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El conteo de las muertes: ¿Vale más el lugar de la inscripción o el de la defunción?

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Agencia Uno
POR Fernanda Monasterio |

Al menos en dos casos de personas fallecidas en la Región de Atacama sus defunciones fueron inscritas en otra región.

“Es importante clarificar que el Reporte Epidemiológico informa el número de fallecidos de acuerdo al lugar donde se inscribe el certificado de defunción de cada deceso y no del lugar donde ocurre el fallecimiento”, señala un comunicado, enviado por el Ministerio de Salud (Minsal) a este medio, durante la tarde del miércoles 17 de junio.  

“Este reporte se basa en la información que entrega el Servicio de Registro Civil de personas fallecidas totales inscritas diariamente”, concluye dicho documento.

Esta respuesta del Minsal ocurrió luego de que PAUTA publicara las inconsistencias en la información proporcionada a la población en la Región de Atacama: mientras a esos habitantes se les indicaba que había tres decesos por Covid-19 a la fecha, a nivel central el ministerio señalaba que no existía ningún fallecimiento vinculado con esa zona. Al principio, el Minsal dijo a PAUTA que los registros computaban las muertes según el lugar donde ocurriera la defunción; más tarde comunicó lo señalado en el documento precedente.

¿Qué dice el Registro Civil?

Según el artículo 174 del Decreto con Fuerza de Ley (DFL) 2.128, “las defunciones deben inscribirse en los registros de la circunscripción en que hubieren ocurrido”. Eso sí, hay una excepción: “las defunciones que ocurran en viaje se inscribirán en la circunscripción en que deba efectuarse la sepultación”.

Desde el Registro Civil declararon que se encargan de enviar, cada mañana al Minsal, todas las defunciones inscritas en el país, y que en dichos documentos se especifica una serie de datos sobre la persona fallecida y las circunstancias en que murió.

En términos de localización geográfica del difunto, esto incluiría su lugar de nacimiento, domicilio actual y lugar donde falleció. De todos modos, estos tres puntos no son requisitos esenciales para la inscripción de una muerte (como declara el artículo 183 del DFL 2.128).

Entonces, si en algunos casos -según indica el Minsal- el lugar de fallecimiento no se condice con el lugar en que se inscribió una muerte, ni con el lugar de residencia actual de una persona, ¿qué debería primar a la hora de informar los fallecidos diarios por región? O, formulando la pregunta de otro modo: ¿Qué tiene más valor epidemiológico: el lugar del deceso o el lugar de residencia?

La opinión de los expertos 1: prima la residencia

“Desde el punto de vista epidemiológico y también demográfico, lo que importa es el lugar de residencia habitual de la persona que falleció”, responde la epidemióloga y exjefa del Departamento de Estadísticas e Información de Salud (DEIS) Danuta Rajs. “En el certificado de defunción está ese dato, que es considerado por el DEIS, para informar la distribución de las defunciones por comuna y por región”, agrega.

Aquí, antes de seguir, es necesario hacer una pausa. El DEIS es el departamento oficial del Ministerio de Salud encargado de analizar y desagregar las muertes según su causa, esto mucho antes de que el Covid-19 fuera siquiera un término conocido. El problema es que -en cuanto a datos públicos- la información del DEIS es subida a su sitio web con largos tiempos de desfase.

Durante esta pandemia el ministerio creó su propio mecanismo y metodología para contabilizar los fallecidos, y con celeridad, pero para Rajs “las estadísticas oficiales de mortalidad son las del DEIS, no las de ningún informe epidemiológico, hecho por personas que no tienen preparación en la materia. Y en esas estadísticas obviamente se informa por comuna de residencia”.

Aunque la normativa indica que la inscripción de una muerte debe realizarse en la misma circunscripción donde ocurrió el deceso, se conoce que al menos dos fallecimientos producto del Covid-19 en la Región de Atacama fueron inscritos en otra región. Danuta Rajs señala que “probablemente se prefirió hacer las inscripciones en las regiones donde residían aquellas personas”.

El epidemiólogo y director de la Sociedad Chilena de Neumología Pediátrica, Carlos Flores, señala algo similar al ser consultado sobre qué dato tiene más valor.

“Lo más importante es registrarlo donde fue notificado como caso Covid-19, porque la vigilancia epidemiológica se inicia ahí. Por ejemplo, Ovalle tiene un hospital de contingencia que recibe pacientes de Iquique y Santiago, entre otros. Son pacientes confirmados en sus lugares de origen y si fallecen deben correlacionarse con las estadísticas de notificación de cada lugar”, comenta.

Continúa su explicación con un ejemplo hipotético: “Si no tengo capacidad en mi hospital y debo trasladar a cuatro pacientes a otras regiones, y esas cuatro personas mueren en la ciudad de destino, creo razonable que esa mortalidad se asigne a ciudad de origen”.

Pero Manuel Nájera, médico cirujano, epidemiólogo y docente de la Universidad del Desarrollo, pone un nuevo punto sobre la mesa: no solo hay que tener en cuenta la residencia, sino que el lugar de trabajo. Por ejemplo, en el caso de la minería, donde existe mucho traslado entre regiones, lo importante es conocer dónde se generó la enfermedad para hacer el seguimiento y descubrir posibles brotes. 

“En principio lo importante es dónde fallece la persona, porque eso te da información del riesgo de fallecer en un lugar. Pero puede que haya gente que enferme en un lugar, se hospitalice y sea trasladado a otra comuna/región y fallezca allá; en ese caso, importa dónde se enfermó tanto o más que dónde falleció para efectos de análisis”, afirma.

“En este caso, como es un registro nacional, lo que importa es que se mantenga un criterio estándar, mezclar criterios sería un caos informativo”, agrega Nájera. 

La opinión de los expertos 2: ambos datos valen

Sin embargo, algunos expertos consultados por PAUTA concuerdan con que ambos datos son relevantes, dependiendo lo que se busque obtener de ellos.

“Considerar la muerte en función del lugar donde enfermó un paciente (de donde se lo deriva), entrega más luces de aspectos de proceso. Por otro lado, regirse por el lugar donde efectivamente falleció también nos da diferentes luces sobre indicadores de resultado”, comenta María Teresa Solís, epidemióloga, médica cirujana y académica del Instituto de Ciencias de la Salud de la Universidad de O’Higgins.

Con ella concuerda Báltica Cabieses, epidemióloga, enfermera matrona y directora del programa de Estudios Sociales en Salud de la Universidad del Desarrollo. “Es información complementaria”, señala. “Idealmente deberíamos tener ambos datos y no tener que elegir uno sobre otro. El registro de donde la persona efectivamente falleció es importante para mapear mortalidad y factores asociados que son de lógica territorial; por ejemplo, datos de ruralidad, pobreza barrial, violencia o crimen. Conocer dónde se hizo el registro de la defunción puede estar más asociado a lógicas de vida de la persona”, agrega.

Quien también se suma a esta idea de que ambos datos tienen valor propio es el médico epidemiólogo de BHP Minerals Americas Mario Maturana, quien señala que el lugar de residencia puede indicar dónde se contagia una persona y/o dónde hay transmisión de la enfermedad, mientras que el lugar donde fallece puede dar información adicional sobre aspectos sanitarios de ese lugar (camas, atención salud, movilidad).

“Lo importante es que esto sea estandarizado y no que en algunos casos se ingrese la residencia y en otros el lugar donde fallece. Ahora, si la persona lleva unos dos meses en un lugar y se contagia y fallece en ese lugar, debería ser ingresado en ese lugar”, explica Maturana.

La tercera respuesta del Minsal

El viernes 19 de junio, durante el reporte diario que realiza el Minsal y tras ser consultado por PAUTA por la situación ocurrida en Atacama y sobre el dato que manda a la hora de atribuir un fallecimiento a cierta región, el ministro de Salud, Enrique Paris, cedió la palabra al Rafael Araos, jefe de epidemiología del Minsal.

“Lo importante acá es que para efectos del reporte diario nosotros nos alimentamos con la base de datos del Registro Civil. Por lo tanto, lo que cuenta es la región o comuna de inscripción del fallecimiento; si yo vivo en Santiago, pero me inscriben en otra región, voy a aparecer como un fallecimiento de otra región”, puntualizó Araos.

Tras esto sumó un nuevo dato: “En el reporte epidemiológico que vamos a informar mañana [sábado] van a estar informados por comuna de residencia, por lo tanto, ahí se van a poder hacer las correcciones ad hoc“, concluyó. Dijo que habrá que acostumbrarse a todas estas adecuaciones metodológicas.

Revise el reporte diario del viernes 19 de junio: