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Jeanette Vega: “Es muy prematuro cantar victoria y soltar medidas”

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Jeanette Vega, exsubsecretaria de Salud y exdirectora de Fonasa. Agencia Uno
POR Marcela Gómez |

La exsubsecretaria de Salud, que debió enfrentar la pandemia de Influenza A H1N1, cree que no hay condiciones aún para comenzar a reabrir colegios o el comercio.

Como subsecretaria de Salud Pública, a Jeanette Vega en 2009 le tocó enfrentar la última pandemia declarada en Chile antes del Covid-19: el virus de la Influenza A H1N1, que alcanzó 12.258 casos y 155 muertes. La médico doctorada en salud pública se ha desempeñado como directora de Fonasa y del Instituto de Salud Pública, pero también ha trabajado para la Organización Mundial de la Salud (OMS).

En 2019 integró el grupo de expertos globales que, por mandato de la OMS y el Banco Mundial, elaboró el reporte “Un mundo en peligro” (pdf en inglés), que alerta sobre la deficiente preparación ante nuevos virus.

Hoy, como gerenta de Innovación y Transformación Digital de la Red de Salud UC Christus, pero trabajando desde su casa, Vega revisa los aciertos y deficiencias de la estrategia del Gobierno para contener el Covid-19.

Su mensaje central es la epidemia aún no llega al peak, por lo tanto relajar medidas es riesgoso, más aun cuando la “foto” que estamos viendo de cómo evoluciona el contagio no es clara debido a carencias de información.

-Los países están adoptando medidas para contener el virus. ¿Cómo evalúa la respuesta de Chile?

“La estrategia para hacer frente a esta pandemia tiene tres pilares fundamentales, que tienen que aplicarse en paralelo. Primero: hacer testeos masivos para identificar y aislar casos, lo que debe hacerse tempranamente y con un testeo rápido. Aislar casos rápido para que no sigan contagiando es la única manera de cortar la trasmisión del virus”.

“Segundo, rastrear contactos. Cuando hay un caso, rápidamente (en máximo 48 horas) hay que identificar sus contactos, aplicarles el test y cuarentenarlos hasta tener el resultado. Si son positivos, tratarlos como casos nuevos. Y tercero, ir cuarentenando a comunidades que tienen transmisión generalizada del virus; es decir, casos en que no se puede detectar dónde se infectó”.

“Sin estas medidas, enfrentar una epidemia es como mirar una foto desenfocada: se ve una figura, pero no se sabe qué es. Mientras mayor sea el testeo, más nítida es la foto”.

-¿En que estamos bien y dónde están los déficits?

“Hemos estado relativamente bien en ir cuarentenando comunidades cuando hay evidencia de transmisión generalizada. Estamos deficientes en el testeo masivo. Aunque ha habido avances, todavía testeamos menos que países que han controlado la epidemia: cinco veces menos que Alemania e Israel, cuatro veces menos que España e Italia, 10 veces menos que Singapur”.

“Este no es un problema de capacidad instalada, porque hay. Tenemos instalados PCR (test que permiten detectar fragmentos del material genético de un patógeno) hace muchos años en la industria del salmón, que debe cuidar la sanidad de ese producto: solo ahí hay capacidad de realizar 4.000 exámenes diarios. Se suman otros 4.000 del hospital de enfermedades infecciosas Lucio Córdova, 1.000 de la red UC, 2.000 del Consorcio de Universidades, 1.000 del ISP. O sea, como 12 mil y podríamos llegar a 15 mil”.

“Además, no se publica cuántos test se están haciendo realmente por comuna o por laboratorio. Tampoco el plazo en que se entregan los resultados (debe ser de 24 horas máximo) y cuántos quedan sin informar para los días siguientes”.

-¿Y el rastreo de contactos?

“Tampoco sabemos cómo estamos en el testeo de los contactos de quienes se contagian. ¿Qué porcentaje se rastrea? Así uno podría calcular cuántos son los contactos por caso, el tiempo medio entre contagios, cuántas personas infectó del total con las que tuvo contacto”.

“No tenemos claridad de cómo vamos con esta amenaza: la foto está difuminada. Lo único que sabemos es que los casos y los muertos crecen, que la letalidad está aumentando. Podemos afirmar a ciencia cierta que no estamos en el peak, que vamos hacia arriba todavía. Por tanto tenemos que fortalecer mucho más las acciones que estamos tomando en estos tres pilares”.

-Usted conoce bien el sistema de salud ¿Es necesario un reordenar capacidades?

“Tenemos la ventaja de contar con una tremenda tropa que está en la atención primaria que llega a todos los rincones de Chile. Y no la estamos usando para testear y trazar en la magnitud en que deberíamos estar haciéndolo”.

“Tenemos laboratorios y servicios de urgencia testeando, y a las Seremis de Salud rastreando. Esto en vez de tener a las Seremis coordinando para que el rastreo lo haga la atención primaria; y al Ministerio de Salud y la red de laboratorios coordinando para que la toma de la muestra se haga donde van las personas: los centros de atención primaria”.

“Creo que hoy no hay suficientes insumos para poder tener a esta primera línea de la atención primaria tomando los exámenes. Entonces, más importante que mandar un avión a buscar mascarillas que se pueden hacer acá, es mandarlo a buscar insumos, reactivos para hacer exámenes.

“Junto con eso, los exámenes deben ser gratuitos”.

-¿Se está logrando ‘aplanar la curva’ de contagios como ha señalado el ministro de Salud 

“Son declaraciones prematuras, especulativas y además peligrosas. Es una especie de deseo que sea así, pero la evidencia que tenemos hasta ahora no lo muestra. Estamos viendo una imagen desenfocada de la amenaza. Si no sabemos qué capacidad de testeo tenemos, no sabemos en realidad si los casos son los que se declaran o hay muchos más”.

“Es cierto que la tasa de letalidad es baja, pero ha ido aumentando. A diferencia de otros países, en Chile la epidemia comenzó con jóvenes y en sectores acomodados; entonces, todavía no se ve si nuestra mortalidad es más baja por efecto del sistema o porque los grupos afectados tienen menor riesgo de morir y menor grado de hacinamiento”.

“Agreguemos que este es un virus no conocemos. Están apareciendo reportes de que al parecer la inmunidad que este virus confiere [a quienes superaron la enfermedad] no es muy alta. No todas las personas generan anticuerpos y, en quienes lo hacen, no sabemos cuánto dura esa inmunidad. La afirmación del ministro [de Salud] de que dura un año no se basa en ninguna evidencia”.

“En síntesis: es muy prematuro cantar victoria y soltar medidas”.

-¿Debemos estar atentos entonces a múltiples brotes y comportamientos diferentes por comunas? 

“Sin duda en Chile el brote va a evolucionar por olas sucesivas: somos un país largo, con comunidades definidas e interacción fragmentada entre distintos grupos. La gente se mezcla más bien por trabajos y colegios que por razones sociales. Por lo tanto hay que tener mucho cuidado sobre cuándo se levantan las restricciones en esos espacios: es ahí donde se producen las interacciones importantes”.

-¿Cómo ve la política de reiniciar las clases en colegios en forma gradual a partir de mayo?

“Pediría que mostraran los datos que avalan esa decisión. La última minuta del Comité Asesor define condiciones para la reapertura de colegios: que no haya transmisión comunitaria en la zona y que se haga testeo inicial a todos, repitiéndolos para estar muy atentos a la aparición de casos; entre otros. No he visto evidencia de que esos criterios se estén cumpliendo”.

-¿Y en el caso de la reapertura del comercio o que los funcionarios públicos retomen el trabajo presencial?

“Los criterios son los mismos, en el sentido de que debe haber evidencia de una transmisión comunitaria muy baja, menor que uno. Pero los datos que tenemos muestran que aún no llegamos a eso y que nuestra epidemia sigue en ascenso. Cualquier aglomeración es un riesgo, ya sea en colegios, comercio o lugares de trabajo”.

“Distinto sería si hubiera condiciones de seguridad y distanciamiento para los trabajadores, tanto en sus trayectos de ida y regreso a casa como en sus espacios laborales. Pero esas personas toman metro y bus, los lugares de trabajo no tienen en general espacios para generar distanciamiento, excepto en lugares muy privilegiados. Creo que es de toda prudencia mantener el teletrabajo y mejorar su planificación”.

“En cuanto a los malls, hay un problema de disminución ventas que obedece al temor de cómo va a venir la situación económica. Nadie se va a ir a comprar la última tenida porque no sabemos cómo llegar al mes siguiente con el salario. Se ve como una medida apresurada. Se piensa que de lo contrario la economía se irá al carajo, pero si se miran las medidas que ha tomado el Gobierno todavía no se ha echado toda la carne a la parrilla”.

-¿Qué opina del concepto de ‘nueva normalidad’ para referirse al escenario en que se retoman de a poco las actividades habituales en las ciudades?

“Nos puede jugar en contra. Algunos lo interpretan como ‘lo peor ya pasó’. El concepto de nueva normalidad es cierto en el sentido que vamos a estar lidiando un rato largo con este virus. Pero es prematuro decir que por esa razón simplemente salgamos y volvamos a nuestras rutinas habituales”.

-¿Ud. se juntaría con amigos a tomarse un café o una cerveza, como han dicho las autoridades de Salud?

“Estoy en mi casa en un lugar bien retirado y no me muevo de allí, excepto para una caminata cerca cuando no hay nadie en la calle. Toda mi interacción con amigas es por internet. Y no me iría a tomar ningún cafecito en este momento con nadie”.