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Las conversaciones para moderar los contenidos del reglamento de Ética de la Convención

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Agencia Uno
POR Cecilia Andrea |

Salvo la definición de “negacionismo”, buena parte de los contenidos más polémicos del texto se replantearon.

No habrá “cursos de formación” obligatorios para los constituyentes, no se les quitará el derecho a voz por infringir las normas de conducta establecidas y no se sancionará a quienes no practiquen la “fraternidad o sororidad” en la Convención Constitucional.

Esos fueron solo una parte de los cambios que hicieron los constituyentes este jueves al Reglamento de Ética y Convivencia, en el que se impuso una visión más moderada sobre las faltas y las sanciones que pueden afectar a los representantes del órgano constituyente.

La comisión provisoria de Ética había despachado un reglamento sumamente objetado por distintas fuerzas, dentro y fuera de la Convención. En el análisis interno de cada bloque, algunos puntos “hicieron ruido” y obligaron a consensuar indicaciones principalmente entre la centroizquierda y parte de la izquierda, a pesar de -en algunos casos- haber contado con el apoyo de los representantes de esos mismos bloques.

Las reconsideraciones

La definición de “negacionismo” fue la única “pérdida grave” de las votaciones de este jueves, a juicio de representantes de la centroizquierda. El texto final que resultó -idéntico al que salió de la comisión provisoria de Ética- fue calificado como un “mal texto” en ese sector. El Frente Amplio, Colectivo Socialista, Independientes No Neutrales y el Colectivo del Apruebo no lograron imponer la redacción que quitaba la referencia a la “acción u omisión” que niegue violaciones a los derechos humanos en tres periodos de la historia, incluido el estallido social.

Para el resto del texto final, ganaron las posiciones más moderadas y se modificaron sustancialmente los puntos más polémicos que habían llevado a la derecha a hablar de un “reglamento talibán”.

Por ejemplo, la “suspensión” establecida en el reglamento trabajado por la comisión provisoria de Ética, promovida por los convencionales Cristóbal Andrade (La Lista del Pueblo) y Francisca Arauna (Pueblo Constituyente). La sanción implicaba que los constituyentes estuvieran impedidos de intervenir por 15 días en las deliberaciones, luego de incurrir en tres “censuras”. 

Esa fórmula fue aprobada por 12 votos en la comisión provisoria, que se impusieron a los rechazos de los UDI Arturo Zúñiga, Katherine Montealegre, Maximiliano Hurtado (Colectivo Socialista) y Luciano Silva (RN); y la abstención de Christian Viera.

Por otra parte, Arauna, Andrade, el resto de Pueblo Constituyente, el PC y otros independientes apoyaron una fórmula distinta en la votación de este jueves: los cursos de formación como una “medida alternativa” que debe ser consensuada entre el infractor y el Comité de Ética -organismo responsable de sancionar-, lo que fue aprobado.

Esto le quita la presión que establecía antes el texto, que decía que “en los casos que la infracción cometida así lo amerite, el Comité podrá determinar la participación de la o el infractor en un programa de formación”.

“En el momento de hacer el reglamento, cuando estábamos en la comisión, veíamos que era un reglamento no tan duro, pero en el momento de verlo completo nos fijamos que era un reglamento muy duro, que igual había que flexibilizarlo. En ese aspecto estamos más contentos, para que no haya tantas polémicas, como que digan que era un ‘reglamento talibán'”, comenta Cristóbal Andrade a PAUTA.

Además, el tercio formado por el Frente Amplio, los socialistas, Colectivo del Apruebo, Independientes No Neutrales (INN) y la derecha logró aprobar una indicación para suprimir de lleno los cursos de formación, lo que generó dudas entre los convencionales si ambos puntos podían ser compatibles o no. 

“Estoy de acuerdo con ellos como sanción, pero creo que no hay tiempo suficiente para ellos, solo tenemos un año. Por otra parte, es un Reglamento de Ética y no el Código Penal, por lo tanto las sanciones no pueden ser tan gravosas. Es desproporcionado que un reglamento que solo durará un año tenga sanciones tan elevadas”, añade Bessy Gallardo (Colectivo del Apruebo), que aprobó la supresión del artículo pero había votado a favor en la comisión.

Las conversaciones para replantear los puntos

Las conversaciones para dar marcha atrás en los puntos más polémicos del texto se dieron previo al receso del 18 de septiembre, en el que los distintos sectores se acercaron para discutir cómo “mejorar” el contenido que despachó la comisión provisoria de Ética. Los encargados de las conversaciones fueron los mismos convencionales que participaron de esa instancia.

Los Independientes No Neutrales, por ejemplo, conversaron internamente y la mayoría coincidió en hacer cambios en los puntos que hacían “ruido”, como el del derecho a voz. No obstante, el representante de ese grupo en Ética, Benito Baranda, se mantuvo firme en la votación en mantener la suspensión como una sanción.

“Cuando se discutió dentro de los colectivos, por ejemplo en Independientes por una Nueva Constitución, o los otros colectivos que lo aprobamos en la comisión, surgieron mayorías que querían cambiar algunas partes de lo que habíamos aprobado y eso es lo que nos llevó a consensuar indicaciones con otros colectivos”, explica Baranda a este medio.

El mismo proceso atravesó al Colectivo Socialista y al Frente Amplio. Entre los INN hacen una observación: no estuvieron involucrados en los contenidos que Ética estaba desarrollando sino hasta que se terminó el proceso de trabajo de las comisiones, pues todos estaban sumergidos en los reglamentos propios de cada comisión en la que participaban. Ese punto, según dicen en ese grupo, será clave para el trabajo de las próximas comisiones permanentes: que haya mayor conexión entre instancias.

“En el caso del negacionismo, una postura como la mía fue derrotada y así son las reglas de funcionamiento nuestro. Pero en el caso de las otras, también los tiempos nos urgen, entonces una reflexión más serena con otros compañeros y compañeras de la misma comisión o el impacto en la opinión pública nos llevan a una reflexión con más tiempo y holgura”, agrega el convencional Christian Viera (Ind. en cupo DC, hoy en el Frente Amplio).

La convencional Loreto Vidal (ex-LLDP) fue una de las que respaldaron los cambios más grandes del texto, a pesar de haber respaldado su contenido original en la comisión. También la constituyente Damaris Abarca (FA) apoyó la definición de negacionismo que salió de la comisión, así como la suspensión y la sanción que implicaba asistir a cursos de formación. En las votaciones de este jueves de esos puntos, votó alineada con su bloque.

“No hay cambios de posturas, en la Comisión de Ética trabajamos para integrar diversas miradas y crear un reglamento íntegro. Las indicaciones se entienden como un proceso para precisar ciertos artículos y no debe ser visto como algo negativo”, contesta Abarca a este medio.