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La caída de Andrés Zarhi que tiene a seis competidores aguardando por el sillón ñuñoíno

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Agencia Uno
POR Cecilia Andrea |

RN prefirió al concejal Guido Benavides en lugar del actual alcalde. En la oposición los candidatos son cinco.

Lo que está pasando en Ñuñoa es una réplica del panorama nacional. En 1996, Pedro Sabat Pietracaprina (RN) ganó la elección de alcalde de la comuna y Renovación Nacional no soltó el sillón edilicio nunca más. Incluso en 2015, cuando Sabat debió renunciar por un problema de salud, asumió en su lugar Andrés Zarhi, independiente pro RN que luego se sumó a la militancia. Zarhi ganó al año siguiente y, si no hubiera sido porque quedó huérfano en su partido, hoy probablemente estaría disputando nuevamente la elección.

En su lugar, Chile Vamos ungió al concejal -y heredero de Sabat- Guido Benavides, también militante de RN. Con el historial electoral en la comuna, lo más probable sería que Benavides ganara y mantuviera el cupo de la derecha en Ñuñoa. La única posibilidad para que eso no ocurra, dicen sus competidores, es alcanzar una candidatura única opositora, desde el PC hasta la DC, y que los votos de quienes ya no quieren el proyecto de la derecha en la zona no se dispersen.

Pero se enfrentan a un clásico: los nombres de la izquierda son cuatro, Benavides es solo uno; y encima postuló un candidato independiente, apoyado por Unión Patriótica, el partido de Eduardo Artés.

Sin primarias y con cinco candidatos

Lo que transmitían desde el Frente Amplio a principios de diciembre era que el acuerdo para hacer primarias convencionales en Ñuñoa estaba listo. Unidad Constituyente (UC) solo midió a sus gobernadores el 29 de noviembre, por lo que la última oportunidad de definir candidatos a alcaldes de forma democrática era una primaria ciudadana. 

Ocurrió el 20 de diciembre, pero no incluyó a Ñuñoa. El pacto se derrumbó cuando la DC presionó en la UC por quedarse con el cupo en la comuna que dirige Zarhi, lo que fue ampliamente criticado por la mayor parte del espectro opositor y derivó en el resultado conocido durante este enero: se inscribieron solo un candidato de Chile Vamos y cinco candidatos de la oposición.

La única salida que tienen ahora, mientras varios ya están lanzando oficialmente sus candidaturas por redes sociales y en eventos públicos en la comuna, es que cuatro de ellos renuncien a sus nominaciones en el Servel en el plazo que el organismo da. Son hasta 10 días después del cierre del plazo de la inscripción. El tiempo ya empezó a correr y, exactamente como en la negociación nacional, el escenario se vislumbra complicado.

Quien volvió a preguntar esta semana cuánta agua había para que solo quedara una única candidatura opositoria que enfrente a Benavides fue la concejala Emilia Ríos, de RD. 

“Creemos que todavía es posible, juntándonos a conversar si es que existe esta voluntad de abrirse a la posibilidad de retirar candidaturas y de cómo se resuelve. Tenemos que encontrar un mecanismo que nos dé tranquilidad a los cuatro nombres que estamos en este momento y en eso hemos estado estado conversando con algunas de las candidatas”, comenta Ríos a PAUTA.

“Me parece perfecto que ella haya cambiado de opinión. Hasta el día jueves pasado en que nos reunimos personalmente para tratar este tema, ella no estuvo en disposición de aunar fuerzas en un proyecto democratizador de nuestra comuna en la línea que han planteado las comunidades y organizaciones sociales”, retruca Alejandra Placencia (PC), también concejala, en conversación con este medio.

El acuerdo que no ocurrió

Placencia y Ríos hoy son candidatas. Ambas están inscritas en el Servel. Sus proyectos para la comuna: lograr un municipio que aterrice en el siglo XXI, comprometido con la sustentabilidad, la innovación, la participación de la comunidad, una gestión feminista, según Ríos; que sean los vecinos y las organizaciones sociales las que construyan el programa, que haya espacios vinculantes en la toma de decisiones para los vecinos y vecinas y que ellos logren entrar al municipio, de acuerdo con Placencia. 

Ambas acercaron posiciones en las últimas semanas y la propuesta de Placencia era unificar la candidatura entre ellas. La última conversación la tuvieron el jueves 7 de enero y aquello no prosperó. “Nuestro proyecto político primero es con las fuerzas antineoliberales. Para nosotros eso es claro después de la experiencia de la Nueva Mayoría: nuestro proyecto político no es cercano a la DC”, comenta Placencia.

Según responde Ríos, no hubo acuerdo porque la concejala del PC pretendía que se repartieran en candidatos de dos bloques: los de Unidad Constituyente y el Frente Amplio con Chile Digno, replicando el escenario nacional.

“Voluntad para candidatura única siempre tuvimos. El tema es que no queríamos una candidatura de sólo un sector, porque a nivel local en esta comuna necesitamos una candidatura de oposición. No dos ni tres”, acusa la representante de RD para Ñuñoa.

Tres candidatos más y uno que corre solo

La tercera candidata es Paula Mendoza (PS), también compañera del Concejo Municipal de las dos anteriores. ¿Está disponible para una candidatura única? Dice que las conversaciones recién son incipientes y que desde septiembre habían intentado promover la primaria. Todos los consultados, de hecho, aseguran que querían realizar consultas ciudadanas.

“Mi responsabilidad como primera mayoría de la oposición es trabajar con altura de miras y, generosidad, eso es lo que vamos a hacer, permitiendo que todos aquellos que quieran conversar tengan un espacio. Nuestra candidatura jamás solicitó que se le cediera el cupo en Ñuñoa, lo que pudo haber ocurrido con otros”, critica Mendoza.

El eje de su gestión si fuera alcaldesa: la transparencia. “Terminar con las prácticas oscuras”, agrega.

A quien ven con dudas en este posible acuerdo es a Rodrigo Maureira, independiente inscrito con la venia del Partido Unión Patriótica. Quienes participaron en las conversaciones para aunar esfuerzos dicen que él no tenía demasiadas intenciones de buscar un mecanismo, al menos entonces. Hasta ahora no han conversado nuevamente con él.

Y la carta de la DC, el actor Juan Pablo Sáez, no quiso responder a las preguntas de este medio, argumentando que recién la próxima semana, cuando el Servel ratifique su candidatura, dará declaraciones.

En ese escenario competirá, hasta ahora, Guido Benavides. Fue elegido por RN y por Chile Vamos y es entonces la carta más probable para asumir el cargo. Incluso a pesar de que Zarhi aseguró que él era mucho más competente que el concejal.

Cae Zarhi, llega Benavides

La semana pasada, el Consejo General de RN aceptó la candidatura de Benavides en lugar de la de Zahri, quien quería ir a la reelección. A simple vista se ve como una decisión curiosa: RN había definido una política al interior de Chile Vamos de “el que tiene, mantiene”, lo que se había respetado en la mayoría de las comunas a nivel nacional y que implicaba que si un alcalde del bloque quería ir a la reelección, allí no habría primarias ni otros candidatos del sector.

En RN le echaban en cara que había apoyado públicamente a Sebastián Sichel como candidato presidencial, en lugar de Mario Desbordes; y también que no había hecho “vida de partido”, como lo dijo el mismo Zahri en una carta que envió a Rafael Prohens este jueves. Allí informó que renunciaría a su militancia, a pesar de haber trabajado dos décadas por la colectividad, porque se lo acusaba de no haber contratado en la municipalidad “suficientes militantes” y que lo ocurrido en Ñuñoa era signo del proceso de “descomposición de la política”. 

Más de sus descargos: que resultaba insólito que RN se haya prestado para maniobras y haya sucumbido a “presiones” y que era una actitud reñida con “la lealtad hacia un alcalde que ha puesto en alto el nombre del partido”.

No podrá competir como independiente, tampoco, pues se lo impide la ley antidíscolos, lo que despeja el escenario para Benavides.

“Espero que el recapacite. Nadie sobra. Si RN, Chile Vamos y los independientes optaron por mí fue porque se tuvo la vista más allá de una encuesta, más allá de un resultado de un día a otro. Hay un trabajo de años: yo llevo trabajando en Ñuñoa a bastante tiempo como concejal, llevo dos períodos. La trayectoria, el trabajo en equipo, la validación de la comunidad, deben haber sido un elemento que se tuvo la vista para quienes tomaron las decisiones”, asegura Benavides a PAUTA.

Entre sus competidores lo reconocen como la “continuidad de Pedro Sabat” y le critican que ha insistido en “revivir la masacre urbana de Ñuñoa, insistiendo en edificaciones sin límites. Es el heredero de la gestión de Sabat y es lamentable porque vivimos en Ñuñoa, a diferencia del concejal Benavides”, critica Mendoza.

Su respuesta: es una “caricatura”.

“Votar por mí es votar por un proyecto de Ñuñoa moderna, con una persona joven, con energía, que sin duda va a recoger lo mejor de las alcaldías anteriores, de Zarhi, de Sabat, y de todos los ex alcaldes que han tenido una labor importante. Queremos seguir construyendo sí o sí una comuna a escala humana, donde podamos desarrollar los barrios y las zonas distintas que tenemos”, concluye Benavides.