Economía

La deuda pública podría llegar a 70% del PIB en 10 años sin un freno a la inercia del gasto

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Fiscalización de permisos en la cuarentena, centro de Santiago. Crédito: Agencia Uno
POR Marcela Gómez |

La Dipres actualizó sus proyecciones: una contracción de 6,5% para este año. La entidad alertó sobre la tarea de contención del gasto.

En línea con el nuevo escenario que planteó el Banco Central, marcado por un debilitamiento de la economía más profundo que el previsto al cierre del primer trimestre, el Gobierno también puso al día sus proyecciones sobre el impacto de la pandemia. Así, para el año en curso, ahora prevé una contracción de 6,5% desde el -2% anterior, mientras que para 2021 elevó de 4,3% a 5,5% la estimación de crecimiento. En el período 2022-24 la actividad se estacionaría en 3,5% cada año.

Estos son los números gruesos del Informe de Finanzas Públicas del segundo trimestre elaborado por la Dirección de Presupuestos (Dipres). Pero en el desglose se ve con mayor nitidez el efecto del plan para enfrentar la emergencia e impulsar la recuperación de la economía en la fase de desconfinamiento (el Acuerdo Covid).

Respecto de 2019, este año los ingresos fiscales caerán 16,1%, pero el gasto crecerá 11,4%, el segundo mayor registro anual desde el 16% de 2009, en plena crisis subprime.

Impulso fiscal

“Si miramos desde el 18 de octubre a la fecha, si uno suma todas las iniciativas y paquetes que se han lanzado, aunque no necesariamente se han gastado, estamos hablando de cerca de US$ 35 mil millones. Esta cifra equivale a la mitad del PIB del primer trimestre de este año o la mitad del gasto público de un año normal”, dijo el director de Presupuestos, Matías Acevedo, quien precisó que el tamaño del impulso fiscal considera gastos, menores ingresos y operaciones “bajo la línea” como aportes de capital.

Elevar el gasto cuando caen los ingresos implica un déficit efectivo de 9,6% este año, el mayor al menos desde 1990. El balance estructural llegaría a -3,5%, por sobre la nueva meta 3,2% del PIB, que responde a que el Acuerdo Covid considera una trayectoria fiscal más expansiva. 

Acevedo detalló que si bien de acuerdo con la regla fiscal el gasto en 2021 tenia que caer 8%, se acordó mantener el impulso fiscal, lo que implica mantener el nivel de gasto. La nueva meta estructural se delineará dentro del proceso presupuestario 2021, cuando se convoque a los comités de expertos.

El punto de no retorno

La deuda bruta subirá de 32% en 2019 a 34,8% del PIB al cierre del año en curso (lo que incluye el efecto de un PIB total más bajo), pero bordearía 40% en 2021 y seguiría creciendo en forma sostenida hasta 2024.

Según ejercicios realizados por la Dipres, ese año podría verificarse el punto de quiebre o de no retorno. Es decir, “si seguimos el camino de la convergencia que fue el acordado transversalmente o si no cambiamos el rumbo y seguimos gastando como si no hubiera pasado nada y ese mayor gasto aumenta en forma permanente la deuda”, dijo Acevedo.

Lámina del Informe de Finanzas Públicas segundo trimestrs 2020.

En el primer caso, la deuda como porcentaje del PIB se estabiliza antes de tocar el 50% en torno al año 2024 y comienza a descender lentamente, llegando a 45% en 2030. Por el contrario, si no se produce ese quiebre y se mantiene la tasa de crecimiento promedio del gasto de los últimos cuatro años, en 2030 el nivel de endeudamiento de Chile sería equivalente a 70% el PIB.

La condición que se exige para evitar este segundo escenario es compleja: soportar déficits efectivos y estructurales hasta 2024, pero que ambos indicadores converjan en 1% del PIB promedio para el período 2025-2030. Es decir, dos gobiernos después del que tuvo que enfrentar la pandemia del Covid-19.