de Finning para Sudamérica explica que en la minería en Chile hoy no hay grandes proyectos. “En el súper ciclo se compró mucho, esa es la verdad. Nosotros llegamos a vender US$ 580 millones solamente en equipos en Chile, de la parte minera. Eso no va a volver a suceder”, afirma, y agrega que hay un exceso de activos productivos.

Marchese ve, eso sí, una oportunidad en mejoras de productividad y eficiencia a través de la incorporación de tecnología. “Ahí tú empiezas a hablar de autonomía, de trazabilidad, empiezas a hablar de procesos en línea, de monitoreo remoto. Hoy día la tendencia es a que haya menos gente en el sitio”, explica.

Respecto de innovaciones que reduzcan la huella de carbono, Marchese detalla que no están trabajando en camiones que funcionen con hidrógeno -que en algún momento Corfo promovió como una alternativa, pero que tiene un costo de producción demasiado alto- sino que con gas natural licuado. Descarta la posibilidad de camiones eléctricos, dado el peso de los camiones mismos y su carga. “No existe batería para eso”, afirma.

Construcción

“Hay una continuidad en la ejecución de los proyectos. Por ejemplo, la ejecución de la Autopista Vespucio Oriente es un trabajo de cuatro años. Pero cuando uno trabaja en maquinaria, la maquinaria está trabajando ahí, ya se vendió. Son tiempos distintos”, dice. “El que vende concreto, tiene cuatro años de venta de concreto. El que vende máquinas, ya se vendieron las máquinas”, agrega.

“En este período que viene, nosotros vemos una actividad relativamente plana. Nosotros no vemos grandes obras”, señala, y añade que hay una necesidad de volver a las concesiones. “Ni este gobierno, ni el anterior, tienen palta para hacer las cosas, porque hay una demanda social muy fuerte, entonces hay que priorizar los recursos. Bueno, vamos a hacer algo con los privados”, propone Marchese.

El director ejecutivo de Finning comenta los tacos que se producen para salir de Santiago en períodos altos. “Santiago – Viña necesita una tercera pista”, dice. Pero no sólo se refiere a infraestructura vial. “Chile necesita puertos distintos, necesita expandir los aeropuertos para manejar cargas. Hasta hace poco la carga aérea entraba toda por Santiago, tú necesitas otros puntos”, agrega, y propone que estas obras se concesionen.

Vea el video de la conversación completa en PAUTA Bloomberg acá: