Economía

BID propone “personalizar” el IVA en vez de una rebaja general del impuesto al consumo

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Agencia Uno
POR Marcela Gómez |

La entidad plantea que una rebaja del IVA favorece a los hogares más ricos. Una opción segmentada, en cambio, permitiría focalizar el beneficio y de paso alentar la formalización.

Aunque aún no se pone en tabla en la Comisión de Constitución del Senado, esa instancia será la encargada de revisar la rebaja transitoria del IVA a un conjunto de productos y servicios. Se trata de una propuesta de parlamentarios oficialistas que fue la única que recabó respaldo transversal entre los diputados, cuando se votó la reforma constitucional conocida como impuesto a los superricos.

La idea de un IVA menor para una canasta de productos y servicios durante 2021-2022 busca aliviar el gasto en la pandemia a los grupos medios y vulnerables. Pero es difícil de aplicar y fiscalizar, reducirá los ingresos del Fisco y no se traspasará totalmente a los consumidores. Peor aun: el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) advierte que estas políticas terminan beneficiando en mayor medida a los hogares ricos. 

Un documento de la división de Gestión Fiscal del BID muestra para el caso de Chile que el 74% del gasto tributario de IVA (exenciones y rebajas vigentes) beneficia al 20% más acomodado de la población, mientras que quintil más pobre recibe apenas 1% de ese beneficio.

Esta y otras razones llevan a la entidad a plantear un camino intermedio: el IVA personalizado, una fórmula que busca apoyar solo a determinados grupos y que, con diferencias locales, ya se aplica en Colombia, Uruguay, Argentina, Ecuador y Bolivia. La medida está en la línea de un impuesto negativo al ingreso, fórmula que también surgió en la pandemia de la mano de la OCDE.

Cómo se hace en la región

El IVA personalizado es un concepto genérico que engloba diversas políticas que buscan devolver parte del impuesto al consumo pagado a grupos específicos de la población o compensarlo entregando un monto predeterminado. El BID destaca aquellos programas de devolución, porque su funcionamiento alienta la formalización al exigir comprobantes (boleta o factura, en el caso chileno). 

Así, mientras en este marco Colombia realiza una transferencia monetaria fija a hogares vulnerables, los programas de Argentina, Ecuador y Bolivia condicionan la devolución de IVA a la existencia de transacciones declaradas a sus administraciones tributarias.

Por ejemplo, Argentina focaliza esta medida en pensionados y hogares vulnerables con hijos, a los que reintegra el 15% de las compras que realizan con la tarjeta de débito mediante la cual reciben la pensión o la ayuda social. La devolución del IVA es depositada todos los meses por la administración tributaria (equivalente a nuestro Servicio de Impuestos Internos, SII). El programa se reinstauró en 2020 por la pandemia y en su primera etapa benefició a 1,5 millones de jubilados. 

En Ecuador, la iniciativa partió en 2017 y se focaliza en personas que presentan alguna discapacidad, quienes acceden a un reintegro solamente para compras de bienes y servicios de primera necesidad. Bolivia inició su programa este año para todas las personas que tengan rentas mensuales menores a US$ 1.300 ($980 mil) y que registren sus facturas en la administración tributaria. 

El caso de Uruguay es singular no solo por su antigüedad (2012) y la vinculación entre beneficiarios y el uso de tarjetas (monederos electrónicos) donde el gobierno deposita diferentes transferencias sociales. La principal diferencia es que en este caso, al pagar con la tarjeta provista por el Estado el vendedor descuenta el IVA al momento de la venta.

Reducir la informalidad

El documento del BID enfatiza que si estas políticas se estructuran adecuadamente, las personas incluidas ven aumentar su ingreso disponible en el corto plazo, mientras que los gobiernos ven elevarse la recaudación debido a una menor evasión en el pago del impuesto cuando estas inicitaivas se condicionan al uso de medios electrónicos de pago o la emisión de comprobantes de compra.

No obstante, el organismo advierte que estas iniciativas “solo pueden mejorar la progresividad del IVA marginalmente”, ya que con ellas no se están modificando “los tratamientos preferenciales preexistentes, los cuales son altamente regresivos”. 

Otro beneficio de este tipo de porgramas es que acerca a los grupos vulnerables a la administración tributaria, lo que estima de importancia estratégica. “Esto no es un hecho menor, ya que podría permitir la introducción de campañas de educación tributaria, que informen sobre regímenes simplificados para pequeños contribuyentes, derechos laborales para trabajadores informales, entre otros temas”, dice el texto.