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Cargador universal para celulares: la propuesta de la Unión Europea que choca con Apple

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POR Lucía Alegrete |

La firma tecnológica considera que la iniciativa europea deteriora la innovación. Bruselas sostiene que beneficia a los consumidores y al medioambiente.

¿Cuántos cargadores diferentes tenemos en el velador de casa? ¿Cuántas veces nos hemos quedado sin batería y ningún cable nos servía? Todo esto podría acabarse pronto para los ciudadanos de la Unión Europea.

Los habitantes de esta región poseen en promedio tres cargadores de teléfonos móviles. Pero el 38% de los consumidores no han podido cargar su teléfono en al menos una ocasión porque no tenían el cargador correcto a mano, señala la vicepresidenta de la Comisión Europea, Margrethe Vestager.

Sin embargo, esto podría cambiar ya que la Comisión Europea propuso este jueves 23 de septiembre imponer un cargador universal para teléfonos y dispositivos portátiles: la idea es que las empresas adapten sus productos en un plazo de dos años.

La propuesta podría suponer un cambio radical para la industria de la tecnología. La Unión Europea representa un mercado de 450 millones de consumidores, quienes gastan anualmente unos 2.400 millones de euros en cargadores individuales.

Además de una mejoría para las personas que podrán cargar sus dispositivos en cualquier circunstancia, la Comisión Europea declara como otro objetivo el resguardo del medioambiente: se generaría menos basura al ajustarse los márgenes ecológicos y digitales.

Apple opone resistencia a la medida

Sin embargo, el gigante tecnológico Apple manifestó reparos a la iniciativa. El producto estrella de la compañía, el teléfono iPhone, utiliza un cargador con conexión específica.

La empresa que fundó Steve Jobs señaló en una nota que está preocupada, porque una regulación estricta determinando un tipo único de conector frenará la innovación en lugar de impulsarla. Plantea que afectará a los consumidores en Europa y el resto del mundo.

Agregó que un plazo de dos años se torna corto. Consideran que podrá afectar a las empresas del sector al frenar la venta de los equipos ya existentes, lo que generaría más desperdicios tecnológicos.

Estos argumentos fueron rebatidos por el comisario europeo de Asuntos Internos, el francés Thierry Breton, quien afirmó que la Unión Europea no es contraria a la innovación, sino en favor de los consumidores europeos.