Actualidad

Apelaciones, el punto débil en la designación de supremos

Imagen principal
Agencia Uno
POR Gerardo Gómez |

El director de Espacio Público, Luis Cordero, afirma que incentivos para postular al máximo tribunal generan “culturas transaccionales” entre ministros de las cortes de Apelaciones.

El fracaso de cuatro de 49 postulaciones de magistrados a la Corte Suprema desde los años 90 a la fecha no podría calificarse de un fracaso del actual sistema de elección, pero invita a mirar dónde están las fisuras que generan casos como el vivido en el Senado con Dobra Lusic.

Las denuncias de posibles conductas irregulares de la magistrada de la Corte de Apelaciones de Santiago se conocieron recién en la última etapa del proceso de postulación al máximo tribunal, incluso tras haber liderado la quina presentada al Presidente Sebastián Piñera.

En Primera Pauta, Luis Cordero, académico de la Facultad de Derecho de la Universidad de Chile y director de Espacio Público, afirma que en términos generales hay un sistema de designación que debería funcionar bien, ya que tiene una “concursabilidad acotada, mecanismos de nombramiento e indagación en el Ministerio de Justicia y un sistema de escrutinio alojado en el Senado”.

El problema aparece, a su juicio, en los incentivos que genera la ambición por el cargo entre los magistrados de la Corte de Apelaciones. “Genera incentivos de negociación de opacidad que en verdad están perjudicando el sistema aguas abajo. La pregunta que uno se debiera hacer es qué incentivos está provocando, para ministros de la Corte de Apelaciones, el poder llegar a las quinas”.

Cordero recuerda que, desde la modernización del Poder Judicial, se mejoraron los sistemas de control a la Corte Suprema y a los jueces que ingresan al sistema, pero en las Cortes de Apelaciones aún hay opacidad. “Prácticamente no las hemos tratado […]. Cuando usted tiene poder de nombramiento (notarios) y tiene necesidad de obtener otro beneficio, probablemente usted genera culturas transaccionales. Eso si lo aplica al Poder Judicial, es fatal porque termina de comprometer su independencia”, señala.

El especialista y profesor de derecho administrativo de la Universidad de Chile cree que las soluciones no requieren necesariamente cambios legales, sino que normativos y simples, como agregar un cuestionario a los postulantes.”Debiera decir, uno, ¿usted ha realizado gestiones a favor de terceros que estén asociados al poder judicial?, dos, ¿usted fue contactado por algún senador o intermediario para el propósito de esta nominación? […] si el postulante no dice la verdad, puede ser excluido en la etapa temprana”, explica, mecanismo que en la actualidad no existe.

A pesar de lo anterior, Cordero estima que en Chile hay una Corte Suprema transparente, proba y capaz de pasar el escrutinio del debate legal.

Escuche a continuación la conversación de Luis Cordero con Primera Pauta: