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Condenar la violencia: el proyecto que exhibió una diferencia entre el Partido Liberal y el FA

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Agencia Uno
POR Cecilia Andrea |

Los frenteamplistas rechazaron en bloque la iniciativa que exige a los partidos incluir una condena a la violencia en sus declaraciones de principios. Dos diputados del Partido Liberal fueron a contracorriente.

Al alero del estallido social, el 7 de noviembre de 2019 un grupo transversal de diputados presentó un proyecto de un único artículo que exige que los partidos renuncien expresamente al “uso, propugnación o incitación a la violencia en cualquiera de sus formas como método de acción política” y que lo incluyan en su declaración de principios. Este miércoles, la Cámara de Diputados discutió en general la iniciativa y la aprobó, con la resistencia de buena parte de la oposición. 

Mas no había sido una moción exclusiva del oficialismo. Entre los firmantes hay representantes de Chile Vamos, pero también del PS, de la DC y hasta uno del Partido Liberal, Vlado Mirosevic. En agosto, Mirosevic retiró su firma del documento. Y este miércoles el Frente Amplio lo rechazó masivamente.

No obstante, Mirosevic no rechazó: se abstuvo. Y Alejandro Bernales, su compañero de bancada, fue el único de toda la coalición que votó a favor.

“Simple” y “un mero gustito”

Fueron 37 los opositores que rechazaron la iniciativa -junto con Ximena Ossandón (RN)- y otros 17 se abstuvieron. De hecho, la Comisión de Gobierno Interior la votó en contra también, por mayoría simple, con el argumento de que, en primer lugar, no era claro qué partido no había condenado la violencia previamente como para hacer meritoria la tramitación del proyecto; y en segundo lugar, que su contenido ya se encontraba en otras leyes de importancia.

Varios de quienes justificaron su decisión en Sala argumentaron ahí mismo que condenaban todo tipo de violencia, pero que el proyecto era “innecesario”. El Frente Amplio votó prácticamente en bloque para rechazar la moción.

La presidenta de RD, Catalina Pérez, calificó el trámite como un “gustito del oficialismo”. “Estas son las preocupaciones del Gobierno y lo parlamentarios oficialistas. No si la gente tiene cómo parar la olla o si la policía sigue reprimiendo y asesinando. Que los partidos condenen la violencia, pese a que todos lo hemos hecho una y otra vez. Eso me parece bien violento y por si fuera poco, esta materia ya está regulada en la Constitución”, dijo en su intervención.

Se sumó el diputado del movimiento Unir, Marcelo Díaz (ex PS), quien declaró que no creía que el propósito del proyecto fuera llenar un vacío normativo, porque era “muy simple”. “Es incorporar en los estatutos una condena a la violencia como acción política, no como acción general, sino como acción política. Sin sanciones, ni nada. Como si eso fuera a cambiar el curso de las cosas”, dijo.

Respondió uno de los autores de la iniciativa, el UDI Issa Kort, quien afirmó: “Me violentan” los argumentos que daban quienes rechazan y que no es una “triquiñueña” ni una estrategia del oficialismo. “Es una idea personal, particular, una reacción y una reflexión que buscó la firma transversalmente para generar un debate. ¿Qué recibo acá en la Sala de parte de los diputados opositores? Condenas y más condenas, juicios y más juicios. Eso es la forma que tienen ustedes de enfrentar la violencia”, criticó.

La distancia del Partido Liberal

En silencio se mantuvieron los únicos dos diputados del Frente Amplio que no rechazaron el proyecto. Incluso, Vlado Mirosevic firmó el documento que se ingresó el 7 de noviembre, en las semanas más duras del estallido. Hace dos meses retiró su firma, lo que explican en su entorno como una decisión “personal” y que no tuvo nada que ver con presiones del conglomerado. 

Bernales directamente fue a contracorriente y aprobó, bajo la lógica de que “lo que abunda, no daña” y levantó algunas críticas entre sus compañeros frenteamplistas. No es la primera vez que el Partido Liberal toma distancia de algunas decisiones de la coalición. Las últimas gestiones con el bloque del PC habían generado cierta incomodidad en la tienda liderada por Luis Felipe Ramos.

En este caso dicen que no hay ningún nexo entre ambos hechos y que mantienen una “buena relación” con sus compañeros de conglomerado. Pero que era necesario votar “con convicción”.

“Hay que condenar la violencia en todas sus instancias. No comprendo la complejidad de aprobar un proyecto donde quede explícito en los partidos políticos, en su proyecto y programa. No vi ningún problema, muy por el contrario. La gente no dice ‘esto es un gustito de la derecha’. La gente dice ‘¿quiénes son los parlamentarios que rechazan o apoyan la violencia?'”, responde Bernales a este medio.

Según comentan en el Frente Amplio, el problema no es “condenar la violencia”, sino más bien que la iniciativa fuera usada como un “jueguito” para dejarlos mal parados. Agregan que es injusto que se intente evidenciar la condena a la violencia mediante la adhesión a un proyecto, siendo que por ejemplo una sede de la UDI fue utilizada a principio de año para elaborar escudos para las marchas del Rechazo y los personeros del gremialismo no lo criticaron, argumentó la diputada Pérez en su intervención.