Economía

Deuda, inflación y desigualdad: dos economistas ven la salida de la crisis

Imagen principal
Luis Garicano. John Müller y Sebastián Edwards.
POR Marcela Gómez |

El periodista John Müller, conductor en Primera Pauta, dialoga con Sebastián Edwards y Luis Garicano sobre el impacto del virus.

El debate inicial sobre cómo enfrentar el Covid-19 fue zanjado, en la mayoría de los países, con la decisión de salvar todas las vidas posibles al costo que fuera necesario. Pero las decisiones de diversos gobiernos de avanzar en el desconfinamiento y de permitir ciertas interacciones, sin reconocerlo, implican admitir un inevitable precio en vidas.

Este y otros temas fueron abordados por el economista chileno Sebastián Edwards, profesor de la Universidad de California, Los Angeles; y el economista español Luis Garicano, miembro del Parlamento Europeo, en el marco de un debate sobre los efectos de la pandemia en la economía, organizado por el periodista John Müller, del equipo de Primera Pauta, de Radio PAUTA.

Hay consenso en que se enfrenta un shock temporal provocado por la pandemia. Al menos inicialmente, el objetivo era lograr “un puente” de financiamiento y liquidez que permitiera a personas y empresas subsistir un par de meses hasta que la economía se descongelara.

Pero ambos economistas coinciden en que el escenario ha ido cambiando. “¿Cuánto tiempo esto se puede mantener si no se produce nada? ¿Este diagnóstico lo mantendrías si dura seis meses, un año, dos? En algún momento tal vez no será posible. Esa es la gran pregunta hoy”, resume Garicano.

Dinero barato

Aunque admiten que la incertidumbre se mantiene y que nuevas olas de contagio amenazan las economías más resilientes, ambos apuntan a que en los mercados hay bastante optimismo.

La respuesta, dice el economista español, podría estar en que “los bancos centrales han sacado la artillería máxima para garantizar la estabilidad del sistema financiero y económico”. De algún modo, dice, están fijando el precio del riesgo en la economía y los mercados no van a apostar contra ellos. Pero, al mismo tiempo, estima que esa posición impide que las autoridades monetarias sean creíbles en su lucha contra la inflación: “Simplemente, no van a subir las tasas de interés”.

Ambos estiman que para la banca este escenario es “una oportunidad”, ya que en general está sólida, ahora se beneficia de una mayor liquidez y además enfrentará ciertos relajamientos regulatorios.

Edwards añade que habrá “un aumento de la deuda corporativa y soberana que nadie sabe hoy dónde puede parar”. Y como las autoridades monetarias están poniendo más dinero en la economía, en algún momento eso genera más inflación. “Una posibilidad para limpiar el sistema es que haya inflación, pero que sea acotada y por una vez, y los tenedores de deuda pierdan”, dice, aunque admite que no es tan fácil hacerlo.

En el caso de Chile, plantea que junto con un grupo pequeño de economistas “estamos proponiendo el uso del Fondo de Estabilización Económica y Social (FEES), que fue hecho para emergencia y tiene cerca de 5% del PIB. Creo que hay que usarlo ya, dará más certidumbre, en vez del ‘goteo’ de medidas”.

Rescate de empresas

La quiebra de grandes empresas ya no es solo un riesgo: estamos viendo casos como Avianca y también otros como Lufthansa.

Al respecto, el profesor de UCLA estima que la ayuda estatal a las empresas debería concretarse mediante fórmulas como acciones preferentes, que dan derecho a voto pero sin participación en directorios. “En Latinoamérica existe la tentación de que [los Estados] se queden con las empresas”, sostiene. Por ello, desestima la opción de usar mecanismos como los warrants, para evitar esa tentación.

“Estoy en contra de que hagamos rescates a fondos perdidos como en el pasado: el Estado entra, pero a cambio de algo”, opina el eurodiputado. Advierte que hay un punto político, cuando por casualidad “muchas cosas que estamos haciendo encajan con ciertas ideologías”.

Insiste en que las soluciones a este u otros problemas temporales sean también temporales “y no cambiar el sistema político aprovechando la crisis, lo que me da pavor, pero que es lo que algunos sectores preferirían”.

Desigualdad y modelo

“Más que revertir la tendencia en estos temas de desigualdad, esta crisis la está confirmando. Se produce más pérdida de empleo y más contagio en la parte baja de la distribución [de ingresos], porque son las personas que tienen los trabajos ‘esenciales’ que no hay más remedio que hacer”, plantea Garicano.

Asimismo, dice que “los que hoy podemos trabajar desde casa somos los mismos que estábamos beneficiados por las tecnologías de la información antes”.

Edwards cree que en muchos países “vamos a terminar con políticas dirigidas a la redistribución desde el 1% [más afluente] hacia el resto de los ciudadanos”.

Estima que se vienen cambios en el modelo chileno y, aunque cree necesario flexibilizar las regulaciones laborales para la salida de la crisis, lo ve “políticamente muy difícil”. Advierte que “este no es el momento de innovar en las aspiraciones de mover el modelo a la izquierda y tampoco a una posición más promercado”.