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Edmundo Pérez Yoma: “Carabineros está obsoleto”

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Agencia Uno
POR Juan Manuel |

El exministro del Interior y de Defensa cuestiona la militarización de La Araucanía, que a su juicio partió con el segundo gobierno de Michelle Bachelet. Sobre Andrés Chadwick, dice: “No veo por qué el ministro Chadwick debe renunciar”.

Edmundo Pérez Yoma (DC) asegura que está alejado de la contingencia. Sin embargo, se entusiasma para dar esta entrevista: la situación de Carabineros siempre ha sido una materia de su interés y desde hace años que piensa el mejor modo para modernizar esa institución. Aquí dice, sin ambages, que la institución de Carabineros está “obsoleta”. Todo ello, en medio de la decisión del Presidente Sebastián Piñera de remover al general Hermes Soto de la entidad y reemplazarlo por el general Mario Rozas.

Fue ministro de Defensa de Eduardo Frei Ruiz-Tagle, cuando Carabineros estaba al alero de esa cartera, y titular de Interior en la primera administración de Michelle Bachelet. Conoce como pocos las complejidades de la relación cívico-policial. De hecho, fue durante su gestión en Defensa cuando el Gobierno le pidió la renuncia al entonces general director de Carabineros y exmiembro de la Junta Militar, Rodolfo Stange, quien se negó a dejar su cargo en abril de 1994. Es el antecedente más próximo a la situación protagonizada la semana pasada por el general Hermes Soto

“La Constitución de la época no nos permitía removerlo, así es que decidimos apartarlo de sus funciones de las formas en que la ley lo permitía. Primero, se le dieron vacaciones; después, cuando volvió, se le encargó un estudio sobre modernización de Carabineros, pero todo esto al margen de la institución. Cuando él quiso volver trajo la constitución del nuevo Alto Mando de Carabineros. En ese momento yo le dije que no, que mientras él estuviera de general director nadie se iba a mover, no iba a haber ningún solo ascenso. Eso lo complicó para abajo y la presión interna fue lo que lo llevó a renunciar”, recuerda la exautoridad. Stange dimitió recién en diciembre de 1995.

Hoy, Pérez Yoma cree que Carabineros ha tendido a independizarse y manejarse solo. “Eso no puede ser”, apunta el exministro. Añade que la institución debe ser completamente reformada y para eso ya tiene una idea en mente que ha ido pensando a lo largo de los años.

—¿Pasa Carabineros por su peor crisis desde el retorno a la democracia? 

“En cierta manera sí, porque lamentablemente Carabineros ha perdido su credibilidad social que era un capital muy importante para una institución policial. Eso se perdió y es malo para Carabineros y para el país”. 

—¿Por qué cree usted que se desencadenó esta crisis? 

“El problema que ha tenido Carabineros, en parte, pasa por la salida que tuvo la institución desde el Ministerio de Defensa al Ministerio del Interior. Y, por otra parte, debido a un problema estructural que está sufriendo al haber crecido tanto durante estas últimas dos décadas”. 

—¿El traslado de Defensa a Interior fue un error? 

“Cuando Carabineros salió de Defensa a Interior no se hizo bien”. 

—¿Por qué? 

“Porque hubo más interés en producir el hecho político que en realmente preparar bien el camino de cómo iba a ser la nueva institucionalidad que tenía que formarse en el Ministerio del Interior para acoger esta institución enorme, con una cantidad de complejidades difíciles de entender. Siempre se supuso que el ministro se iba a arreglar entendiéndose con el general director, que iba a haber una relación en buenos términos, pero yo por lo menos cuando estuve en Interior la relación con Carabineros fundamentalmente la llevaba la gente de la Subsecretaría del Interior”. 

—¿Por la cantidad de responsabilidades que recaen en el ministro? 

“Claro, resulta razonable, porque el ministro del Interior tiene una cantidad de otras preocupaciones políticas que no le permiten ejercer una jefatura como la que corresponde a una institución de esta tremenda complejidad”.

—¿Se trata, entonces, de un problema de diseño? 

“Creo que sí. Ese traspaso no fue bien hecho técnicamente. Lo que sí es claro, además con gobiernos de cuatro años y cambios de ministros del Interior en un mismo periodo, es que la tendencia de Carabineros ha sido de irse independizando, manejándose cada vez más solos”.

—El senador y exministro del Interior José Miguel Insulza (PS) comentó en PAUTA que Carabineros lleva 30 años mandándose solo. ¿Coincide con él? 

“Tan exageradamente no, pero sí, estoy de acuerdo con José Miguel. Antes decíamos que Carabineros era un hijo de padres divorciados, porque dependían de Defensa pero tenían que trabajar con Interior; por consiguiente, estaban con el que los tratara mejor. Después, cuando pasó a Interior y al no contar con traslado técnicamente bien hecho, evidentemente se iban mandando solos cada vez más”. 

—Nadie los mandaba mucho tampoco… 

“Un ministro del Interior que llega a reemplazar por los últimos seis meses como ha ocurrido últimamente, obviamente no va a poder hacer nada. Todo depende del subsecretario y de alguna manera el general director se siente por encima del subsecretario y siente que además debería entenderse directamente con el Presidente de la República o, en su defecto, con el ministro”. 

Impacto profundo

—Comentaba que además Carabineros tiene problemas que vienen de su crecimiento institucional. ¿De qué se trata eso? 

“Este problema es más difícil de resolver. Estamos ante una institución que ha crecido inorgánicamente durante demasiados años, y durante esos años la receta era que frente al aumento de la criminalidad y la inseguridad la solución pasaba por más carabineros y más presupuesto dentro de la misma orgánica. Hoy la institución cuenta con 60 mil o 65 mil efectivos, porque los datos tampoco son tan transparentes, que es más que la combinación de todas las Fuerzas Armadas en su conjunto. Hace falta una reestructuración en Carabineros en por lo menos cuatro grandes divisiones”. 

—¿Cuáles serían esas nuevas divisiones? 

“En primer lugar, no puede ser toda la policía militarizada, no tiene por qué. Una primera división debe ser destinada a fronteras, carreteras y tránsito. La segunda, que se haga cargo de la represión y el orden público. La tercera, que sea una policía comunitaria, cuya especialidad sea el trabajo con la comunidad. Finalmente, un grupo de investigación”.

—¿Y esa labor no las está cumpliendo bien la PDI?

“Es bueno que Carabineros siga haciendo investigación. Siempre he sido partidario de que haya dos policías que investiguen, porque es importante que las policías se vigilen entre sí. Todo esto que hemos visto no se habría descubierto si hubiese sido sólo una investigación de Carabineros; tuvo que entrar la PDI y la Fiscalía para conocer la verdad”.

—¿Y cómo se debieran organizar estas divisiones? 

“Todas estas divisiones deben estar dirigidas por un general de tres estrellas, ojalá de cuatro, y que sean compartimentos bastante estancos. En este modelo, el general director sería una especie de jefe del Estado Mayor Conjunto. Todas estas divisiones tienen que funcionar de forma aparte, porque son especialidades distintas, son conocimientos distintos. Esta reestructuración no se puede hacer desde adentro de Carabineros, porque ellos no van a querer”. 

—¿Por qué un carabinero no va a querer especializarse en un área? Pareciera ser algo lógico. 

“Creo que el carabinero común y corriente sí, pero al Alto Mando le gusta tener una institución poderosa. Carabineros es invasivo en cuanto a su extensión, abarcan mucho y no tienen un crecimiento orgánico. Además, nunca han entendido que una cosa como esta no puede estar funcionando dentro de una estructura absolutamente piramidal. En vez de ser piramidal debe estar apoyada en cuatro pilares, que sea una sola institución, pero compuesta por cuatro pilares distintos”. 

—Usted dice que al Alto Mando de Carabineros le gusta tener una institución poderosa. ¿Agregaría a esa frase ‘poderosa y completamente independiente’? 

“Sí, porque como no hemos creado una comunidad de gente especializada en temas de Carabineros que realmente hayan estudiado los temas policiales, que vean cuáles son los sistemas policiales en otros países, es poco probable que quieran subordinarse a eso. Mucho se habla del control civil sobre Carabineros, pero cuando llega el momento, no hay civiles con real conocimiento como para poder ejercer los controles eficientes de Carabineros. Entonces, claro que Carabineros quiere ser independiente, lo más independiente posible, pero eso no puede ser”. 

“Hay que reformar la ley orgánica de Carabineros”

Pérez Yoma afirma que lo que los hechos protagonizados por carabineros en los últimos 12 meses eran impredecibles. “Nunca nos imaginamos que había sectores al interior de la institución que se estaban mandando solos, que tenían su propia política y diseño”, dice. Agrega: “Esto no va a ser una solución de un día y, por lo mismo, no me atrevo a calificar la acción del Ejecutivo, porque el Gobierno todavía no ha dicho lo que quiere hacer con Carabineros”. 

—Pero el Gobierno presentó un proyecto de ley para modernizar las policías. 

“Pero es un proyecto de ley que está muy enfocado en el asunto de los controles civiles. Lo que yo digo es que está bien crear controles civiles, es obvio que las policías tienen que responder al poder civil, pero la institución de Carabineros, hoy por hoy, está obsoleta, entonces hay que cambiarla, hay que reestructurarla, devolverle el prestigio”.

—¿Comparte la visión de que este gobierno ha tomado les decisiones que la expresidenta Bachelet no quiso tomar cuando explotó el caso Huracán

“Creo que el Presidente Piñera y el ministro [Andrés] Chadwick han actuado bien. Les ha tocado muy difícil y han hecho lo que han podido. Pero la prueba grande será cómo enfocan el problema ahora. Si todo esto es para dejar a Carabineros tal cual está con algunos controles civiles, no servirá para nada”.

—¿Habría que retirar el proyecto y reformularlo?

“Yo lo dejaría e iniciaría por otro lado otro proyecto. Esto requiere bastante ingeniería, poner a trabajar a un grupo importante de técnicos y quizá consultores extranjeros en un proyecto general sobre cómo reestructurar Carabineros para que sean una policía de acorde al siglo XXI”.

—O sea, ¿cree que el Gobierno debiese reformar la Ley Orgánica de Carabineros? 

“Exactamente, hay que reformar la ley orgánica y eso va a requerir mucho más tiempo. Entonces, yo no me metería mucho en esta ley que ya se presentó. Claramente, si creemos que con esta ley vamos a solucionar el problema de Carabineros, estamos equivocados. No me opongo a que se tramite, quizá es necesario, pero hay que abordar el otro problema de raíz”. 

“No veo por qué Chadwick debe renunciar”

—Han salido varias voces de la oposición pidiendo acusar constitucionalmente al ministro Andrés Chadwick. ¿Cree que hay argumentos para dar curso a una acusación constitucional?

“No, eso es una tontera. Si cada vez que hay un problema se dice que hay que acusar constitucionalmente al ministro a cargo, me parece que no es hacer política en serio”. 

—Más allá de esa posible acusación constitucional, ¿cree que el ministro Chadwick debería renunciar? 

“No veo por qué el ministro Chadwick debe renunciar. Este es un problema que viene arrastrándose desde hace mucho tiempo y que explotó ahora. No tiene sentido, cada vez que hay un problema con Carabineros, de cualquier cosa, pedirle inmediatamente la renuncia del ministro del Interior. En vista de esto, sería súper bueno retomar la idea del Ministerio de Seguridad, de manera de separar las funciones políticas que tiene un ministro del Interior de las funciones de seguridad”. 

—Si volvemos al origen del caso Catrillanca, a la militarización de La Araucanía, ¿usted como exministro siente cierta responsabilidad por haber iniciado una política de militarización que se fue profundizando de gobierno en gobierno? 

“Durante la Concertación, el periodo en que yo participé en política, no hubo ningún tipo de militarización de La Araucanía. Yo creo que la militarización de la zona es un error completo. Allá tenemos dos asuntos: un problema de una etnia que ha quedado muy atrasada con respecto a los problemas económicos del resto del país, y otro problema relacionado con que dentro de esa etnia, y aprovechando esos problemas, hay un grupo de terroristas o semiterroristas que actúan contra la propiedad privada, contra la propiedad estatal; queman iglesias, queman de todo, pero que no tienen el soporte de la población, que a su vez no tiene la percepción de que tienen que denunciarlos. Si tú tienes ese problema en una parte del país, no vas a militarizarla”. 

—Pero es obvio que la militarización de La Araucanía no empezó hoy ni hace dos meses y que se inició en algún gobierno de su sector político. 

“Yo no lo comparto. Al final del gobierno de la presidenta Bachelet en que yo participé todavía no estaba militarizada La Araucanía. Fui varias veces, no había ningún problema. Yo creo que la zona se comenzó a militarizar con el primer gobierno de Piñera y el segundo de Bachelet”. 

—¿Qué mensaje le daría usted al nuevo general director de Carabineros para que logre recuperar lo que usted llamó la credibilidad social de la institución? 

“Lo primero es no mentir. Y en esto yo creo que el general (r) Hermes Soto trataba de no hacerlo, pero como a él le mentían de forma increíble, se le hizo imposible. Esas mentiras hay que investigarlas, saber qué pasa adentro, si de verdad existe una facción que estaba tratando de botar a Soto. Hay una cultura de mentiras en la oficialidad de Carabineros, quizá no de mentira porque me parece una palabra muy dura, pero de acomodar la verdad, acomodar los hechos y eso no puede ser. Este nuevo general director tiene que partir siendo muy franco”.

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