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La “banca ética” asoma como un nuevo nicho de inversión

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POR Francisco Ibañez |

El concepto nacido en los años 70 combina un negocio que, junto con promover la inversión en empresas con impacto social, genera interesantes rentabilidades para los financistas.

La “banca ética” es un concepto que existe desde hace décadas. Nació en los años 70 en Holanda, cuando cuatro profesionales se propusieron generar un cambio positivo en la sociedad que fuese además rentable desde el sistema financiero. El pionero fue Triodos Bank, uno de los primeros bancos en invertir en energías renovables. En Alemania se fundó el GLS Bank, que otorgaba créditos únicamente a negocios sustentables. Y aunque la idea se propagó por todo el mundo –hoy ya existen alrededor de 50 instituciones bancarias de este tipo en el planeta, que atienden a más de 50 millones de clientes– no fue sino hasta hace pocos años que en Chile se comenzó a hablar de “banca ética”.

Aunque podría asociarse a beneficencia o donaciones, el concepto está lejos de eso. Básicamente se trata de asegurar que los fondos de quien invierte en este tipo de instituciones se destinará a iniciativas que generen un impacto positivo, pero que a la vez sean rentables.

Aunque en Chile no existe un “banco ético” propiamente tal, sí hay una Fintech que va por esta senda. Doble Impacto es una plataforma de inversiones que se guía por las directrices de la denominada “banca ética”, y que tiene planes de convertirse en un banco en 2022. Hoy, los sectores en los que gestiona inversiones son Educación y Cultura, Desarrollo Social y Medio Ambiente.

En PAUTA Bloomberg el gerente general de Doble Impacto, Jorge Muñoz, explica lo que hay detrás de esta banca ética, cuenta la experiencia en Chile y proyecta el futuro de la organización.

Doble Impacto se constituyó en octubre de 2017. De acuerdo con sus propios datos, en 2018 financió proyectos por $2.100 millones a 60 organizaciones, y tienen proyectado alcanzar $15.000 millones en 2019, con un alcance de 400 organizaciones.

Qué es la banca ética

“Banca ética son organizaciones que prestan los mismos servicios de banca que uno conoce, pero pone por delante a las personas y al planeta”, explica Muñoz.

“El principal lineamiento de banca ética es que se definen criterios de inversión, de financiamiento. Qué se financia y qué no se financia, entendiendo el rol que tiene la banca en la sociedad y en la economía”, afirma Muñoz. Algunos ejemplos de las áreas en las que Doble Impacto financia iniciativas son la alimentación saludable, agricultura sustentable, energías renovables, la industria creativa, el turismo sostenible y la inclusión. En resumen: gestionan inversiones para financiar iniciativas que tengan un impacto positivo, pero que a la vez entreguen rentabilidad a los inversionistas. No se trata, aclara Muñoz, de donaciones, que es lo que podría pensarse al leer el calificativo de “ética”.

Doble Impacto hoy

En la actualidad, cuenta Muñoz, Doble Impacto está gobernado por cinco instituciones: la Fundación Dinero y Conciencia (con un 90%), presidida por Joan Melé, miembro del consejo asesor de Triodos Bank, además de Fundación Avina, Corporación Cultiva, Fundación Proyecto Propio y Sistema B. Doble Impacto se financia con los ingresos que recibe por la evaluación de los proyectos que ingresan a la plataforma y a través de un mecanismo de mutuos convertibles a través de los cuales distintos inversionistas apuestan por la institución, que se convertirán en acciones de la sociedad en cuatro años más.

Los proyectos que publican en la plataforma tienen una doble evaluación, comenta Muñoz. “Una evaluación de impacto, que cumplan el qué financiar, el cómo y el para qué, y una evaluación de riesgo crédito, estados financieros, capacidad de pago, flujos”, detalla. Las organizaciones deben cumplir con ambas para ser publicadas y acceder a ser financiadas por los inversionistas inscritos en la plataforma.

Según Muñoz, Doble Impacto ofrece tasas de financiamiento similares a las de la banca. Afirma que no quieren competir por tasas, ni tener una evaluación menos rigurosa, porque deben ser responsables con los inversionistas. Lo que buscan, dice, no es ser más baratos, sino aportar valor.

En cualquier caso, el gerente general de Doble Impacto aclara que no financian startups. “Financiamos organizaciones que ya lleven operando cierta cantidad de años […] Que tengan dos años de operación, eso nos permite, en nuestro análisis de impacto y de riesgo, validar la gestión comercial, la escalabilidad de la operación”, afirma.

Perfil del inversionista

Quienes invierten a través de la plataforma los hacen, cuenta Muñoz, por montos desde $100.000 a $70 – $80 millones, y participan tanto personas naturales como jurídicas, incluyendo family offices. “Inversionistas que tienen inversiones tradicionales, en fondos mutuos o depósitos a plazo, están traspasando sus inversiones a la banca ética, a Doble Impacto”, afirma, y dice que se han dado cuenta de que “uno puede generar impacto y obtener rentabilidad”.

Las rentabilidades, cuenta Muñoz, van entre 7,5% y 11% anuales nominales en pesos, y dependen del plazo y el impacto.

Proyecciones

Los planes de Doble Impacto son convertirse formalmente en un banco a 2022, para lo que durante 2020 solicitarán la licencia bancaria. Muñoz cuenta que un estudio de prefactibilidad realizado durante la fase piloto los llevó a dos grandes conclusiones: que es viable hacer un banco de estas características en Chile y que era lo humano hacerlo, y hacerlo rápido. De hecho, en un minuto hubo conversaciones con el BCI para explorar una unidad de “banca ética”, pero el asunto no prosperó.

Doble Impacto está ahora en una etapa de escalamiento, que durará cuatro años, para abrir en 2022 el banco, que en una primera etapa captará ahorro para financiar proyectos. La última etapa, que prevén completar en 2027, es tener un banco para personas, con todos los productos de un banco tradicional, como créditos hipotecarios, cuentas corrientes o tarjetas de crédito.

La idea de convertirse en un banco no es algo que haya surgido en el camino, sino que siempre estuvo dentro del proyecto. En agosto de 2017, incluso antes de constituirse como sociedad, representantes de Doble Impacto sostuvieron una reunión exploratoria con el entonces superintendente de Bancos, Eric Parrado, quien confirma que en dicho encuentro discutieron los pasos a seguir para lograr una licencia bancaria.

“Se necesitan requisitos de solvencia y requisitos de integridad ante los socios controladores del banco. Se hace un chequeo bastante exhaustivo de la solvencia, lo que aportan los socios para armar el banco, y también de la integridad”, sostiene Parrado. “Simplemente estaban chequeando cuáles son los requisitos para hacer esta postulación y tener licencia”, dice la exautoridad.

Parte de los requisitos a los que se refiere Parrado son UF 800.000 –cerca de US$ 32 millones– de patrimonio. Muñoz afirma que mientras Doble Impacto siga cumpliendo sus hitos, no va a tener inconvenientes para levantar dicho capital, que debería venir de la Alianza Global de Bancos con Valores (GABV, por sus siglas en inglés) e instituciones o family offices chilenos “con los que compartimos un propósito de un banco con estas características”, detalla Muñoz.

Vea el video de la conversación completa en PAUTA Bloomberg acá: