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Guillermo Teillier y las marchas pacíficas: “Los militantes comunistas están todos en la calle”

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Agencia Uno (archivo)
POR Eduardo Olivares |

“El Comité Central del partido no lo podemos ocupar, porque lo han tratado de quemar como tres veces”, cuenta el diputado.

El presidente del Partido Comunista, Guillermo Teillier, cuenta que han tenido sedes de su partido atacadas y que la propia directiva del Comité Central no ha podido reunirse porque ha habido intentos de quema. En esta entrevista, el dirigente y diputado sostiene que determinadas organizaciones sociales tienen un poder de representación superior a los legisladores, motivo por el cual son ellas las que deberían estar incluidas en el debate para el proceso constituyente.

“Siempre hemos llamado y seguimos llamando a manifestaciones pacíficas”, remarca Teillier. “No vamos a llamar a detener las manifestaciones. […] No se pueden acallar las demandas con más represión, con más violaciones a los derechos humanos ni con más militares en las calles ni con más carabineros. Eso incluso puede resultar contraproducente”.

“Lo que yo le recomendaría al Gobierno es que, en vez de hablar tanto de sacar a los militares, a la policía, todo eso, es que se preocupe de las demandas. Hoy día [miércoles 27 de noviembre] me ha alegrado mucho, el Gobierno al fin cedió para reunirse con la Mesa de Unidad Social, que representa a los trabajadores que han hecho paros, que han llamado siempre a manifestaciones pacíficas. No son los trabajadores los que andan haciendo estos actos de violencia. No son ellos. La mayoría está en la onda pacífica. Y [el Gobierno] tiene que escucharlos, porque ellos son una voz autorizada. Pero si ni siquiera a ellos se les da una respuesta válida, ¿cómo se van a acabar las protestas? ¡Imposible!”

—Hay grupos de delincuentes, como dicen las autoridades, que sí realizan manifestaciones violentas.

“El Gobierno empezó tratando de delincuentes a los jóvenes que saltaron los torniquetes, que evadieron [el pasaje]. Lo que pedían era una mínima rebaja de $30 por el Metro. Los empezó a tratar de delincuentes, los empezó a reprimir y qué pasó: el estallido social. No se saca nada con decir que todos son delincuentes o narcotraficantes; yo pienso que los hay, que hay que de alguna manera contenerlos. Pero yo no sé si la cantidad de gente que se moviliza en las tardes o en las noches, y que resulten en alguno de estos actos son todos delincuentes”.

“Yo tengo la inmensa duda de que haya mucha gente que está indignada, que está desesperada y que muchas veces sigue las aguas de esta gente, pero es porque no ven ninguna luz de solución”.

—Pareciera que una gran parte de la movilización es pacífica, pero ¿cómo se enfrenta a los otros grupos, que no están quizás por esas demandas? ¿Este aumento de policías podría ayudar?

“¿Cuánto tiempo venimos nosotros aprobando aquí en la Cámara aumentos de policía, de penas? Casi todas las hemos votado a favor, salvo algunas que no. ¿Ha disminuido el nivel de delincuencia, del narcotráfico en el país? No ha disminuido. Porque hay una base social que impone esa fórmula. Hay gente que vive de la delincuencia, eso yo tampoco lo desconozco. Conocemos las cifras. Pero, al conocer las cifras, las desigualdades sociales, la verdad es que si no hay soluciones a las cosas ahora, esto puede seguir. Ya, ‘aprobamos aquí más militares en las calles’, ¿qué pasa si no se termina ese tipo de acciones? ¿Vendrá una mano dura? ¿Vendrá la mortandad de gente, como ha ocurrido en otras oportunidades? Yo creo que nadie quiere eso. Por eso, lo que el Gobierno debe apurar, y para eso, si quiere, debiera pedirnos a todos que estemos dispuestos, es a formular demandas concretas: salarios, pensiones, salud y como tres cosas más”.

“Mire, ayer [martes] aquí trabajamos y trabajamos en un nuevo Presupuesto. Tiene cosas nuevas, pero ante la situación actual no sirve de nada. Es una gota de agua. Tiene que ser la rabaja en los pasajes de los adultos mayores, que yo celebré mucho; es el 50% (de rebaja), pero cuándo empieza a operar: en junio. Ya, qué bueno que se está discutiendo este proceso constituyente, pero cuándo se termina el proceso: ¡en dos años más! Y ya hay carteles que están apareciendo, a veces en Twitter o en otras partes, que dicen ‘Constitución, pero no solución; queremos solución'”.

—¿Y este llamado que se ha hecho a construir una unidad social en cuanto a la seguridad, a la paz…?

“Eso no lo va a escuchar nadie si no hay solución. El Gobierno llama a la paz social. ¿Dónde están los elementos para conseguir la paz social? ¿Los Carabineros, los militares? No […] Si el Gobierno me dice ‘mire, estoy llamando a la paz social, pero no sé de dónde voy a sacar la plata, pero como no me quiero responsabilizar solo como Gobierno y necesito el aval de todos los partidos, le vamos a subir a $500 mil el salario a partir de ahora’. ¡Muy bien! Yo creo que todos le daríamos el aval, y aplaudiríamos: qué bueno, al fin una medida y eso empieza, entonces, a descomprimir. Porque muchos van a decir ‘teníamos ganado 350 mil, ahora tenemos 500 mil, ya, es un paso’. Las pensiones: ¿Cuánto tiempo que venimos peleando por las pensiones y no suben nada? Ahora vamos a subir en 50% las pensiones, y resulta que vemos en el Presupuesto y no vemos el financiamiento, viene para 2020, y para unos pocos pensionados”.

Todos los comunistas en la calle en manifestaciones pacíficas

—¿Qué le parece que el oficialismo responsabilice al Partido Comunista o a grupos de extrema izquierda de estas movilizaciones más violentas?

“El Gobierno sabe perfectamente que nosotros no estamos en eso. Lo saben absolutamente, porque si vieran que nosotros estamos metidos, yo creo que hasta me tendrían preso ya, por ser el presidente del partido. Nosotros desde un comienzo lo declaramos, porque igual hemos conversado con el Gobierno y le hemos dicho que no estamos integrando eso. Ahora, si nos dicen que ‘los militantes del partido [Comunista]’, bueno, los militantes del Partido Comunista están todos en la calle. ¡Están todos! Pero solo en las marchas pacíficas, que son los de la impronta, las marchas de la CUT, del bloque de trabajadores, de la Unidad Social, o de los paros. Ahí están los dirigentes comunistas. ¿Están llamando a la violencia? Ninguno. Incluso, todo lo contrario: la CUT ha sacado declaraciones muy claras rechazando la violencia. Nosotros incluso hemos sido víctimas. Mire, nos han quemado un local en Chillán, nos acaban de quemar otro local; el Comité Central del partido no lo podemos ocupar, porque lo han tratado de quemar como tres veces”.

—¿Están dispuestos a sumarse a los diálogos también con el Gobierno, ya que se han ausentado en algunas oportunidades?

“El diálogo por el diálogo, no. Ha habido diálogos, ha habido fotos, todos se codean, ¿y qué es? Le hemos dicho al Gobierno que cuando haya una cosa concreta, una solución, nosotros no vamos a tener problema”.

—¿Cómo avizora esta movilización?

“No tengo una bola de cristal. Estos procesos nadie sabe cómo empiezan. Podíamos presumir que había mucha desesperanza, indignación, durante mucho tiempo, hasta que hubo un detonante que la hizo explotar. Explotó. Eso es independientemente de nuestra voluntad, de lo que nosotros queramos o no queramos. Ahí está el mundo social, se está moviendo. Y es el propio mundo social el que dirá ‘aquí termina, hasta aquí llegamos’. Lo más probable es que esto continúe. Algunos dicen ‘no, es que ya viene la Navidad, entonces a lo mejor se van a apaciguar’. Yo no sé. A lo mejor se apaciguan para la Navidad, no habrá ni fuegos artificiales este año, pero van a seguir en marzo. Y vamos a tener otro año muy complejo. Lo mejor, así como tomó el Gobierno la decisión de ceder [en el proceso constituyente…,] ya, lo iniciaron, lo iniciaron. Que a nosotros no nos gusten algunas cosas, eso es distinto. Entonces, ya que hicieron eso, que no les cuesta plata, hagan algo que les cueste plata. Si los grandes empresarios se dan cuenta de que si aquí no se ponen la mano en el bolsillo hasta que duela, no habrá solución. Pero el Gobierno es impávido ante eso. Que converse con los empresarios”.

—Proyectos hoy ingresados, como el de Ingreso Mínimo Garantizado, ley corta de pensiones, ¿no los van a apoyar?

“A los trabajadores no les gusta. Mire, aquí podemos votar a favor o en contra un proyecto. Casi siempre aquí, a las perdidas, cuando haya alguna cosa que favorezca, votamos a favor, pero sabemos que no va a solucionar el problema”.

—Hay problemas de constitucionalidad con algunas medidas de los diputados…

“Se ven obligados algunos de los diputados […] Qué nos pidieron los trabajadores a los presidentes de los partidos políticos, a los parlamentarios: que se retiren esos proyectos y que se empiecen a discutir de nuevo, pero que ellos participen. Qué es lo que más está pidiendo la gente: no quieren que les metan más el dedo en la boca. Ya no creen. El Parlamento, ¿cuánta es la aprobación que tiene? 2%. Entonces, aquí nos podemos poner de cabeza y no nos creen. El Presidente, ¿en cuánto está? 12%, y va bajando. Nadie le cree. Si hay un desgobierno muy grande. Entonces, quieren creer en ellos mismos: profesores, dirigentes, organizaciones sociales. En todas las encuestas dicen que están mejor posicionados. Si el Gobierno los pone a ellos como interlocutor válido de primera línea, podrían empezar a cambiar las cosas”.

—Pero han tenido una cierta postura cerrada. Dicen que no van a negociar, sino solo entregar su mirada.

“El Gobierno quiere negociar sobre los proyectos que tiene acá. Ellos dicen que no quieren eso. Y van a negociar seguramente cuando el Gobierno les diga que retirará estos proyectos… Eso sí que sería una señal de atender a la situación que hay en las calles. Si usted ha andado en las calles se habrá dado cuenta de cómo está la cosa… Mire, a nosotros nos cuesta andar en la calle. Algunos de nosotros nos salvamos, no sé, pero a veces también nos gritan, porque somos parlamentarios al fin y al cabo. La cosa está muy dura, muy difícil. Yo he estado en asambleas en mi distrito y no, la gente está… si ayer estaban dispuestos a escuchar, ahora quieren saber cuál es la solución, dónde está la solución, qué hacen los parlamentarios. Nosotros, los parlamentarios, tenemos las manos amarradas porque aquí, si cualquier proyecto nuestro es inconstitucional, que signifique plata, entonces es como rasguñar un vidrio y venir a pegarles a los parlamentarios”.