Economía

Subsecretario Ahumada: “No hay una receta única para el libre comercio”

Imagen principal
Fernanda Monasterio Blanco
POR Marcela Gómez |

El responsable de las Relaciones Económicas Internacionales dijo que ya existen acuerdos comerciales con fórmulas alternativas para los regímenes de inversión extranjera.

Desde que José Miguel Ahumada fue nominado como subsecretario de Relaciones Económicas Internacionales (Subrei) de la Cancillería, hay inquietud entre expertos por el rol que cumplirá el académico, partidario de “revisar” los tratados internacionales suscritos por Chile. De hecho, algunos excancilleres comentaron estas preocupaciones a PAUTA.

Aunque tras asumir su cargo no ha tenido actividades públicas, el politólogo de la Universidad Diego Portales y doctor en estudios del desarrollo por la Universidad de Cambridge participó en el lanzamiento online del libro del economista Ricardo Ffrench-Davis La pandemia neoliberal, el 15 de marzo. Es un ensayo donde analiza los efectos de ese modelo en la economía y en la sociedad, centrándose en el caso de Chile.

La otra comentarista del texto fue Stephany Griffith-Jones, exasesora de la campaña presidencial de Gabriel Boric y recientemente nominada como consejera del Banco Central. La economista se integrará oficialmente al Consejo en mayo.

Académico, actual subsecretario

Ahumada advirtió que sus comentarios los haría “como académico”. Con todo, el politólogo ya asumió como autoridad el 11 de marzo. De hecho, los organizadores invitaron al evento presentándolo a él como subsecretario.

Declaró estar “fervientemente de acuerdo” con lo que plantea el libro en cuanto a que “no hay una receta única para la economía de mercado”, ya que hay diferencias sustanciales en cómo se insertaron en ese modelo los países desarrollados, los emergentes exitosos y los que están en la crisis de ingresos medios. Es decir, apuntó, que se puede elegir cómo mejorar el balance entre beneficios y costos de la inserción internacional.

“Hoy hay más conciencia de que los acuerdos o regímenes bilaterales tienen que incluir temas de género, medioambiente, laborales y también tener un mayor abanico en lo relativo a los regímenes de inversiones extranjeras”, sostuvo. Puso como ejemplo el acuerdo de comercio más grande del mundo (el RCEP, entre China y países asiáticos), “que incluye diferentes temáticas y tiene una visión alternativa respecto de los regímenes de inversión extranjera”.

Sostuvo que “lo mismo ocurre hoy con la Unión Europea y el Tribunal [Multilateral] de inversiones [que sustituiría a los sistemas de tribunales implicados en los acuerdos de comercio e inversión de la UE] o el Usmca entre Estados Unidos Canadá y México”. Ahumada resumió que esto determina que, “por lo tanto, no hay una receta única para el libre comercio”.

Los planteamientos de Ahumada son consistentes con la línea académica que trabajó antes de asumir en el puesto. En general, promueve las propuestas de “política industrial” y de análisis crítico a la evolución de la política comercial chilena impulsada en las décadas previas.

Estallido social y política comercial

Ahumada también entró en el análisis que plantea el texto sobre el estallido social y el modelo neoliberal en Chile.

“El estallido hay que entenderlo como resultado de la acumulación de fracturas cuyos fundamentos están en un particular régimen productivo [el neoliberal], que si bien tuvo momentos de dinamismo, […], en su fase más reciente se caracterizó por el estancamiento de la productividad, rendimiento decreciente de las exportaciones, heterogeneidad productiva entre empresas y acumulación de fracturas políticas y sociales”, sostuvo.

A su juicio, “la lección más evidente” que deja ese análisis es que “los shocks económicos deben abordarse no pensando que los mercados se ajustan rápida y eficientemente, sino que se ajustan con brechas recesivas, que dejan muchas capacidades productivas sin utilizar que generan una efecto perverso”. Para evitar lo anterior, postuló, se requiere un Estado activo en materia de política financiera, fiscal e industrial, de modo que “pueda generar incentivos y reglas que estimulen la inversión y así permitir cerrar esas brechas recesivas”.

El subsecretario enfatizó que precisamente ahí es donde las políticas comercial y productiva tienen un rol clave. Puso como ejemplo políticas como la “atracción de inversión extranjera en sectores claves, como ocurre en el caso de Noruega; y la promoción de pymes insertándolas en redes de insumos y servicios hacia otras empresas, como en el caso de Finlandia”.

Los casos de los países nórdicos son tan relevantes para Ahumada, que dedicó un libro a su estudio. El entonces diputado Boric, ya como candidato presidencial, fue uno de los comentaristas de aquel texto.

En el evento del libro de Ffrench-Davis el pasado 15 de marzo, el titular de la Subrei insitió en que hay “otro” tipo de políticas que que enfatizan el rol público ante shocks. “El Estado cumple una función fundamental para reactivar la economía y no caer en estos círculos viciosos de equilibrios económicos y profundas brechas recesivas”, afirmó.