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El Presidente: lo real, lo exagerado y lo ficticio de la serie de Amazon

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POR Cristián Rodríguez |

La historia del ascenso y caída de Sergio Jadue en la dirigencia sudamericana está llena de hechos ciertos e investigados. Pero también de mitos. En PAUTA los detallamos.

La recién estrenada serie de Amazon Prime “El Presidente“, basada en el FIFA Gate y la corrupción en el fútbol, ha generado debate debido a varias alteraciones de hechos, la creación de personajes ficticios y las caricaturas de los protagonistas de la historia. 

El ascenso y caída del expresidente de la ANFP, Sergio Jadue, en la dirigencia sudamericana es el hilo conductor de la trama, en la que se combinan sucesos imaginarios y otros que efectivamente ocurrieron. En PAUTA les contamos lo real y lo ficticio de este nuevo producto de video por streaming que ya está disponible en más de 200 países.

Lo inventado

1) Sergio Jadue fue “topo” del FBI desde 2014

La serie plantea que el exmandamás del fútbol nacional se transformó en un informante de la agencia norteamericana en medio del Mundial de Brasil 2014. Según la ficción, Jadue, durante más de un año, concurrió a diversas reuniones con altos dirigentes de la FIFA y la Confederación Sudamericana de Fútbol (Conmebol), grabando conversaciones privadas que delataban las corruptela, a través de un micrófono oculto en un llavero con forma de balón.

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En la realidad, el dirigente chileno realizó su primera declaración ante un agente del FBI en junio de 2015, en plena Copa América de Chile, y lo hizo en la embajada de Estados Unidos en Santiago. Luego de esto se transformó en un colaborador de la fiscalía de Nueva York. El rol clave en el caso, que la serie atribuye a Jadue, lo tuvo el exsecretario general de la Confederación de América y el Caribe (Concacaf), el norteamericano Chuck Blazer, quien efectivamente fue un topo del FBI y grabó conversaciones reservadas de altos dirigentes de la FIFA desde los Juegos Olímpicos de Londres 2012, efectivamente por intermedio de un llavero con forma de balón.

2) Mano derecha armado y una superagente del FBI

Lisa Harris es el nombre de la agente del FBI que aparece en la serie tomando contacto con Jadue para transformarlo en un informante de la agencia de investigación norteamericana. Con poderes que se alejan más allá de la realidad, como manejar y coordinar acciones de la policía suiza y la PDI, lo cierto es que este personaje es absolutamente ficticio. En el FIFA Gate participaron muchos agentes, y junto con el FBI fue muy relevante el trabajo de los funcionarios del IRS de EE.UU., el servicio de impuestos internos de ese país.

Lo mismo ocurre con el personaje de Jashir Alabi, un supuesto amigo de confianza de Jadue, el que incluso se movía armado, amenazando a los enemigos del dirigente. En la realidad Jashir nunca existió, aunque sí hay testimonios que grupos de matones armados actuaron en las ciudades paraguayas Luque y Asunción, sede de la Conmebol, persiguiendo a funcionarios que amenazaron con develar la corrupción.

3) La relación con Julio Grondona y la Copa América 2015

El expresidente de la Asociación de Fútbol Argentino (AFA) Julio Grondona, fallecido en 2014, es presentado como el “padrino” de Sergio Jadue, una suerte de instructor en la red de corrupción. Lo cierto es que el poderoso dirigente trasandino siempre impresionó a Jadue, quien presidió la ANFP a partir de 2011, y muy probablemente el chileno quería llegar a tener la estatura del entonces hombre más poderoso del fútbol sudamericano.

A su círculo estrecho muchas veces comentó los consejos que Grondona le brindaba. Pero en la realidad Sergio Jadue tuvo más complicidad con el paraguayo Juan Ángel Napout (condenado en EE. UU.) y con el uruguayo Eugenio Figueredo (condenado en Uruguay). A este último solía visitar en su exclusiva residencia de Punta del Este, donde combinaba vida social y lecciones de lavado de dinero.

La serie plantea la designación de Chile como sede de Copa América como un éxito de Jadue tras una supuesta petición a Grondona. En la realidad la gestión correspondió a su antecesor en la ANFP, Harold Mayne-Nicholls, quien muchos años antes planteó al entonces presidente de la Confederación Brasileña de Fútbol (CBF), Ricardo Teixeira, alternar la sede para la Copa de 2015, ya que Brasil tenía recargada la agenda con la Copa del Mundo de 2014 y los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro de 2016.

Lo verdadero

1) El rápido ascenso de Jadue

Aunque con varias distorsiones de la realidad, la serie grafica el rápido y espectacular ascenso en la dirigencia deportiva del calerano. Sergio Jadue efectivamente no estaba considerado en la primera línea de los directivos de la entonces oposición a Harold Mayne-Nicholls.

Jorge Segovia, quien ganó la primera elección, debió ceder su cargo tras presentar inconvenientes con los estatutos, dada la relación comercial de una de sus empresas (Universidad SEK) con un club profesional: Unión Española. Apoyado entre otros por los tres equipos grandes, Jadue fue calificado en la interna como un presidente “yogurt”; es decir, con fecha de vencimiento.

Pero rápidamente se empoderó. Adquirió vuelo propio. En la Conmebol se transformó en el primer chileno en instalarse en la plana directiva después de más de 20 años, al convertirse en uno de sus vicepresidentes. Y lo hizo coincidentemente casi al mismo tiempo en el que comenzó a recibir los sobornos de las empresas que ostentaban los derechos de TV y comerciales del fútbol sudamericano.

2) El poder de María Inés Facuse

En estricto rigor, el rol de la exmujer de Jadue está sobrerrepresentada en la serie. Por ejemplo, jamás tuvo como función el ser una suerte de operadora política en la dirigencia, como la encargada de conseguir votos dentro del Consejo de Presidentes de la ANFP. Tampoco era habitual que lo acompañara en sus viajes a las reuniones de la Conmebol y la FIFA, aunque sí estuvo en algunas.

Lo que sí es real es el poder que ostentó dentro de la ANFP. Como nunca antes había ocurrido con la mujer de un presidente, María Inés Facuse tenía una oficina en el edificio de Quilín, por lo que los funcionarios la bautizaron como “la primera dama”.

Creó el departamento de desarrollo social, que contaba con presupuesto propio, aunque sin aprobación de la asamblea de presidentes. Y además manejaba una importante cantidad de entradas de cortesía para los partidos de la selección, muchas de las cuales terminaron en el mercado negro. Instaló a su padrastro, Leonidas Laoutori, en el cargo de arquitecto de la ANFP. Y definió algunos contratos, como la empresa que se hizo cargo de los salones VIP para los eventos institucionales.

3) La disputa de Traffic y Full Play

Durante casi 30 años la empresa brasileña Traffic ostentó los derechos televisivos y comerciales del fútbol sudamericano, recurriendo a las coimas y sobornos para mantener su dominio en el mercado.

La serie retrata la irrupción de la empresa argentina Full Play, creada por Hugo y Mariano Jinkis, padre e hijo, que con las mismas malas prácticas sedujeron a los miembros de la Conmebol para ir acaparando derechos. La disputa generó la indignación del dueño de Traffic, José Hawilla, quien en una corte norteamericana demandó a la Confederación Sudamericana por incumplimiento de contrato.

Ante el riesgo de que todo el negocio oscuro quedara expuesto, los máximos dirigentes sudamericanos, encabezados por Julio Grondona, buscaron un acuerdo, en el que se incorporó el CEO de la empresa argentina Torneos y Competencias (TyC), Alejandro Burzaco. Fue así como surgió Datisa, la empresa que según la Fiscalía de Nueva York pagó más de US$ 100 millones en sobornos a los dirigentes del fútbol.