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La historia de la campaña que revirtió el No y lo volvió un mensaje positivo

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Fer1997
POR Periodista Practicante |

Censura, contratiempo y miedo. Dos de los autores comentaron los episodios emblemáticos y la inspiración del conocido himno “Chile, la alegría ya viene”.

La primera reunión que recuerda Eugenio García, director creativo de la franja del “No”, fue en Patagüilla. A 50 kilómetros de Santiago, cinco hombres se juntaron a planear una campaña, teniendo solo la dura consigna que les entregaron: un “No”, la opción que tendría la ciudadanía en la papeleta para votar por el fin de Augusto Pinochet en La Moneda y el retorno de la democracia.

“Había dos creativos, José Manuel Salcedo y yo, una persona de investigación que era Jorge Cucurella, un cientista político, y Ernesto Merino, un publicista senior muy importante. Ahí sacamos la estrategia que después se aplicó”, contó García a Un Día Perfecto, PAUTA.

Un mes antes del comienzo de la franja comenzaron a pensar en ella. García cuenta: “La primera reacción era manifestar la indignación a la dictadura y sus crímenes. Entonces, la campaña lógica hubiera sido poner números y mostrar el horror, esa opción se intentó por parte de algunos, pero era totalmente contraproducente”.

Tras desechar la idea decidieron revertir el “No” y convertirlo en un mensaje simple y positivo: “Chile, la alegría ya viene”. La campaña “revivió un sentimiento de paz, tranquilidad, esperanza, amistad. Si uno mira el clip de “No” son puros sentimientos muy profundos, que sentimos todos”, cuenta. El centro de estudios ILET se convirtió en el nuevo lugar de reuniones, mientras la producción se realizaba en la calle Condell.

Tras estudiar filosofía y no encontrar trabajo, García se convirtió en publicista por necesidad. El director creativo era socio de una agencia cuando lo llamaron para participar del comité creativo. Un mes después de la primera reunión, comenzó a competir contra la franja del “Sí” liderada por las autoridades del gobierno militar. “La estética era una brutalidad que hacía decir ‘estamos gobernados por ellos’. Los discursos eran muy idiotas. Fue como sufrir bullying de un matón del colegio”, indicó.

García recuerda que los principales medios de comunicación de la época “operaba en favor de producir miedo e inquietud”. La campaña también vivió episodios de censura. “El programa donde salía el juez Rene García diciendo que había tortura y donde hablaba de los casos que había visto fue censurada”. 24 años después, la película “No” -que relata la construcción de la franja opositora- dio a conocer por primera vez el relato del juez García.

Carlos Caszely junto a su madre en la franja del “No”

Distintos políticos y personas del espectáculo se acercaron para participar de la campaña. La experiencia “más bonita”, dijo García, fue el relato de la madre de Carlos Caszely quien admitió haber sufrido torturas. Días después, la campaña del “Sí” mostró a dos supuestas vecinas desmintiendo el testimonio de la mamá del futbolista. García cuenta que planearon responder las acusaciones. Caszely, una vez más, dijo que no. “Fue un acto super noble”, añadió el director creativo.

30 años después del plebiscito, García cree que el verdadero triunfo del “No” llegó al día siguiente de las votaciones, con el abrazo que manifestantes contarios a la dictadura sostuvieron con Carabineros. “Se me paran los pelos. […] Dijimos en 15 minutos lo que no se pudo decir en 15 años”.

“Chile, la alegría ya viene”

El productor musical Jaime de Aguirre fue uno de los creadores de la canción que acompañó a la franja televisiva del “No”. Treinta años después, el actual director ejecutivo de TVN cuenta cómo comenzó el proceso. “Al principio era una letra muy larga que fuimos editando para ir adaptándola a la música”, dijo de Aguirre al director artístico de PAUTA100.5, Javier Sanfeliú, mientras tarareaba el conocido himno.

En dos minutos y medio, el equipo musical logró revertir el significado negativo del “No” y convertirlo en una tonada positiva. “Hicimos una cosa muy pop, intentamos convertir la palabra en una cosa liviana e inclusiva. Hubo una pequeña inspiración de las barras de fútbol argentinas con el ‘Chile, la alegría ya viene’, para que se pudiera cantar en las calles”, sostuvo de Aguirre.