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Una victoria que duró minutos: el enredo radical por la mesa de la Cámara

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Agencia Uno
POR Cecilia Andrea |

Apenas se conoció el resultado de la acusación contra Víctor Pérez, el PR solicitó una censura a la mesa de Diego Paulsen. Nadie sabía nada, según dicen.

“Al principio me preguntaba el entusiasmo de una parte de la DC en esta acusación. ¿Sería acaso el peaje que les cobraron para recuperar la mesa de la Cámara? ¿Sería la forma de hacerse los lindos con quienes no quisieron pactar con ustedes, con quienes no les contestan el teléfono? Pero eso sería muy burdo, sería entender la política como una transacción”, dijo la diputada María José Hoffmann (UDI) en la última intervención en sala antes de conocer el destino de la acusación constitucional contra el ministro Víctor Pérez (UDI).

De casualidad, sus palabras cobraron sentido menos de 15 minutos más tarde, luego de conocer los resultados de la derrota del titular de Interior. Entonces, el presidente de la Cámara, Diego Paulsen, informó que había recibido una solicitud de censura a la mesa.

Pero no provenía de la Democracia Cristiana. La firma en el papel era del diputado Alexis Sepúlveda, jefe de bancada del Partido Radical. Y hay al menos dos versiones sobre por qué ocurrió aquello. Los diputados falangistas niegan a muerte una de esas.

Sorprendidos

Cerca de las 15:35 horas, la diputada Marcela Hernando (PR) se paró unos momentos atrás del presidente de la Cámara de Diputados. En la mano tenía el papel que su bancada le encomendó entregar: una petición de censura a la mesa firmada exclusivamente por Sepúlveda, por no haber permitido votar a la diputada Camila Vallejo (PC) y Cristóbal Urruticoechea (RN) el 15 de octubre, cuando se revisaba el proyecto de Educación Sexual Integral. Lo recibió el secretario Miguel Landeros, se lo pasó a Paulsen y luego lo vio Francisco Undurraga (Evópoli).

Lo que dicen en las bancadas desde el Frente Amplio hasta la DC es que no tenían ni idea de aquello. Recién se enteraron cuando Paulsen notificó a la Sala, segundos antes de que terminara la sesión. En ese instante, se produjo un aplauso.

Pero una vez afuera, las caras eran de total desconcierto. Vallejo, Jorge Brito (RD), Gabriel Ascencio (DC), Joanna Pérez (DC) y Jaime Naranjo (PS) se agruparon a un costado del podio en “El Pensador”, salón donde se realizan los puntos de prensa, y se declararon “sorprendidos”. Según afirmaron todos y cada uno de ellos, no estaba pactado que se hiciera de esa forma.

Hasta los más críticos de la testera mostraron su descontento.

“No tengo ninguna razón por la cual censurar a la mesa que dirige el señor Paulsen. Todos ustedes me conocen, saben que estoy en las antípodas de esa mesa, pero me parece tremendamente irresponsable lo que acaba de suceder en la Sala respecto de la censura”, declaró Pamela Jiles (PH).

Las conversaciones para recuperar la mesa habían existido, sobre todo impulsadas por el Partido Comunista. Lo que confirman de varias bancadas es que efectivamente, después de los resultados del libelo contra Pérez, retomarían seriamente la discusión. Pero nada más.

“Esta censura es propuesta por un solo diputado, no fue consultada con nosotros. No cuenta con el apoyo de la bancada, de la mayoría de las bancadas de oposición. He consultado con socialistas, con el FA, ninguno de ellos sabía ni tenía conocimiento de ello y una censura es el paso previo para elegir una mesa. Sin acuerdo de mesa no podemos aprobar una censura. Si continúa su curso, mañana [miércoles] la vamos a rechazar”, dijo a PAUTA el jefe de bancada de la DC, Daniel Verdessi.

La molestia

Durante la mañana de este martes, la idea de la censura rondaba por la cabeza de varios personeros opositores. El tema se venía tocando desde hace varias semanas en las reuniones de bancadas, y había cierto consenso en que había que hacerlo. En el PS, de hecho, se habían fijado como objetivo que este fuera un tercer paso dentro de una seguidilla de acciones en conjunto. “Primero generar unidad en torno al Apruebo, luego en torno a la acusación y, luego, recuperar la mesa”, comentaba un diputado del partido.

“Siempre va a ser el momento. Concluido este proceso que hemos llevado a cabo, es un hecho que deberíamos definir frente a tanta especulación que hay, si tenemos la disposición y los votos para recuperar la mesa. La bancada del PS lo planteará, si está la disposición para recuperarla o cerrar la puerta a esto definitivamente”, explicaba a este medio Luis Rocafull, jefe de bancada del PS.

Pero la lectura que hacían cinco horas después era distinta: el Partido Radical “se apuró”. No tenían un acuerdo sobre quiénes encabezarían la directiva ni cómo se distribuirían las presidencias de las comisiones. Y encima, hasta el momento, la votación para elegir a la nueva testera tendría que ser presencial, para cumplir con el secreto del sufragio. Así, varios diputados de la tercera edad se quedarían fuera.

A las 16:01 horas, en medio del revuelo, Naranjo llamó por teléfono a Sepúlveda y, según quienes conocieron esa conversación, el diputado PS le habría dado a entender que la presentación de la censura fue una equivocación. Pero no obtuvo un compromiso de parte de Sepúlveda de que fuera a retirarla. 

En el PS la noticia generó especial molestia porque momentos antes de dar a conocer la petición de Sepúlveda, la misma Sala votó los nombres de los tres diputados que irían a defender la acusación contra Pérez al Senado. Y la rechazaron. A pesar de tener mayoría, los partidos de oposición votaron en contra de que la comisión la integrara Loreto Carvajal (PPD), Ascencio y Naranjo.

“No fueron capaces de votar a favor de los tres diputados que defenderán la acusación en el Senado y pretenden que haya acuerdo presentando una censura”, dijo ofuscado un socialista saliendo de la Sala. 

En la DC el enojo era masivo. La presentación del PR confirmaba exactamente lo que la diputada Hoffmann decía en su intervención: que habían negociado una cosa por la otra. Y si algo compartían los otros partidos era que la acusación contra Pérez había salido bien, “limpia”. Por lo tanto, la censura a la mesa sin un acuerdo previo la empañaba totalmente.

La defensa radical

Pero pronto el Partido Radical salió a defenderse. Mientras algunos planteaban que había sido una equivocación, un exabrupto y una sorpresa, en el PR argumentaban que el acuerdo existía con todas las bancadas y en especial con la DC. Una versión de los mismos radicales decía que apoyarían la acusación si los falangistas apoyaban la censura de la mesa.

En el FRVS cuentan que lo de la censura “lo habíamos conversado, no fue inesperado. Venía desde hace al menos una semana y media”. Y que Ascencio estaba al tanto.

 “No voy a contestar eso. No sé si hablé en chino, en coreano. No. La DC no ha negociado absolutamente nada y yo que participé en las conversaciones puedo decir que nosotros no formamos parte de ese tipo de cosas”, respondió un ofuscado Ascencio antes de las 16:00.

“Alexis me ha dado la información de cómo todos estaban en conocimiento. Pueden alegar algunas desprolijidades, pero respecto de presentar la censura de la mesa, estaban todos de acuerdo. La gente tiene que ser coherente y me parece impresentable que hoy día estén desconociendo acuerdos”, respondió a PAUTA la diputada Hernando.

La parlamentaria afirma, además, que es necesario recuperar la mesa lo antes posible pues se viene la discusión del Presupuesto 2021 y, encima, el Ejecutivo está poniendo urgencias a proyectos que, a juicio de los radicales, no deben tenerla. Por lo tanto, recobrar el control de la mesa podría ayudar a tener un peso para equilibrar aquello.

Mas no es el único motivo.

En el acuerdo que la oposición pactó a principios del periodo legislativo, el cuarto año le correspondía la presidencia a los socialistas y la primera vicepresidencia a los radicales.

Esto continuará

El tema escaló hasta la convocatoria de una reunión a las 18:00 horas de todos los jefes de bancada, vía Zoom. En la DC, el PS y el PPD tenían la intención de que la censura se retirara, pues se arriesgaban a un “bochorno 100 veces peor que el de marzo“. En el PR y en parte del Frente Amplio había cierta resistencia.

En RD, por ejemplo, planteaban que no había que perder el envión y que la semana de plazo hasta que se votara la directiva podía abrirles una ventana para llegar a acuerdo. “Ni un paso atrás con este Gobierno”, decía la presidenta de la colectividad, Catalina Pérez.

En la cita tampoco hubo acuerdo. Según comentan quienes estuvieron presentes, la decisión final la tomarán durante la noche de este martes o el miércoles, temprano.