Economía

Rodrigo Cerda: “Si no respetamos las reglas de juego, seremos un país más riesgoso”

Imagen principal
El economista, académico de la UC y exdirector de Presupuestos, Rodrigo Cerda. Crédito: Agencia Uno
POR Marcela Gómez |

El exdirector de Presupuestos alerta sobre los riesgos de validar una forma de hacer política en que se vulnera la iniciativa presidencial.

Muy preocupado. Así se declara el economista y exdirector de Presupuestos Rodrigo Cerda con la forma en que se legisló el retiro anticipado de fondos desde las AFP. A su juicio, es clave recuperar el respeto a las reglas del juego, mejorar el diálogo entre el Gobierno y el Congreso y además que la voz de los técnicos sea escuchada, “no solo por un tema de platas, sino de diseño de políticas públicas, para que queden bien hechas”.

Integrante del grupo transversal de 16 economistas que propuso un marco fiscal y de políticas públicas para enfrentar la pandemia, que fue la base del acuerdo entre el Gobierno y parte de la oposición anunciado el 14 de junio, hoy Cerda considera que hay urgencias más apremiantes que revisar ese pacto. En esta entrevista levanta esas alertas desde su mirada como académico de la escuela de Derecho de la Pontificia Universidad Católica de Chile e investigador de Clapes UC.

-¿Cómo queda el acuerdo para el manejo de la pandemia cerrado el 14 de junio con el retiro de fondos desde las AFP, que implica un mayor gasto fiscal por US$ 6 mil millones a valor presente?

“Es un proyecto que tiene repercusiones fiscales importantes, no necesariamente todas hoy, pero que se van a ir notando en la medida en que más personas necesiten recursos fiscales para pensiones. Esto está subiendo el nivel de gasto más allá de lo que pensado”.

“Se había llegado a acuerdo fiscal donde aportamos técnicos, pero también políticos, que fijaba un techo de gasto de hasta US$ 12 mil millones para los próximos 24 meses. Y aquí lo que pasó es que de alguna forma ese techo hoy día parece más cercano a un piso”.

“Uno podría decir que no nos preocupemos tanto porque con US$ 12 mil millones lo financiamos. Pero esos recursos estaban pensados para otras cosas, sobre todo para ayudar a las familias y para apoyos en términos de la reactivación. En materia fiscal las noticias no son buenas y vamos a tener que observar lo que sigue ocurriendo en el Congreso”.

-¿Le preocupa que pueda establecerse un precedente sobre cómo se legislan mayores gastos?

“No creo que esta forma de legislar vaya a ser una constante. Pero esto pone una cierta alerta de que pueda volver a ocurrir en alguna otra materia. El manejo fiscal que tenía el Gobierno queda un poco en cuestión y eso genera cierta incertidumbre hacia adelante, incertidumbre que es al alza al términos de gastos”. 

“Lo que esto ha generado es un piso de gasto más alto que lo que se estaba considerando. Si las políticas públicas se siguen haciendo como se hicieron en este caso, vamos a tener un problema fiscal considerable. Es importante tener esto en mente si, como se anuncia, se reactiva la reforma de pensiones, que tiene implicancias fiscales bien grandes”.

La iniciativa exclusiva

-A su juicio, dónde está el problema principal?

“Se puso en entredicho la iniciativa exclusiva del Presidente en términos de gasto. Si esto vuelve a ocurrir, Hacienda y la Dipres van a tener que ir reaccionando y eventualmente ir cortando otros gastos para mantener de alguna forma los horizontes de gasto que estaban previstos”.

“Es necesario volver a la iniciativa exclusiva presidencial en esta materia, algo que nuestro sistema político tiene desde bastante antes de la Constitución del 80, básicamente porque ha sido la forma de ir financiando responsablemente el gasto social”.

Las autoridades no advirtieron sobre el impacto fiscal hasta la víspera de la votación en la Sala del Senado. ¿Faltó diligencia en alertar al respecto?

“Las únicas veces que Hacienda y Dipres entregan los impactos fiscales es cuando se trata de iniciativas del Gobierno y en esos casos los proyectos se acompañan con un informe financiero. Esto no existe para las mociones parlamentarias, porque sería impracticable (son muchísimas) y validaría el hecho que el Congreso puede aumentar el gasto, que es algo que no existe en nuestro sistema jurídico”.

“En este caso, dada la magnitud y lo que estaba ocurriendo políticamente, tal vez efectivamente deberían haberse presentado los números antes. Pero se pensaba que habría un veto o que se acudiría al Tribunal Constitucional, como ha ocurrido en otros casos en que el Congreso ha aumentado el gasto o pasado a llevar la facultad presidencial. El debate político fue más rápido”.

-¿Coincide con los economistas que han planteado que ahora sería necesario revisar o recalibrar el acuerdo para la pandemia, considerando el efecto macro de esta medida?

“Más que revisar o no el acuerdo, para mí lo clave en el corto plazo es tener un marco general sobre el gasto fiscal. Esto es mucho más urgente ahora”.

“Mas allá de que se puedan o no acomodar los US$ 6 mil millones, si se valida el hecho de que el Congreso puede aumentar el gasto, se generan mayores señales para que lo siga haciendo. Y eso implica perder el ancla fiscal. Tiene que haber ciertos límites que no deberían sobrepasarse”.

Lo bueno y lo preocupante

-¿Cómo ve las estimaciones sobre un impacto positivo de esta ley en mayor consumo? Se ha hablado de tres puntos del PIB.

“Puede tener impacto positivo en la economía en el corto plazo al generar un mayor impulso, sobre todo al consumo privado. Pero la magnitud de ese efecto hay que calibrarlo. Es posible que muchas personas no gasten de inmediato todo su retiro: algunas lo van a ahorrar porque no han perdido su empleo y otras podrían gastarlo en forma prudente en el tiempo, previendo que la economía estará más lenta”.

“Así, el efecto positivo en el PIB en el corto plazo podría ser entre uno y dos puntos del PIB. Eso hay que ir calibrando en los meses que vengan y evaluarlo también con otros efectos que aún no se han puesto sobre la mesa”.

-¿Cómo cuáles?

“Este retiro generará un desahorro, lo que significará que las tasas de ahorro de la economía tenderán a disminuir en 2020. Existe una correlación más o menos fuerte entre la tasa de ahorro y la de inversión, lo que significa que eventualmente tendremos internamente menores fondos disponibles para realizar inversión en 2021”.

“Si las tasas de inversión son menores, el crecimiento del stock de capital puede ser menor y afectar la reactivación el próximo año. Podría no ser un efecto demasiado grande, pero dependerá de la magnitud del desahorro y podría traducirse en una reactivación algo más lenta. Este efecto en inversión puede tender a desaparecer si empezamos a ocupar ahorro externo, con mayores déficits en cuenta corriente chilena. Pero en el escenario en que la economía está cayendo es difícil que nos endeudemos fuerte fuera de Chile”.

-¿Le preocupan los efectos financieros que se han descrito, como alzas en las tasas de interés y depreciación del tipo de cambio??

“Creo que tanto el Banco Central, Hacienda y los reguladores van a tomar medidas para que estos efectos de corto plazo nos sean tan grandes. Mi preocupación va más allá y tiene que ver con cómo se están haciendo las políticas públicas”.

“Si esto se sigue repitiendo, será una pésima señal para el mercado. Podríamos volvernos un país más riesgoso, lo que significa tasas de interés más altas, un tipo de cambio más depreciado, caídas en la clasificación de nuestra deuda soberana. Algo de eso ya lo empezamos a ver en el mercado cambiario, que desde el 18 de octubre pasado tiene una cierta depreciación adicional por un mayor riesgo de la economía”.

“Es muy importante cómo hacemos política hoy en día. Si no respetamos las reglas de juego, seremos un país más riesgoso y más cercano a otros países latinoamericanos, respecto de los cuales pensábamos que teníamos un nivel de políticas superior”.