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Los otros patógenos que acechan este invierno

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Agencia Uno
POR Fernanda Monasterio |

Si bien la Influenza afecta a más personas de todas las edades, hay otros virus estacionales, como rinovirus y sincicial, contra los cuales no hay vacuna. Y se suma un enemigo bacteriano: el neumococo.

Todo en salud parece girar alrededor de la pandemia por el Covid-19. Eso es evidente y además necesario.

Pero hay más patógenos que afectan el sistema respiratorio y en el invierno proliferan.

En un año normal hablaríamos de esto: “Queremos vacunar a ocho millones de personas y será gratis”, anunció el Presidente Sebastián Piñera hace unas semanas, un día antes de que se iniciara la campaña de vacunación contra la influenza y que al día de hoy ya tiene a gran parte de la población de riesgo protegida contra el clásico virus invernal.

Hasta abril, la campaña avanza con éxito. De acuerdo con los datos del Ministerio de Salud, de la población objetivo de 7,6 millones de personas, más de seis millones (80%) ya han sido inmunizados. El personal de la salud y los enfermos crónicos muestran una tasa de vacunación completa, y la tasa en los adultos mayores de 65 años llega al 81%.

Pero la influenza no es el único virus ante el cual sobre todo la tercera y cuarta edad deben mantenerse atentos y alertas. El invierno trae consigo un ramillete variopinto de infecciones que se pueden contraer y que, en caso de no ser bien cuidadas, pueden llevar incluso a complicaciones donde es necesario ingresar al paciente a urgencias y hacer uso de un ventilador mecánico.

¿Un sistema influenzacéntrico?

Cada año, cuando se aproxima el invierno, comienzan a aparecer los anuncios en televisión, radio, diarios y portales digitales: “Vacúnese contra la influenza”.

“De la influenza se habla mucho porque esta es la infección viral respiratoria más frecuente para casi todas las edades. La excepción son los menores de un año, donde predominan otros virus respiratorios, pero después de los cinco años la influenza predomina en todos los grupos etarios”, explica a PAUTA la infectóloga de la Red de Salud UC Christus María Elena Ceballos.

Además, la académica de la Pontificia Universidad Católica de Chile comenta que “felizmente tenemos una vacuna que nos puede impedir la infección o el agravamiento de la influenza. Por eso es tan importante la educación de la población en ponerse la vacuna, sobre todo en los grupos de mayor riesgo”.

Asimismo, los especialistas recomiendan que, aunque uno no pertenezca al grupo de riesgo, haga un esfuerzo por comprar la vacuna e inmunizarse, ya que así se evita atochar innecesariamente el sistema de salud y prevenir posibles contagios de otras enfermedades en ese mismo contexto.

Contra virus como el rinovirus (típico responsable del resfrío común), el VRS (virus respiratorio sincicial), adenovirus o metaneumovirus, por nombrar solo algunos, no hay vacunas.

Los virus sin vacuna

Una de cada 10 muertes en Chile está asociada con afecciones respiratorias. Esa causa de muerte es la tercera más importante, tras las enfermades circulatorias y las neoplasias (tumores), dicen las estadísticas oficiales. “Por lo tanto, es bastante importante preocuparnos de estas enfermedades”, alerta Ceballos.

La proximidad de los meses más fríos afecta a algunos grupos más que a otros, como los adultos mayores. Además de la mayor contaminación y la tendencia también a estar en espacios cerrados y con poca ventilación, “puede hacer que aumente, por lo general, la presencia de algunos virus que son de sintomatología respiratoria”, comenta el director de la Sociedad de Geriatría y Gerontología de Chile, Jaime Hidalgo.

El problema es que no hay vacunas para todos los malestares respiratorios que se avecinan. “No existe vacuna para el resfrío común o el rinovirus, tampoco contra el parainfluenza, el metaneumovirus o el virus respiratorio sincicial aunque los estudios en el país sobre este último están sumamente avanzados—, que son los virus que nos producen distintos tipos de resfríos durante el período de invierno”, cuenta a PAUTA el médico broncopulmonar de la Clínica Las Condes Jorge Jorquera.

“El problema de estos resfríos es que, en este contexto donde hay mucha ansiedad en la población, hay algunos síntomas que simulan coronavirus y con la llegada de los virus que habitualmente vemos, obviamente la gente puede pensar que es coronavirus, y de hecho desde el punto de vista clínico va a ser bastante difícil diferenciarlo”, agrega el médico.

Y es precisamente en este punto donde las cosas se podrían complicar.

Si ante cualquier resfrío la población acude a un centro asistencial, el sistema estaría cada vez más propenso a colapsar, e incluso aquellos pacientes que vayan sin estar enfermos de Covid-19 se arriesgan a contraer este u otras infecciones, paradójicamente, en su visita al médico.

Entonces… ¿cómo los evitamos?

Estos virus mencionados se transmiten del mismo modo que lo hace el coronavirus: a través de gotitas que expele una persona contagiada al toser, estornudar o hablar. Para evitar contraer alguno de estos virus es esencial aplicar algunas de las técnicas que tanto se han comunicado en el último tiempo con la aparición del Covid-19:

  • Mantener distanciamiento social.
  • Cubrirse la nariz y boca con el antebrazo al momento de estornudar o toser.
  • Lavarse las manos con abundante agua y jabón.

“El mecanismo de transmisión es similar, lo que varían son los tiempos de incubación o la cantidad de personas a quien un enfermo puede contagiar, pero la forma de transmisión es la misma”, aclara la infectóloga.

Algunas aclaraciones

Aunque algunos de estos virus como el resfrío común pueden parecer menos complicados, no son inocuos. Y no lo son sobre todo en personas de la tercera edad, en pacientes con enfermedades preexistentes, con inmunosupresión o en niños menores de dos años.

“Estos virus, hablando del sincicial, metaneumovirus o parainfluenza, pueden producir desbalance de la condición de base del paciente. Por ejemplo, un paciente asmático que tiene una infección por virus sincicial puede descompensarse, y en menores de dos años el sincicial los puede llevar a tener dificultades respiratorias importantes, incluso tener que ir a urgencias, hospitalizarse y tener que necesitar apoyo ventilatorio”, explica Jorquera.

Asimismo, no tiene el mismo peso hablar de un resfrío común o un rinovirus, que referirnos a un virus sincicial o una parainfluenza.

Los virus no convencionales (resfrío común, bocavirus o rinovirus) “en general no generan mortalidad y son de fácil manejo, por lo que no son un gran problema para la salud pública”, comenta Ceballos.

Por otro lado, los virus convencionales (influenza, parainfluenza, adenovirus, sincicial y metaneumovirus) “son los que generan más morbilidad y mortalidad, es decir, generan más complicaciones y fallecimientos”, agrega. De estos, la influenza es la infección que en mayor proporcionalidad aparece en pacientes de diferentes edades, pero en los adultos mayores pasados los 65 años— comienzan a cobrar fuerza otras afecciones.

De qué hablamos cuando hablamos de neumonía

Tema aparte es la neumonía.

¿Es un virus?

No

¿Es una bacteria?

Tampoco

La neumonía es la inflamación y alteración del pulmón, y se puede producir por un virus, incluida la influenza, o por bacterias que atacan los pulmones.

Así como en Chile existe la vacuna contra la influenza, también hay una vacuna contra un tpo de neumonía, que se pone de forma gratuita a los 65 años y luego cinco años después.

El tema es que la vacuna no previene todas las neumonías, sino aquella causada por la bacteria que más frecuentemente la produce: el neumococo. Es decir, alguien que tiene su vacuna contra el neumococo al día también se puede enfermar de neumonía si esta surge a raíz de otro virus o bacteria.

“Neumonías por bacterias puede haber varios tipos, pero la más frecuente es la del neumococo”, tranquiliza Ceballos.

El espejo global

Aunque la pandemia del coronavirus continúa aumentando, pese a las medidas que la ciudadanía ha debido tomar para evitar el contagio -como el distanciamiento social-, el médico Jorge Jorquera comenta que probablemente este año “el peak de influenza va a ser menor que el que tuvo el hemisferio norte, que habitualmente es una situación espejo”.

“Lo más probable es que no sea tan intenso por toda la campaña de vacunación que ha habido y también porque se suma el distanciamiento social”, agrega.

Pero en materia de prevención de la neumonía, algunos países están mostrando un alto compromiso con la realización de campañas que promuevan la aplicación de la vacuna antineumocócica.

Un ejemplo de esto es Australia, donde el gobierno ha señalado que “ahora más que nunca, es importante mantener altos niveles de cobertura de vacunación para prevenir brotes de enfermedades prevenibles por vacunación en la comunidad”, enfocándose no solo en la influenza, sino que también en la prevención de la neumonía.

Del mismo modo, el Ministerio de Salud de Perú anunció la campaña de vacunación de dos millones de adultos mayores contra la neumonía.

En Chile, aunque quizás sin campaña mediática y multitudinaria, los expertos concuerdan en que, en general, el sistema de vacunación funciona adecuadamente. “Así como se hace mucho énfasis en la vacuna de la influenza, porque esa es la que hay, cuando los mayores de 65 años van a un consultorio es frecuente ver que lleguen por otra cosa y de paso también los vacunan para el neumococo. Eso se hace bastante bien”, comenta la infectóloga Ceballos.

Los números son menos auspiciosos, hasta ahora, que los de la campaña contra la influenza. Con datos al 5 de abril, el Ministerio de Salud muestra que se ha alcanzado a 39.000 personas de 65 años (primera dosis), lo que representa solo el 21,7% de la población objetivo de la vacuna contra el neumococo. En el caso de aquellas personas que tienen 66 años o más, 91.000 de ellos ya recibieron su vacuna este año.