Opinión

La columna de Fernando Tapia: Deseos de navidad

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POR Equipo Radio Pauta |

En su columna, Fernando Tapia hace un balance crítico del año del fútbol chileno y, al amparo del espíritu navideño, enumera los deseos urgentes para la actividad: desde la aprobación de la reforma a las sociedades anónimas deportivas y el fin de la violencia, hasta mayor transparencia, orden dirigencial y un verdadero proyecto de futuro.

Se nos acaba el año y estamos en pleno festejo de una de las fechas más importantes del calendario. Es Navidad y la magia de esta celebración nos invita a soñar.

¿Qué podríamos pedirle al Viejito Pascuero para el fútbol chileno? La lista podría ser muy larga, porque la verdad es que salvo honrosas excepciones el balance del año arroja más decepciones que alegrías.

Navidad, deseos y deudas pendientes del fútbol chileno

Y si de pedir se trata, deberíamos rogar al Cielo para que nuestros parlamentarios no nos decepcionen, y aprueben de una vez la famosa reforma a la ley de sociedades anónimas deportivas.

Ha sido demasiada larga la espera, y estando a las puertas de su despacho en el Congreso, han surgido nuevas trabas producto del fuerte lobby de los dueños de los clubes.

No es la panacea, pero al menos si el proyecto se mantiene tal como está, a falta de su discusión en el pleno en la Cámara Alta, abriría una luz de esperanza para revertir los problemas estructurales que aquejan a la actividad.

Menos violencia y más orden: una urgencia impostergable

En pedir no hay engaño: soñemos también con que las familias vuelvan al fútbol, y que la violencia, que este año cobró vidas y dejó escenas dantescas, pueda ser erradicada.

¿Algo más simple?: que los señores de la ANFP puedan programar correctamente, y que queden atrás las enormes dificultades con los horarios de los partidos, ojalá sin suspensiones y postergaciones. La competencia necesita orden para recuperar su atractivo y un mayor interés del público.

Basta de fútbol de escritorio y de impunidad dirigencial

A propósito, es bueno reiterar un deseo que todos los años hacemos en esta fecha, y que lamentablemente los dirigentes se niegan a cumplir: terminar de una buena vez con el fútbol de escritorio, esa mala costumbre de definir los resultados fuera de la cancha.

“Las reglas están para cumplirse, y éstas establecen sanciones”, se escudan los señores abogados que operan en el fútbol, y también los dirigentes que se guardan una última carta legal cuando las cosas no resultan en el campo de juego.

El problema de fondo está en la incapacidad o derechamente desidia del ente fiscalizador, que no es otro que la propia ANFP.

Por cierto: sería ideal que el próximo año la Federación de Fútbol pueda ser totalmente independiente de la Liga Profesional, y que, por ejemplo, la Selección Nacional quede al margen de las batallas políticas internas, y liberada del control de los poderes fácticos del fútbol, en los que pululan los empresarios y representantes de futbolistas.

Transparencia, proyectos deportivos y futuro: el verdadero regalo

Sería también un gran regalo caído del cielo más transparencia en toda la actividad; en los contratos y negocios y, especialmente, en la propiedad de los clubes. El hincha tiene derecho a saber quién o quiénes son los verdaderos dueños de los equipos.

La opacidad con la que se manejan varias instituciones es un atentado a la integridad del deporte. Que el negocio no lo sea todo, y que resurjan los proyectos deportivos sería otro maravilloso regalo.

Que el fútbol joven sea rescatado del pozo donde se encuentra, y que esto permita el surgimiento de nuevos valores. Que a los niños y niñas les vuelva a gustar el fútbol, y que en las calles de barrios y poblaciones las camisetas de los equipos chilenos vuelvan a ser mayoría. Soñar es gratis. Son deseos de Navidad.