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Doce películas chilenas del siglo XXI para conmemorar el Día Nacional del Cine

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barriolastarria.com
POR Fernanda Valiente |

Celebrando el cine chileno, el proyeccionista de películas de Desde El Jardín de Radio PAUTA trae historias del siglo XXI que a su juicio no reciben la atención que merecen en la identidad nacional.

“Muchas veces se escuchan prejuicios más que juicios del cine chileno. Y pocas veces uno ve la percepción que tengo yo, espectadores que sean fieles. Salvo excepciones. No estoy seguro de si hemos sido receptivos”, pregunta Cristián Warnken, anfitrión de Desde El Jardín, de Radio PAUTA.

“Ahora, como dijo Jack El Destripador, ‘vamos por partes'”, responde David Vera-Meiggs, el proyeccionista de películas. “Porque hablar de todo el cine chileno es hablar de un siglo y medio, que es bastante. Entonces hablemos en esta ocasión del cine chileno del siglo XXI”, agrega.

Para Vera-Meiggs, la creación cinematográfica nacional “ha sabido ir tocando el arpa de las emociones colectivas. Diría con que con bastante talento. […] Hay jóvenes [cineastas] que logran remecer esos terremotos interiores de los que está poblada nuestra alma telúrica. Nuestro cuestionamiento a la ley y el orden, y a la razón”.

Dawson Isla 10 (2009)

Miguel Littin

El cine del autor de El chacal de Nahueltoro (1969) explora lo político, donde tiende a primar la creatividad.

Como cuenta el proyeccionista, el equipo de producción “sintió que el chacal estaba ahí ordenando las cosas, para que la película se produjera. Nelson Villagra cayó en una especie de trance durante la grabación poseído por esta figura. Tal efecto hizo que su actuación fuese tan celebrada que llegó a ganarse la admiración de Robert De Niro“, cuenta Vera-Meiggs.

Pero de vuelta al siglo XXI, rescata Dawson Isla 10 (2009), que a su juicio fue injustamente atacada. En ella, presos políticos durante la dictadura son enviados al estrecho de Magallanes, donde “Littin no solo rinde homenaje a la belleza del lugar, sino que también a la humanidad de todos los personajes, de ambos lados. Muestra un conjunto de individuos que quiere sobrevivir, pero que lo hace en conjunto”.

La noche de enfrente (2012)

Raúl Ruiz

Esta es una película que quiere concentración, apunta Vera-Meiggs, basada en un conjunto de relatos de Hernán del Solar.

“Tremendos cuentos, ojo”, dice Warnken.

El título remite a la cercanía de la muerte. Ruiz tenía por hecho que esta sería su última película, “entonces toda su experiencia de vida se decanta en este relato que se desarrolla en Antofagasta”.

Ruiz logra tratar el dilema metafísico desde el humor y casi el juego, sostiene el Warnken. “Fue hijo único de padres mayores. Entonces nunca dejó de ser un niño solitario”, añade Vera-Meiggs.

El tango del viudo (1967)

Raúl Ruiz

El hijo del actor Luis Alarcón y su pareja completaron esta película de Ruiz, con la ayuda de Valeria Sarmiento. “Ese es el próximo estreno de Ruiz para cuando pase la pandemia“, declara Vera-Meiggs.

“De alguna manera este es como su testamento”, reflexiona Warnken. “David, ¿qué elementos verías como señales de ese testamento?”.

“Los piratas”, responde. “¿Por qué hay tantos de ellos en su cine? Porque era chilote”, explica el proyeccionista. A su juicio, al cineasta hay que verlo de forma lúdica: el espectador debe apreciar las distintas posibilidades.

Tráiganme la cabeza de la mujer metralleta (2013)

Ernesto Díaz

“Es lo que dice el título, pero es un juego moderno”, explica Vera-Meiggs. Es una mujer asesina que debe ser capturada por su belleza. “Pero también, en el marco de nuestra sociedad contemporánea ilumina nuestra corrupción”.

Esta es una película de mal gusto, dice Vera-Meiggs, pero por no por eso hay que dejar de verla, ya que intenta saciar mediante una especie de videojuego la escena nacional de injusticia política.

Araña (2019)

Andrés Wood

A diferencia de Ruiz, esta es una buena película de intriga, dice el proyeccionista. Con una buena construcción policial, el pasado repercute en el presente, que lucha para mantener el poder en una sociedad.

Como es una historia política, a más de uno le debe molestar porque no se pueden cubrir todas las ramas. “Pero las películas no están hechas para probar algo, sino para narrar. Inventar”, aclara Vera-Meiggs.

No (2012)

Pablo Larraín

Con un sólido protagonismo de Gael García Bernal, una buena ambientación y un excelente montaje, a juicio del proyeccionista, fue la primera película chilena candidata al Oscar en la categoría de Mejor película de habla no inglesa.

La campaña del “No” para el Plebiscito de 1988 reconstruida por Larraín también puede ser atacada, por saltarse hechos. “De acuerdo, esto es un relato sobre esos acontecimientos. No es la reproducción filológica de ellos”, afirma.

Y las vacas vuelan (2004)

Fernando Lavanderos

Corresponde al debut del cineasta Fernando Lavanderos, en el Festival de Valdivia, que dejó desconcertado al público.

Es una historia que explora la identidad nacional. “Los jóvenes en algunos casos le hacen el quite a esto. Y la película juega con cómo un danés explora el comportamiento chileno, el cual va grabando con una cámara. Pronto descubre que son todos mentirosos”, dice el proyeccionista.

A medida que el extranjero sigue a una joven chilena que parece ser experta en tal mecanismo, ella inesperadamente se rebela ante tal seguimiento. Una de las películas más ingeniosas del siglo XXI, confirma Vera-Meiggs.

Una mujer fantástica (2017)

Sebastián Lelio

Sebastián Lelio quiso hacer un retrato de la identidad chilena, y por supuesto, eso incluye nuestra forma de construirnos como sociedad. Entre ellos nuestros prejuicios y falsas apariencias, advierte el proyeccionista.

Porque tras el aparente bienestar se esconde una oscuridad.

Taxi para tres (2001)

Orlando Lubbert

En la película hay un eco a la historia de Homero. El protagonista Ulises busca nuestras insuficiencias, pero a través de una luz cristiana y esperanzadora.  

De esta forma, explora las actitudes “con amabilidad. Con espíritu de redención”, dice Vera-Meiggs.

“Entonces, hay una mirada compasiva de nuestra realidad. Misericordiosa, donde hay una ternura”, apunta Warnken.

“Exacto. En ella el ingrediente esencial es el amor”, responde el proyeccionista.

Salvador Allende (2004)

Patricio Guzmán

Otro de los géneros que ha logrado su espacio en el circuito internacional consiste en el documental chileno.

En este caso, de acuerdo con Vera-Meiggs, el cineasta adquiere un afán de admirador.

Allende mi abuelo Allende 

Marcia Tambutti

Una situación similar ocurre con la creación de Marcia Tambutti en Allende mi abuelo Allende (2017), donde se rescatan recuerdos de infancia. “Porque los monumentos se bajan de los pedestales. Basta de bronce”, dice el proyeccionista.

Niña Sombra (2017)

Teresa Larraín

Es un retrato de una cineasta de una etapa desgarradora de su vida, cuando comienza a a perder la vista. Producto del exilio, parte importante fue realizada en Canadá, para luego llegar a Chile. 

“Es un diario fílmico de ceguera que va dando cuenta de las etapas y las dificultades de su proceso cinematográfico”, advierte el proyeccionista.

Es un relato conmovedor, que sin embargo no deprime al espectador. Más bien es un agradecimiento a la vida.

Vea la conversación entre Cristián Warnken y David Vera-Meiggs sobre películas chilenas del siglo XXI