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El último escándalo que significó la dimisión de Boris Johnson

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Wikimedia Commons
POR Manuel Izquierdo |

El gobierno británico enfrenta una fuerte crisis que generó una treintena de renuncias. El premier presentó su renuncia que se hará efectiva en el otoño europeo.

Hace un mes, era el Partygate el escándalo que hacía tambalear a la administración de Boris Johnson en Reino Unido y lo tuvo al borde de la dimisión. Ahora, el primer ministro británico enfrenta una nueva crisis, que lo llevó a comparecer nuevamente, este miércoles 6 de julio ante el Parlamento para evitar su destitución.

Sin embargo, el premier presentó este jueves 7 de julio su renuncia a la Reina Isabel II y se mantendrá en su cargo hasta el otoño europeo. Desde Downing Street 10 -la sede del gobierno-, Johnson dirigió una declaración pública en la que comunicó su decisión.

Es claro que el Partido Conservador necesita un nuevo líder y el país un nuevo primer ministro. El proceso tiene que comenzar“, sostuvo.

Cómo se desenvolvieron los escándalos

El 30 de junio, el periódico The Sun publicó acusaciones de índole sexual contra Chris Pincher, nombrado en febrero como subjefe de bancada del Partido Conservador por Johnson. En el artículo se le imputa haber manoseado a dos hombres en un club en Londres. A eso se sumaron otras seis denuncias de conducta sexual inapropiada. Pincher dejó su cargo el mismo día y fue suspendida su militancia en la colectividad política. 

El premier británico negó el 1 de julio estar informado de las acusaciones contra el líder de los conservadores, sin embargo, tres días después debió desdecirse y reconocer que sí tenía noción de las denuncias, pero que ellas eran infundadas, por lo que decidió insistir con el nombramiento de Chris Pincher.

Esa misma jornada, en entrevista con BBC, Johnson declaró que, mientras Pincher ejercía como ministro de Relaciones Exteriores (2019-2020), recibió informaciones sobre su conducta sexual, pero no hizo nada.

Para el analista internacional Guillermo Holzmann, el primer ministro enfrentó “un cuestionamiento ético a su conducción política. Un cuestionamiento ético que proviene de haber pedido a sus ministros que mintiesen, que no dijesen toda la verdad, o que repitiesen lo que se les enviaba desde su gabinete para salvar su responsabilidad” en el nombramiento del subjefe de la bancada conservadora. 

“Dentro de su propio partido”, añadió Holzmann, “hay un descontento que ha escalado […]. No hay confianza ni credibilidad en lo que está haciendo Boris Johnson. Y eso es muy relevante para la viabilidad de su cargo“. 

La noche del 6 de julio comenzó la ola de renuncias en el gobierno, que fue inaugurada por el ministro de Hacienda, Rishi Sunak, y el titular de Salud, Sajid Javid. Luego, más de treinta funcionarios dejaron sus cargos.

Durante la jornada del 6 de julio, otros 10 ministros pusieron su labor a disposición. Cinco de ellos, lo hicieron en una carta conjunta en la que afirmaron que Johnson debiera renunciar. “Es cada vez más claro que el gobierno no puede funcionar dados los problemas que han salido a la luz”, expresaron. 

El premier asistió este miércoles 6 de julio a su sesión semanal con el Parlamento inglés, en la que recibió críticas de la bancada laborista y de tres miembros de su partido. Sin embargo, fue enfático en decir que no renunciaría: “No voy a darles un comentario sobre eventos políticos y vamos a seguir con el gobierno del país“, advirtió.

Esta crisis ocurre mientras en Escocia se vuelve a debatir la posibilidad de un referendum para independizarse del Reino Unido en 2023. Boris Johnson se ha negado a aceptar esa consulta, la segunda luego de que en 2014 se decidiera su permanencia en el reino. 

En conversación con Primera PAUTA, de Radio PAUTAAlberto Rojas, director del Observatorio de Asuntos Internacionales de la Universidad Finis Terrae, explicó que uno de los factores que han influido en la decisión de la ministra principal de Escocia, Nicola Sturgeon, ha sido el Brexit. “Cuando en 2016 se produjo el Brexit, no todo el Reino Unido estuvo a favor de eso. De hecho, Escocia e Irlanda del Norte votaron mayoritariamente a favor de seguir formando parte de la Unión Europea. Y, por lo tanto, ellos se sienten perjudicados por ese triunfo“, aclaró.