Deportes

Las sombras de “Les Galactiques”

Imagen principal
POR Matias Bobadilla |

“Son las sombras que seguirán al PSG, el nuevo equipo de Messi, convertido en el gran vehículo de propaganda del mundial más cuestionado de la historia”, escribe Fernando A. Tapia.

40 millones de euros por temporada. Eso, según han hecho trascender medios europeos, será el salario de la estrella argentina Lionel Messi en el PSG. Su salida del Barcelona y la espectacular presentación en el club parisino, ha sido la noticia excluyente en el mundo del deporte en los últimos días, y seguramente seguirá siendo una de las más destacadas del año.

Finalmente se produjo el fin de su vínculo con el cuadro catalán, donde se transformó en el futbolistas más trascendente de su historia. Hay un antes y después de Messi en el FC Barcelona. Su huella será imborrable. Por eso no es de extrañar la sensación de orfandad que sienten los hinchas blaugranas tras la partida de su máxima estrella.

Lo sufren ellos, pero también todos los demás clubes en España, que en la época de la disputa de Messi versus Cristiano Ronaldo en los dos equipos más populares de ese país, hizo que ese torneo haya sido considerado el más importante del planeta, la “Liga de las Estrellas”.

Pero en el mundo del fútbol, así como en muchos ámbitos de nuestra sociedad, no alcanza con los sentimientos. El dinero, los negocios, la política e incluso las relaciones internacionales juegan cada vez un papel más preponderante. Messi no pudo o no quiso seguir en el club de su vida, básicamente porque su estatus económico ya no cuadraba con la realidad de un club en crisis, y porque además su gen competitivo le dijo que en el Camp Nou ya no había tantas garantías de seguir ganando títulos.

La oferta del PSG no era atractiva sólo por lo económico –lo que a esta altura debe ser un detalle para alguien que dinero tiene de sobra- sino fundamentalmente por la posibilidad de ser parte de un equipo en el que abundan las estrellas. Él junto a Neymar, Kylian Mbappé y Sergio Ramos formarán la columna vertebral de los nuevos galácticos. Un equipo que por nombres estará obligado a ganar la Liga de Campeones de Europa. Cualquier otro resultado los pondrá en el mismo sitial en el que cayeron recién iniciada la década de los 2000 los grandes futbolistas de la galaxia madridista: Ronaldo, Zinedine Zidane, Luis Figo y David Beckham no fueron capaces de lograr la Champions y su paso es recordado como un fiasco.

Esto es quizás el principal motor de la decisión de Messi: demostrarle al mundo que también es capaz de ganar el título de clubes más importante del “Viejo Continente” con otra camiseta. Tras conseguir la Copa América ya desbloqueó las críticas que se le hacían la Selección Argentina. Emprende ahora un nuevo desafío en el que, como siempre, deberá lidiar con una alta expectativa sin medias tintas: será éxito o fracaso.

Mientras los aficionados del todo el mundo se preparan para ver el espectáculo, quienes más se frotan las manos son quienes venían planeando esta gran operación de marketing y publicidad hace más de una década. Porque nadie mejor que Messi para dejar en el olvido las maniobras que permitieron que Catar sea la sede del próximo mundial de fútbol. Intrigas en las que se vio envuelto una de las máximas figuras históricas del fútbol francés, Michele Platini.

El “Fifagate” nos permitió conocer que el astro galo, que en 2010 era nada menos el presidente de la UEFA y vicepresidente de la FIFA y que había dado señales a favor de Estados Unidos, cambió su voto a última hora en la elección de la sede de la Copa del Mundo, arrastrado con ello otros cuatro sufragios en el poderoso comité ejecutivo. Catar se impuso sorpresivamente a la potencia norteamericana, cuya reacción en venganza, según muchos investigadores y el propio expresidente de la FIFA Joseph Blatter, generó la acción de la Fiscalía de Nueva York, el FBI y la justicia.

La revista francesa France Football habló del “Qatargate”, tras revelar la reunión secreta en el Palacio del Elíseo el 23 de noviembre de 2010, diez días antes de la histórica votación, en la que participó Platini, el actual Emir de Catar, Tamir Bin Hamad Al-Thani y el entonces presidente de Francia, Nicolás Sarkozy. Allí se habría fraguado el cambio de voto de Platini. Y seis meses después el fondo Qatar Sports Investiments compró el PSG a cambio de 76 millones de euros, iniciando una década de compras rimbombantes de estrellas del fútbol como Zlatan Ibrahimovic, Beckham, Gianluigi Buffon, Ángel Di María, Edinson Cavani, Neymar, Mbappé y ahora nada menos que Messi. Todo en medio de sospechas de la violación del fair play financiero que rige en Europa.

La prensa francesa, y de varios países que han seguido el “Fifagate”, no dudan en señalar que Catar compró el Mundial de 2022 utilizando a Francia como punta de lanza a cambio de multimillonarios negocios e inversiones favorables a ese país. Además del PSG, están también la compra de los derechos televisivos de la Ligue 1 por parte de la cadena catarí Bein Sports –en cuya cabeza el emir puso a Nasser Al Khelaifi, actual presidente del PSG-, y la venta de aviones de fabricación francesa –militares y civiles- al emirato. Son las sombras que seguirán a Les Galactiques, el nuevo equipo de Messi, convertido en el gran vehículo de propaganda del mundial más cuestionado de la historia.

Fernando A. Tapia participa en Pauta de Juego, de Radio PAUTA, de lunes a viernes a partir de las 12:30 horas. Escúchelo por la 100.5 en Santiago, 99.1 en Antofagasta, y por la 96.7 en Valparaíso, Viña del Mar y Temuco, y véalo por el streaming en PAUTA.cl.