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Los pasos que vienen para el proyecto del retiro previsional

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Sala del Senado. Crédito: Agencia Uno
POR Marcela Gómez |

Es clave la actitud del Ejecutivo: si mantendrá el rechazo o llegará a acuerdo, como en el posnatal. También incidirán la celeridad del debate y el protagonismo de los senadores.

Junto con el ingreso del fortalecido proyecto de ley de protección de clase media anunciado por el Presidente Sebastián Piñera, la Sala del Senado también recibió la reforma constitucional que permite el retiro excepcional de fondos desde las AFP, aprobado horas antes en la Cámara de Diputados.

De esta forma, la discutida iniciativa inicia su segundo trámite legislativo, cuyo primer paso es su revisión en la Comisión de Constitución que preside el senador Alfonso De Urresti (PS), quien ya anunció que espera tramitarlo con rapidez. 



Para muchos, tras el respaldo en primer trámite lo que definirá el paso por el Senado será básicamente la decisión del Ejecutivo sobre esta segunda etapa. También incidirá la celeridad que se logre imprimir al debate y qué puede ocurrir con las aspiraciones de protagonismo de los senadores que ya presentaron sus propias ideas al respecto. 

Tiempo y cuórum

En lo formal, en el Senado la idea de legislar de un proyecto se vota primero en la comisión y después en la Sala; entonces la iniciativa vuelve a la comisión para el debate en particular.  En este caso, dado el interés de la oposición y del senador De Urresti, la apuesta es que se solicite debatir las reforma constitucional en general y particular a la vez, buscando acelerar el trámite. 

También existe la posiblidad de que la Comisión de Hacienda, presidida por Jorge Pizarro (DC), solicite ver la iniciativa. Esto dado que el retiro tiene costo fiscal y que esa instancia ya ha tenido sesiones para abordar sus efectos en materia económica y financiera.

Pero, en definitiva, la votación en particular en Sala exige para aprobar un cuórum de 3/5 de los senadores presentes; es decir, 26 votos, de los que la oposición tiene 24. Un asunto técnico que se debe considerar es que el reglamento del Senado suma las abstenciones a la posición que haya obtenido mayor número de votos.

Un sondeo de PAUTA realizado el pasado 9 de julio detectó que la aprobación parece incluso probable.

Si la reforma se aprueba sin cambios en el Senado (lo que no se ve viable hoy), quedaría en condiciones de promulgarse como ley.

Si se aprueba con cambios, estos deben ser ratificados por la Cámara para su despacho desde el Congreso. Si los rechaza, habrá un tercer trámite en que una comisión mixta integrada por diputados y senadores deberá acordar cómo resolver aquellos puntos donde existan diferencias. El resultado de ese trabajo se votará nuevamente en la Cámara y el Senado, y solo tras una aprobación en ambas se despacha al Ejecutivo.

La decisión del Ejecutivo

El Gobierno se jugó a fondo en su posición de rechazo a la opción de retirar fondos desde las AFP por una convicción técnica y política sobre lo inconveniente de esa fórmula. La pregunta que ahora ronda es si persistirá en esa línea tras dos fracasos sucesivos y la desafección en sus propias filas.

Si el Ejecutivo modifica su posición política, podría repetirse lo que ya ocurrió con el permiso posnatal. Tras una sostenida crítica y rechazo, el Gobierno acordó con parlamentarios opositores una fórmula para proteger a madres y padres con hijos menores a su cuidado durante la emergencia sanitaria. 

Fuentes del senado consideran que el camino para una fórmula similar está abierto, más aun con el anuncio del Presidente de buscar un acuerdo en la reforma de pensiones. 

Si el Ejecutivo mantiene su convicción de oponerse al retiro de fondos, siempre está disponible la opción de un veto, como lo ha resuelto en otras iniciativas. Un veto puede involucrar un rechazo total o parcial del Presidente al proyecto, el cual devolvería a la Cámara de origen para una nueva evaluación; si los parlamentarios quisieran anular el veto, requerirían el concurso de 2/3 de diputados y senadores.

El “empate”

Un tercer aspecto a considerar es que el Senado tiene su propio proyecto de retiro de recursos desde las AFP: la moción de los senadores De Urresti, Pedro Araya (Ind.), Carlos Bianchi (Ind.) y Yasna Provoste (DC), que establece que “en caso de catástrofe y/o emergencia se podría disponer del 10% con reintegro”.

Esa iniciativa no podría fusionarse con la reforma constitucional, ya que están en etapas legislativas distintas, pero podría usarse para generar “un empate” como se ha dado en otros momentos en la pandemia. Con este término fuentes del Congreso aluden a lo ocurrido, por ejemplo, con la idea de postergar el pago de servicios básicos: las dos cámaras impulsaron una iniciativa propia, acordaron rechazar la otra y solucionar el tema en la comisión mixta.

Esta posibilidad, señalan las fuentes, hoy no parece muy posible, pero podría activarse ante una contingencia nueva. Por ejemplo, si existen demoras en el trámite de la reforma constitucional y, simultáneamente, se levanta el estado de excepción constitucional que es la condición que habilita el retiro de fondos. La vigencia de esa medida rige hasta el próximo 14 de septiembre.