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Cambio de gabinete | Área política exterior: Teodoro Ribera, la tercera es la vencida

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POR Josefina Ríos |

La mala evaluación a Roberto Ampuero existía desde hace un año. Con Ribera se impone un nombre propuesto por RN.

En diciembre del 2017, un recién electo Sebastián Piñera pidió a los partidos políticos que conforman Chile Vamos que enviaran sus propuestas de nombres para encabezar los futuros ministerios. En esa ocasión, Mario Desbordes, timonel de Renovación Nacional, aseguró que para la Cancillería había una sola carta: Teodoro Ribera.

Teodoro Ribera
Teodoro Ribera. Crédito: Agencia Uno

A sus ojos, el exdiputado de RN y exministro de Justicia de la primera administración Piñera contaba con todos los pergaminos para ejercer con excelencia ese rol: abogado y académico destacado, con vasta experiencia en el servicio público, culto, y con gran manejo de materias internacionales, eran credenciales que ya habían hecho sonar su nombre para ese cargo la primera vez que Piñera llegó a La Moneda.

De hecho, Ribera fue el redactor de capítulo de política exterior del programa de la gestión I de Piñera y durante las dos administraciones de Michelle Bachelet participó del Consejo Asesor de política internacional.

El factor sorpresa

Sin embargo, Piñera optó en ese entonces por el escritor Roberto Ampuero para asumir la cartera.

Mirado con recelo por el establisment político debido a su falta de experiencia en estas lides, Ampuero pese a contar con altos índices de respaldo ciudadano -un atributo con el generalmente han contado todos los cancilleres-, desde el comienzo de su gestión debió transitar por aguas turbulentas.

Se le criticó por carecer de una “mirada de Estado” para dirigir las relaciones internacionales del país y de no estar lo suficientemente empoderado para ser él el comunicador oficial de las decisiones del Ejecutivo en temas relativos a su cartera, como sucedió, por ejemplo, con el anuncio del rechazo del Gobierno al Pacto Migratorio y también al Acuerdo Internacional sobre Medio Ambiente. Además, se le responsabilizó por la lentitud en el nombramiento en importantes embajadas.

De ahí que el 1 de agosto de 2018 cuando Piñera anunció su primer ajuste ministerial muchos se inclinaron en que Roberto Ampuero saldría, al igual que Gerardo Varela de Educación y Alejandra Pérez de Cultura. En ese momento el nombre de Teodoro Ribera volvió a sonar con fuerza.

Con todo, el Mandatario decidió mantener al escritor en el cargo y darle otra oportunidad. Pero las críticas continuaron e, incluso, muchos le achacaron a él no haber sido lo suficientemente enfático con el Presidente sobre la inconveniencia de llevar a sus hijos en la gira oficial a China y Corea del Sur.

Con el arribo de Teodoro Ribera -un liberal cercano a Andrés Allamand y Rodrigo Ubilla– al cargo se espera solucionar muchos de estos puntos. Si bien nunca ha trabajado en Cancillería, su expertise en estos temas es ampliamente reconocido. No solo ha escrito libros sobre estas materias, sino que además dirigió el área internacional del Instituto Libertad, think tank ligado a RN.

De ahí que en los pasillos del Ministerio de Relaciones Exteriores vean con buenos ojos su aterrizaje: sus conocimientos y ascendencia sobre el Presidente Piñera podrían volver a poner a La Cancillería en el lugar de respeto y relevancia que siempre tuvo.