Economía

El llamado del presidente de la CChC: “Sentémonos a conversar, construyamos juntos”

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Agencia Uno
POR Marcela Gómez |

Antonio Errázuriz relató en la Enade la experiencia que impulsó el gremio para abrir un diálogo con los trabajadores. “Entendíamos que dar trabajo y dar buenos sueldos era suficiente. No es suficiente”.

Un simple piso azul de madera. Ese es el símbolo de la campaña iniciada después de 18 de octubre de 2019 para que trabajadores y empresarios de la construcción se sentaran cara a cara a conversar de sus dolores y esperanzas. Esta inédita experiencia de diálogo y sus repercusiones fue expuesta en el Encuentro Nacional de la Empresa (Enade) por el presidente de la Cámara Chilena de la Construcción (CChC), Antonio Errázuriz.

El dirigente, que lidera la entidad controladora de PAUTA, destacó que ese fue el punto de partida para llegar a la estrategia que hoy aplica el gremio y que se denomina Compromiso Pro. “Es un sello de compromiso protrabajador, procadena de pago, promedioambiente, prociudadanía. En el fondo, compromiso con la sostenibilidad de nuestro sector”, dijo.

Enfatizó que la invitación al mundo empresarial y al resto de la sociedad es a dialogar. “Siempre dijimos: sentémonos a conversar, construyamos juntos. Eso se dijo mucho hoy, hasta el Presidente de la República lo dijo”, afirmó. Y agregó que sin esos factores necesarios para la sostenibilidad “difícilmente vamos a cambiar este país”. Insistió en que hoy más que nunca la invitación es “a dialogar, sí se puede, atrevámonos”.

 

Del estallido a la pandemia

Errázuriz recordó que en medio de la crisis social de 2019, la CChC pidió a las empresas socias dedicar el 5 de noviembre de ese año a dialogar con sus trabajadores sobre seguridad. Admitió que en un inicio hubo dudas entre los empresarios sobre la idea. “Había cierto temor a perder autoridad por acercarse a la gente, a cruzar esa línea. En el rubro nuestro esto es muy marcado, nadie nos enseñó cómo acercarnos”, comentó.

Pero la idea se impuso. “Convocamos a 500 mil trabajadores a conversar y decir cómo están, cual es la percepción que tienen de lo que les ha tocado vivir. Después muchos dijeron ‘llegamos con temor y nos vamos esperanzados’. Entendíamos que por el hecho de dar trabajo y dar buenos sueldos era suficiente. No es suficiente”, resumió el dirigente.

Luego de más de 140 talleres en todo Chile, se constató que los trabajadores tenían preocupaciones sobre salud, pensiones, vivienda, remuneraciones y también aspiraban a mejores relaciones de trabajo. Errázuriz detalló que aunque la CChC destina anualmente US$ 20 millones (unos $15 mil millones) a programas sociales, necesitaban focalizar. Por ejemplo, con un seguro complementario salud que permite disminuir esperas de 540 días a 50 días. “Teníamos hartas cosas que hacer, pero no estábamos hablando”, sostuvo.

Añadió que esa experiencia fue clave para luego enfrentar la pandemia, donde en medio de las cuarentenas y la paralización de obras 400 mil trabajadores quedaron sin trabajo. Ahí el foco fue crear colaborativamente un protocolo sanitario “no impuesto a los trabajadores, sino que ellos asumieran como compromiso para recuperar sus puestos de trabajo”, lo que permitió la reanudación de faenas en octubre de 2020.