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El PS exhala la derrota y se concentra ahora en la elección parlamentaria

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Agencia Uno
POR Gladys Pierola |

Este domingo 22 de agosto su Comisión Política zanjará la nómina de candidatos al Congreso. Una instancia que podría ser hostil para la dirigencia luego del revés de Narváez.

Este domingo 22 de agosto a las 10:00 horas la Comisión Política del Partido Socialista deberá darle el visto bueno a la nómina parlamentaria que la colectividad inscribirá el lunes 23. Un acto político-administrativo normal, pero que esta vez tiene un componente de tensión extra: los resultados de la consulta ciudadana presidencial de Unidad Constituyente y la dura derrota que sufrió Paula Narváez, quien quedó segunda, obteniendo un poco más del 27% de los votos.

Originalmente esta instancia se iba a reunir el viernes en la tarde para dirimir los nombres de 45 candidatos a diputados y senadores que llevará el PS, pero para no desanimar la participación de los que quedaban fuera de la plantilla parlamentaria y alterar el ambiente interno en las horas previas, se decidió cambiarla para el día después de la primaria. Un riesgo de todas maneras. La herida estará fresca y seguirá abierta, pero no queda más tiempo. Algunos personeros pronostican que esa reunión por Zoom será la primera instancia interna para analizar la derrota de manera más profunda, evaluar en qué pie queda el partido y también para sacar a brillar las recriminaciones cruzadas por las responsabilidades en los resultados del 21 de agosto. 

Y aunque el propio senador y presidente del PS, Álvaro Elizalde, aseguró luego de conocerse el triunfo de Yasna Provoste que la negociación parlamentaria y la presidencial iban por vías paralelas, en el PS saben que este episodio significará un nuevo choque entre la mesa directiva y la disidencia. Incluso, adelantándose a cualquier petición de sus adversarios internos, el propio Elizalde negó que renunciaría a su cargo tras los resultados de la consulta. Se perdió, pero, según argumentó el parlamentario, esto era parte de “las reglas del juego” al convocar una primaria. 

“Cuando en democracia se participa hay que estar dispuesto a escuchar la voz de la gente […] ya vendrá el momento de hacer un análisis respecto de la campaña”, dijo Elizalde. 

Las reflexiones que vienen 

Si bien la derrota de Narváez no sorprendió -pues buena parte de los militantes socialistas sabían que el panorama era difícil frente Provoste-, otra cosa es revertir la crisis interna que arrastra el partido hace tiempo y que la campaña de la propia Narváez dejó al descubierto en más de una oportunidad. 

“Hay que hacer toda una reflexión posterior”, comentó el senador, Carlos Montes, quien se convirtió en unos de los principales escuderos de Narváez y también en uno de los críticos más duros de Elizalde. 

De hecho, desde el comando de la ahora excandidata acusaron precisamente que la directiva socialista estaba más preocupada de salvar la parlamentaria que de apoyar a su carta presidencial, entre otras cosas, porque hace un rato largo que ya la daban por perdida. 

“Si en noviembre sacamos siete parlamentarios la mesa directiva no resiste, pero la mesa no se va a caer por un tema que todos sabían y eso es que Paula tenía pocas opciones”, confiesa un importante personero del PS.

Es que uno de los puntos que siempre tensionó los siete meses de campaña que alcanzó a tener Narváez fue que cuando los números de las distintas encuestas empezaron a hacer desfavorables, en la directiva se instaló la idea de que había que “salvar los muebles”: y eso es apostar por la elección parlamentaria. De hecho, estaba como respaldo que dentro de toda la debacle electoral de la izquierda más moderada, el PS igual había mantenido buenos resultados en las elecciones de gobernadores y convencionales, por ejemplo.

Con esa sensación instalada desde el equipo de campaña de Narváez se trasmitió en varias oportunidades que faltaba más apoyo de la cúpula socialista en el despliegue presidencial. Incluso, acusaron de torpedear internamente el camino de la abanderada, quien se resistió siempre a la posibilidad de barjarse antes de la carrera que lleva a La Moneda. Mientras que desde la dirigencia PS los primeros balances apuntaron precisamente a lo contrario: a que los responsables eran los miembros del círculo más cercano de Narváez y a las decisiones políticas que estos tomaron en la campaña. Es decir, a cómo se llevó la estrategia, el tono y el despliegue. Un ejemplo, es que no todos compartieron el estilo más duro que tuvo Narváez con Provoste en las últimas semanas. A ojos del alto mando socialista los colaboradores más cercanos a la exvocera del gobierno de la presidenta Michelle Bachelet “encapsularon a la candidata” y limitaron el trabajo de colaboración más política del partido.